La desesperación de Mójame hace que Hali cancele el viaje que tenía a Colombia, y llega al hotel donde se encuentra su socio y amigo Mójame.
Hali le dice a Mójame:
— ¿Qué sucede hombre?, ¿por qué me has llamado con tanta angustia, si ese negocio con los rusos ya se había cerrado hace muchos días?
Mójame muy molesto le contesta:
— No tienes que hacer nada en Colombia. Te recuerdo que estamos juntos en esto, y ese cuento de que Enrique está vivo solo te lo crees tú.
Hali le responde:
— Solo quiero cerciorarme nada más.
— Ya entiendo lo que sucede, te has arrepentido de lo que hiciste a tu gran amigo. Pues déjame decirte que la traición que le hiciste a Enrique no tiene nombre, y deberías rogar que ese chisme de que está vivo, sea falso. Porque de lo contrario tendrás un gran enemigo. Así que es mejor que te dediques a solucionar nuestros problemas acá en Dubái y no en Medellín, para eso tenemos nuestros hombres en las empresas que antes eran de tu mejor amigo.
Muy enojado, Hali le responde:
— Porque no te callas Mójame, a cada instante me recuerdas la cochinada que le hice a Enrique, sabiendo que tú fuiste quien más se benefició de ese trato. No quiero escuchar más tus insolencias o tendremos graves problemas entre nosotros.
Mójame se altera demasiado, y le dice:
— ¿Esto fue una amenaza querido Hali?
— Tómalo como tu desees, o trabajamos y sacamos ese negocio de los rusos juntos o terminamos con todo esto.
Mójame le dice:
— Voy hacer que no he escuchado nada de lo que has dicho Hali, porque en otras circunstancias en estos momentos estarías liquidado. Pero no puedo hacer eso, eres mi socio y te necesito para hablar con los rusos. Ya que tú tienes más relaciones con ellos. Ahora dime, ¿quieres ayudar a negociar o me vas a dejar solo con esta situación?
— Tranquilo Mójame, yo me comprometo a sacar este negocio adelante...
En Medellín-Colombia, Armando padre de Enrique, está muy contento porque su hijo va a vivir junto con él.
La familia de Enrique en su totalidad, se va de la casa de Armando al confirmar que Enrique se quedó completamente sin nada.
Enrique le dice a su padre:
— Ahora que estoy débil tanto en lo económico y lo material, se apartan de mí.
— Pero yo estoy aquí contigo, no necesitas de esta familia malagradecida que solo están de tras de tu dinero.
Muy cansado, Enrique le dice a su padre:
— Voy arreglar la habitación, me ayudas a buscar las tablas de la cama y lo demás:
— Empezamos mal hijo. Ya no tienes empleados a quien mandar.
Enrique le dice:
— Papá, solo te pedí un poco de ayuda, porque yo no sé dónde tú has puesto estos objetos, es lógico que te pida una ayuda.
Armando le dice:
— La vida ha comenzado para ti nuevamente. Así que tendrás que resolver todo solo, para que vuelvas a la realidad de esta vida que no es nada fácil.
Enrique muy extrañado le dice a su padre:
— Siento que tus palabras son un poco fuera de lugar. Justo en estos momentos de mi vida. Da la impresión que no quieres que yo esté aquí...