Cristian se ríe sin parar al escuchar lo que dijo su primo, y le dice:
— ¿Un mal espíritu?, ¿de qué hablas?
— No te rías primo, así como existe el bien, también existe el mal.
— ¿Quieres decir que mi mujer esta poseída porque tuvo sexo conmigo?
— Solo era una hipótesis, no te enojes.
— Últimamente estas bromeando mucho, creo que deberías buscarte una novia, primo.
Enrique que ya sabe que es lo que está haciendo Yessenia en las noches cuando Cristian se duerme, le cuenta a su primo lo que sucedió con su padre. En forma de un mensaje, para que pudiera captar una advertencia sin que se enojara con él.
Cristian atentamente escucho la experiencia de su primo con su padre, y le dice:
— No me imagino a mi tío Armando haciéndote la vida imposible, sabiendo en la situación económica que te encuentras.
Enrique le dice:
— Primo, me iré a descansar, mañana nos espera un duro trabajo en el cañaveral.
— Ve y descansa.
Enrique en su misma rutina todos los días, se preocupa seriamente cuando de nuevo Yessenia entra a su habitación.
De inmediato, Enrique la saco, pero esto se repetía día tras día, hasta llevar un mes con este problema.
En la mañana del domingo, 7: 32 am, Cristian levanta a su primo de la cama, y le dice:
— Vamos a trotar un poco, ponte esta pantaloneta.
— ¿Qué horas son?, deja dormir.
— Deja la pereza, ya has descansado toda la noche.
— No he dormido nada durante un mes.
— ¿Cómo así Enrique? ¿Estas enfermo y no dices nada?
— Soy yo, no le des importancia a lo que dije, espérame en la sala ya salgo.
Luego de varios minutos, Cristian y Enrique trotan por varias cuadras cerca de la casa, contemplando una hermosa mañana y disfrutando de un domingo de ejercicios con varios vecinos que también salieron a ejercitarse.
Pasando toda la mañana a fuera de la casa, Cristian y Enrique llegan al mediodía a la casa y descansan en el sofá de la sala. Todo estaba normal en la casa, hasta que apareció Yessenia con una actitud muy fría, diciéndoles:
— Vengan al comedor, ya la comida está servida.
Enrique y Cristian cansados de trotar y hacer mucho ejercicio, se deleitan al comer un sudado de camarón muy bien preparado por parte de Yessenia.
En ese instante, Enrique le da por pasarle una mirada a Yessenia y lo que vio fue aterrador.
De un momento a otro, Enrique comenzó a sudar como si se hubiera echado agua por cantidad, al mismo tiempo bajo su cara hacia el plato de comida y no volvió a levantarla.
Impresionado del sudor de su primo, Cristian le dice:
— La comida no esta tan caliente para que sudes así, ¿qué te ocurre?
Enrique no le responde a su primo y se queda pensando en lo que vio en el rostro de Yessenia y se pregunta así mismo:
— ¿Por qué sus ojos cambiaron de repente?
Cristian le toca la mano a su primo, y le dice:
— Estas muy frío, ¿te ha caído mal la comida que preparo mi mujer?...