Enrique abraza muy fuerte a Milenna, y le dice:
— Eres una mujer muy valiente. La verdad es que me has dejado sin palabras.
Milenna le dice:
— No me has contado en todo este tiempo que te ha sucedido, ¿porque estabas caminando sin rumbo alguno?
De inmediato, Enrique le cuenta todo a Milenna sin dejar ni un detalle de su vida.
En ese momento, Gloria y la pequeña Melissa se sientan junto a Enrique y Milenna.
Gloria con muchas ganas e ilusiones de ver a su hija con Enrique. Les dice:
— Ya dejen esas caras de velorio, porque no salimos a dar un paseo para desestresarnos un poco.
Milenna le encanta la idea, y les dice a todos:
— Arréglense porque nos vamos a Cosmocentro.
Enrique muy serio le dice:
— Yo todavía no puedo caminar bien. Y, además, no tengo ropa para la ocasión.
Milenna se sonríe al escuchar eso y se va al comedor donde había dejado una bolsa grande, en esa bolsa Milenna saca dos camisas y dos pantalones de la misma talla de Enrique. Luego un par de zapatos. Y después, a su madre e hija también les trajo ropa.
Enrique muy agradecido le dice a Milenna:
— Me has dejado sorprendido, la ropa está muy bonita, gracias.
Luego de veinte minutos, Enrique y los demás, llegan a Cosmocentro.
En ese instante, Milenna lleva a su hija Melissa a los carros chocones que están al frente de ellos.
En ese instante, Enrique muy sonriente y sentado en su silla de ruedas. Comiendo un helado de vainilla. Mira cómo se divierten Milenna, Melissa y Gloria en esta atracción.
En ese momento, Milenna se baja de la atracción y le dice a Enrique:
— ¿Ya te animaste a subir al carro chocón?
Enrique le dice:
— Ahora que las vi a las tres tan felices y sonrientes. Llenas de vida, vi a una verdadera familia muy amorosa, y comprendí que tú eres la persona que yo necesitaba en mi vida. Dios y tu son mi esperanza.
Milenna también le dice a Enrique:
— Yo siento lo mismo desde que te vi, es como si te conociera desde siempre.
Gloria y Melissa se bajan de la atracción y Melissa le dice a su mamá que le compre otro helado de chocolate.
En ese momento, Milenna le dice a su hija, pero si ya te has comido dos helados, mejor te compraré otra cosa.
Enrique al ver a Melissa haciendo muchas caras de su inconformidad. Le dice a Milenna:
— Cómprale un helado más a la pequeña.
Milenna le hace caso a Enrique y le compra nuevamente un helado de chocolate a la niña.
En seguida, Milenna sonriéndose bastante, le dice a Enrique:
— Melissa ya tiene quién abogue por ella.
Enrique la mira, y le dice a Milenna:
— Yo también tengo quién abogue por mi ante Dios...