CUANDO EL BARCO SE HUNDE

Enrique preocupado por el destino de Laura, termina de hablar con su padre, y vuelve a marcarle al teléfono de ella.

Enrique insiste llamando al teléfono de su esposa. Y de tanto hacerlo, Laura contesta:

En ese momento, Enrique le dice:

— Mi amor, estoy vivo.

Muy extraña, Laura dice:

— ¿Quién me habla?, voy a colgar.

Enrique le dice:

— Soy yo, Enrique, este es un teléfono público amor.

Laura con una voz muy fría le dice:

— Qué bueno que estás bien, porque yo no lo estoy, los dejaste a tu hijo y a mí por ir te a Dubái con tus amigos a fin de que, dejarnos en la calle como un perro, no te importo nada.

Enrique le dice:

— Cálmate Laura, las cosas no son así, yo fui a trabajar a Emiratos Árabes, no fui de paseo como tú lo haces.

— Digas lo que digas no cambiaran las cosas, yo me alegro Enrique que estés vivo, pero ya no dependo de ti.

Desconcertado, Enrique le dice:

— ¿Que estás diciendo Laura?, aclara eso, porque no entiendo.

Descaradamente, Laura le dice:

— Yo tengo a alguien quien vele por mí y mi hijo.

— Pero mujer, como eres tan desconsiderada, estoy realmente sorprendido contigo y esto me demuestra que nunca me has querido, solo te intereso mi dinero nada más.

Laura al escuchar todo eso de Enrique, cuelga el teléfono.

En ese instante, Enrique queda gritando al teléfono, diciéndole:

— ¡DEVUELVEME A MI HIJO!

Enrique no pudo controlar la angustia. Y la impotencia de ver la forma como Laura tomo esa decisión en tan solo días de su desaparición, y lo más doloroso para Enrique, fue que su hijo está muy pequeño todavía.

En ese instante, Enrique rompe en llanto. Y le dice a Dios que le quitara la angustia que tenía y le diera fuerzas para sobre ponerse de esta nueva decepción.

Enrique camina hasta llegar al parque de la ciudad y se sienta durante una hora. Y le dice a Dios:

— Ya no tengo nada material en que apegarme, mis ilusiones hecha polvo, no tengo dinero para mantenerme, Dios tú que me estas escuchando y lo ves todo, ayúdame a reencontrar el sentido de mi vida.

En casa del papá de Enrique, Armando llama a Julia y demás familia, diciéndoles:

— Mi hijo está vivo y necesita que vengan esta noche.

Julia le dice:

— Parece que el alcohol ya te hizo efecto y comienzas a ver a Enrique en todos lados.

Armando le dice:

— Pues en realidad yo tampoco creía este milagro, hasta que reconocí su voz.

Julia le dice:

— Esta noche sin falta iremos, quiero ver esto con mis propios ojos.

En la ciudad de Dubái - Emiratos Árabes, Hali se prepara para viajar de nuevo a Colombia, pero de repente su asistente Omar, le dice:

— Señor, usted sería capaz de viajar en estos momentos a Colombia, después de todo lo que paso con su amigo.

Hali le dice a Omar:

— Debo mostrarme como víctima y disculparme con Enrique por las fallas de mi propio avión, así le sacaré cualquier duda que tenga conmigo.

— Grave error, si Enrique tiene la oportunidad de verte, te aseguro un 100% de que todo esto saldrá mal, muy mal...