Una noche como ninguna es la que está pasando Enrique en el terminal de transporte de Medellín. Luego de ser asaltado por tres sujetos.
Enrique pasa toda la noche en ese mismo lugar. Y logra dormir en ese incomodo asiento dos horas.
6: 20 am, los siete vigilantes del terminal de distintos puntos, no entienden como ese hombre se quedó dentro del terminal dormido sin que nadie lo viera.
En ese instante, Ricardo uno de los vigilantes se acerca y toca a Enrique verificando si está vivo.
En seguida, Enrique se despierta bruscamente, y le dice:
— ¿VIENES A ROBARME DE NUEVO?
— No señor, yo trabajo aquí, tranquilícese.
Enrique apenado con el señor por el fuerte grito le dice:
— Lo siento, no era mi intensión.
En ese instante, Ricardo se encuentra muy intrigado por saber cómo es que no lo pudo ver en toda la noche, y le pregunta:
— Señor, dígame la verdad. ¿Usted permaneció aquí sin que nadie lo viera?, no entiendo.
De inmediato, Enrique le responde:
— Yo estuve en esa silla toda la noche.
— No me mienta señor, si yo estuve pasando toda la noche por este lugar.
— Usted vio lo que tenía que ver, ahora discúlpeme, tengo que hacer una llamada.
Enrique se quita el zapato derecho y saca un billete de veinte mil pesos.
En seguida, se dirige a un puesto de minuteros.
En ese momento, Enrique llama a su primo, y le dice:
— Hola primo, ¿cómo estás?
— Bien, ya salgo para ponerte el giro.
— Perdona Cristian por llamarte tan temprano, es que estoy muy preocupado.
Cristian entiende la crítica situación, y le dice:
— Espera, ahora mismo te pongo el giro, para que vengas a Jamundí. Solo espera una hora.
Después de pasar la hora que dijo Cristian. Enrique reclamó el dinero que su primo le envió. Y de inmediato sin pensarlo, tomo el bus. Para viajar a Jamundí - Valle del Cauca.
El viaje es largo, pero Enrique logra llegar a Jamundí después de ocho horas y cuarenta y cinco minutos.
En ese momento, Enrique escucha su nombre en repetidas ocasiones.
En seguida, Cristian lo toca por la espalda, y le dice:
— ¡Primo!, tanto tiempo sin verte.
— Lo mismo Cristian, gracias por ayudarme. Tenía mis esperanzas puestas en ti.
Luego que Cristian recogió a su primo en el terminal de Jamundí, se fueron directamente a villa del sol. Lugar donde vive Cristian y su mujer.
Yessenia que había puesto problemas por la llegada del primo de su marido, abrió la puerta de su casa para recibir la visita, pero no contó que a primera vista se iba a enamorar de él.
Yessenia disimula frente a su marido. El gran gusto que este hombre le ha causado, y le expresa:
— Espero que sus problemas que tenga. Sean pronto solucionados.
Enrique muy modesto, le dice:
— Gracias, le prometo a los dos que no me sentirán en esta casa.
En ese instante, Cristian le dice:
— Mi casa es tu casa, eres mi primo y desde pequeños siempre nos hemos llevado muy bien.
De repente, algo muy extraño ocurre con Yessenia.
En ese instante, Yessenia comenzó a imaginarse cosas pervertidas con Enrique, y lo mira con ojos de mucho deseo...