El gran problema de Laura hizo que Enrique y su padre, estén a punto de rencontrarse. Después de tener varias discusiones en el pasado.
En ese momento, Enrique suspira un poco, y le dice a su tía:
— Te confieso la verdad, no sé cómo tratar con mi padre. Espero que haya cambiado un poco desde la última vez que nos vimos.
Julia le dice:
— Yo te veo muy cambiado mijo. Tarde o temprano tenían que hablar, yo espero que esta situación que se presentó entre ustedes dos. Logren superar sus malentendidos y se traten como padre e hijo.
Después de veinte minutos, Armando llega a la casa de Julia y de inmediato mira a su hijo a los ojos, y le dice:
— Ahora que nuevamente te veo hijo, debo de pedirte perdón. Por todas las incomodidades que te hice pasar.
Enrique le da la mano a su padre, y le dice:
— Tranquilo papá, no necesitas que yo te perdone ahora, porque de hace mucho tiempo lo hice.
— Es que, durante el camino hacia acá, yo venía pensando muchas cosas sobre ti hijo.
Julia se enoja un poco con Armando, y le dice:
— No lo puedo creer, ¿estabas pensando que tu hijo había hecho los destrozos en tu casa?
De inmediato, Enrique le dice a su padre:
— Estábamos hablando de nuestro hijo. Cuando de repente ella enloqueció y comenzó a tirarme todo lo que encontraba. Yo como estoy en los caminos de Dios, deje que ella se tranquilizara. Saliendo rápidamente de la casa.
Armando se queda pensando varias veces, como un minuto en la palabra que dijo su hijo, en el camino de Dios. Y de inmediato sale de la duda, y le dice:
— ¿Acabas de decir que estás en el camino de Dios?, ¿eso es verdad?
Enrique se sienta nuevamente, y le dice a su padre:
— Como ustedes bien saben, yo soy la prueba viviente de aquel trágico accidente en el Océano Atlántico, yo le pide a Dios otra oportunidad y me la dio... Dios también me dio la oportunidad de encontrar personas bondadosas que me tendieron su mano. Cuando ustedes me la negaron, no se molesten, es la verdad y yo no tengo rencor de nada de eso, porque además de haberme salvado en varias ocasiones. Dios me puso en mi camino una mujer maravillosa, que me hizo volver a creer en el amor y seguir afianzando este camino hacia la salvación.
En ese momento, Armando y Julia entendieron los sentimientos de Enrique.
En ese preciso instante. Julia se acordó cuando su sobrino le había pedido ayuda a ella cuando más lo necesitaba. Y de inmediato le dice:
— Yo también te he fallado.
En seguida, Armando le dice a su hijo:
— Vamos a solucionar el problema de Laura lo más pronto posible, y yo tengo una idea.
— ¿Y cuál sería esa idea papá?
Armando sin titubear le dice a Enrique:
— Si no ingresamos a Laura a un centro de rehabilitación, ella se perderá por completo.
En ese instante, en casa de Armando. Laura se desesperóen el encierro de la casa y la falta de drogas, y en ese momento se llevóel amplificador, a una prendería más cercana...