La buena noticia que Enrique les trajo a Julia y Armando. Los puso muy contentos, de inmediato Julia le dice a su sobrino:
— El mejor lugar que yo he escuchado; es el Comité de Rehabilitación, si Laura entra en ese lugar tan profesional, en poco tiempo la verás como antes.
Enrique sigue abrazando a Laura para darle fuerzas, y le dice a Julia:
— ¿Cuánto cuesta el ingreso?
— No lo sé, pero ahora mismo buscaré el teléfono en el directorio.
Armando le dice a Enrique:
— Lo que cueste ese centro de rehabilitación, la familia se encargará de ayudar a pagar la estadía de Laura.
— Gracias papá.
En ese momento, Julia logra comunicarse con el comité, y le dice a Enrique y su padre:
— Cada mes en ese lugar, nos va costar quinientos mil pesos.
De inmediato, Armando les dice a todos:
— Pensaba que iba a salir más caro, pero no te preocupes Julia. Entre todos lograremos que Laura tenga la mejor atención.
Enrique deja a Laura en la habitación, y le dice:
— Descansa, ahora vuelvo.
En seguida, Enrique coge de la mano a Johan, y le dice:
— ¿Te gustaría ir al parque?
Johan muy emocionado le dice a su padre:
— Sí, quiero montar en los saltarín.
— ¿Qué es eso hijo?
— Saltarín, saltarín, saltarín.
Enrique se sonríe, y le dice:
— Pues vamos a esos saltarínes que dices.
En ese momento, Enrique le dice a su padre y a su tía:
— Ya vuelvo, voy al parque y voy a recuperar el tiempo perdido con mi hijo...
Parque el Tesoro, Enrique va de la mano con su hijo. Cuando este se suelta y corre rápidamente a lo que él llamaba tantas veces como el saltarín.
En ese momento, Johan junto a otros niños comienzan a saltar y a saltar sin descansar ni un momento, Enrique se pone alborde de esta diversión, y le dice a su hijo:
— Ten cuidado y mantente en el centro.
Después de varios minutos, Enrique baja a su hijo. Y le compra mucho algodón de azúcar y se sientan a comérselo.
Después de eso, Johan corre hacia los toboganes que estaba mirando desde que estaba comiendo los algodones de azúcar.
Como si fuera un niño, Enrique también se sube a un tobogán y se lanza junto con su hijo una y otra vez, hasta que Enrique lleva a su hijo a los columpios.
Enrique pasa el mejor día de su vida. Y lleva nuevamente a su hijo a casa de su padre.
En seguida, Johan le dice a su papá:
— No quiero que te vayas.
Enrique se agacha, y le dice a su hijo:
— Claro que no, desde ahora en adelante, vamos a disfrutar junto de muchas cosas.
En ese instante, Armando le dice a Enrique:
— Laura todavía sigue descansando y Julia ya se fue para su casa. Pero dejo dicho que estará mañana aqui a primera hora. Para acompañar a Laura al centro de rehabilitación...