Estoy viviendo una gran pesadilla, ahora cuando más necesito mi celular se ha dañado. No lo puedo creer, dijo Enrique.
David deja de comer su pan, y le pregunta a Enrique:
— ¿Por qué estás tan bravo?, ¿acaso hemos hecho algo mal?
— No pequeño, es mi culpa por no cuidar este aparato al meterme a ese terrible aguacero, ahora tengo que irme hacia el terminal, pero te voy a extrañar.
David extiende su mano y se despide de Enrique.
En seguida, Enrique saca cinco mil pesos y se los da al niño, diciéndole:
— Pórtate bien con todos, algún día nos volveremos a ver pequeño David.
Enrique sin mediar más palabras paro un taxi, y se va al terminal.
En ese momento, en Jamundí, su primo Cristian llega a su casa muy cansado, y le dice a su esposa:
— Mañana es posible que venga un familiar a esta casa a pasar una temporada o varias temporadas, hasta que se recupere económicamente.
Yessenia que no le cayó muy bien la noticia, le dice:
— No me digas, ¿ahora vas a convertir esta casa en un hotel?
— Mujer, es mi primo y está en problemas.
— Ah, mis familiares también estuvieron con muchos problemas y no los traje a esta casa.
Cristian se decepciona de su mujer, y le dice:
— No me gusto que hayas dicho eso, si bien sabes que siempre te he apoyado, si fueras traído a tu familia yo la hubiera recibido con los brazos abiertos.
— Sabes que, trae a quién tú quieras. no voy alegar más contigo.
Cristian entra en su habitación y saca debajo de su cama, una caja metálica donde tiene sus ahorros.
En ese momento, Yessenia entra a la habitación, y le dice:
— Espero que todo esto que vas hacer sea para bien.
— No te preocupes es para bien.
Medellín-terminal de transporte, Enrique encuentra un lugar donde sentarse y poder descansar tanto mental como físicamente.
Luego de varios minutos sentado en el terminal. Enrique se queda dormido hasta tarde sin que nadie lo despierte.
9 :45 pm, Enrique es bruscamente despertado por tres sujetos que le robaron el celular cuando se encontraba dormido.
En ese momento, Enrique intenta perseguirlos, pero se detiene al recordar que ese celular que se llevaron los ladrones, se encuentra dañado.
Enrique un poco nervioso se queda parado diez minutos mirando todo el lugar muy desconcertado, diciendo en voz baja:
— Mi primo es mi última esperanza, de milagros estos ladrones no me quitaron los zapatos, me habían dejado estos desgraciados sin pasaje y sin poder comer nada.
Enrique busco por todos lados algo con que defenderse. Por si los ladrones regresaban por más.
En ese instante, Enrique sale del terminal y busca alrededor algo duro.
Luego de cinco minutos, Enrique encuentra un árbol muy pequeño y se dirige hacia él.
De inmediato, Enrique salta y se agarra de una rama hasta romperla. Las personas que pasaban por el lugar le decían:
— ¡EH!, ¡LOCO!, ¿QUE ESTÁS HACIENDO? NO DAÑES EL ÁRBOL.
Enrique no hace caso a ninguna de estas personas y se lleva la rama. Para luego quitarle las hojas.
En ese momento, Enrique logra entrar de nuevo al terminal escondiendo el pedazo de palo en su cuerpo. Y se recuesta en el mismo lugar donde lo habían robado...