Enrique acompaña a Silvio en su largo viaje hacia su casa. Durante diecisiete horas en bus duro este largo viaje de Silvio y Enrique, hasta finalmente llegar a su destino.
Silvio le dice a Enrique:
— ¡Belo Horizonte!, ¡está es mi hermosa ciudad!
Enrique le dice:
— Es muy bonita y bien organizada esta ciudad, con razón pregonas a cada momento su belleza.
— Vamos ya a mi casa, allí te daré ropa y le diré a mi mujer que te corte el cabello, ella es una bella persona. La ropa es de una talla un poco pequeña, pero viéndote bien yo creo que está bien.
Enrique le dice:
— Gracias Silvio, tienes un corazón muy grande.
— La ropa que no uso está en buen estado, para cuando tomes el avión no te presentes con esas fachas, porque pensaran que eres un indigente.
Silvio y Enrique toman un taxi directo a casa de Silvio.
Después de treinta minutos, llegan a casa de Silvio y la mujer sale de la casa y lo abraza, diciéndole:
— ( Amor voce ñao quebrou ).
Silvio le dice:
— Amor, te presento a un amigo que encontramos flotando en el mar, Enrique ella es Mariana.
Enrique le dice a Silvio:
— Es muy bonita tu esposa, te felicito.
Mariana le dice a Enrique:
— ( Más entra na casa nao fica parado ai ).
Silvio le dice a Enrique:
— Mariana te dijo que entres a la casa.
Enrique muy tímido les dice a los dos:
— Así no quieras, yo te recompensaré amigo con algo, no lo dudes, eres muy amable conmigo.
Silvio le dice:
— Listo Enrique, pero deja que Mariana te corte el cabello un poco, para que mañana puedas viajar a Medellín.
Enrique le dice:
— Silvio, ¿pero lo que me dio Roberto no alcanza para viajar a Medellín?
Silvio muy sonriente le dice:
— No seas tontico hombre, yo tengo un poco de dinero para ti, no te preocupes por el viaje, preocúpate de poder volver a montarte en otro avión.
Enrique le responde:
— No sé, pero no siento miedo. Es como si nunca fuera sucedido eso en mi vida.
Mariana le dice:
— ( Ainda ñao se mexa tanto eu posso te corta ).
Silvio le dice:
— No te muevas tanto Enrique o Mariana te cortará.
Enrique paso la noche en casa de Silvio y Mariana, donde ellos lo atendieron como si estuviera en su propia casa, le ofrecieron comida, techo, ropa y transporte para regresar a su casa.
En la mañana, Enrique muy temprano ya estaba vistiéndose para irse al aeropuerto.
Silvio le dice:
— ¿Ya estás listo?
— Si.
Silvio le dice a Mariana:
— Ya vuelvo, iré acompañar a mi amigo al aeropuerto.
Enrique se despide de Mariana, diciéndole:
— No los olvidaré, y para la próxima ve aprendiendo español, porque te invitaré a Medellín. Para que conozcan la cultura colombiana.
Mariana le dice:
— ( Pronto voce cuida ).
Silvio y Enrique llegan al aeropuerto de Belo horizonte.
De repente, Enrique comienza a sudar mucho.
Silvio le pregunta:
— ¿Qué te pasa hombre?
— No sé, no puedo sostenerme de los nervios, cada vez que estamos más cerca del avión mi corazón late más fuerte, creo que tengo taquicardia.
Silvio le dice:
— Sentémonos aquí mientras te pasa esto y cálmate hombre, yo sé que fue muy duro y que nadie supera una tragedia de esa de la noche a la mañana, pero si Dios te libro de morir en esa ocasión, es por algo, él tiene cosas mucho más importantes para ti y las tienes que cumplir, esto no puede ser un impedimento.
Enrique le dice:
— Gracias Silvio, Dios también te ha mandado a ti como un ángel protector. Ya me siento mejor y con fuerzas para afrontar cualquier cosa...