Dios Es Amor

PROMESA

Faltando seis horas para llegar a la ciudad de Cali, Johan comienza a decirle desesperadamente a Enrique que quiere bajarse a mirar las vacas de cerca.

En ese momento, Enrique se sonríe, y le dice a su hijo:

— Cuando lleguemos a Cali, te compraré una de juguete para ti.

En ese momento en Cali, Gloria le dice a su hija Milenna:

— Porque no llamas a Enrique, ¿no te parece que se ha demorado mucho allá en Medellín?

— No exageres mamá, Enrique no tiene ni tres días y ya quieres que este de intensa llamándolo a cada rato.

— Solo pensaba que de pronto. El cambiará de opinión y se quede en su ciudad natal.

De inmediato y sin titubear, Milenna le dice a su mamá:

— No sigas diciendo esas cosas, porque Enrique me prometió que volvería y yo le creo, solo lo llamaré en estos momentos, para saber si necesita que le envié algo de dinero para transportarse hasta aquí.

En ese instante, Milenna sale del garaje de su casa hacia el andén. Y llama a Enrique.

En seguida, Gloria la mira desde lejos y se sonríe.

En seguida, Gloria la mira desde lejos y se sonríe

Enrique le contesta a Milenna, y le dice:

— Hola amor, discúlpame que no te había llamado, pero es que estaba atendiendo un problema con la mamá de Johan.

— Tranquilo amor, solo llamaba para saber cómo estas y si necesitas que te envié dinero para venirte.

— No te preocupes por eso, yo estoy a cuatro horas de llegar a Cali junto a mi hijo.

Milenna se contenta con esa noticia, y le dice:

— Que bueno, voy a conocer a tu pequeño, cambiando de tema. Cuando llegues te encontrarás una gran sorpresa en el garaje de la casa.

Enrique le dice:

— Te escucho bastante entusiasmada y eso me gusta, ahora que llegue a la casa comenzaremos a trabajar en forma.

En ese momento, Johan se lanza abrazar a su padre y le hace caer el teléfono. Cortando la llamada de Milenna al instante.

Enrique recoge el teléfono, y le dice a su hijo:

— Debes de prometerme que te vas a comportar bien con todas las personas que vas a ver.

 

Johan con una manera muy particular moviendo la cabeza de lado a lado, le dice a Enrique:

Johan con una manera muy particular moviendo la cabeza de lado a lado, le dice a Enrique:

— Te prometo que me voy a portar bien.

En ese instante, el vehículo se detiene en uno de los puntos de control y de inmediato toda la gente se baja y se dirigen hacia una tienda.

Enrique se baja junto a su hijo y pagan dos mil pesos para usar el baño, después de hacer sus necesidades. Enrique y su hijo se dirigen nuevamente al vehículo. Cuando Johan vio unas empanadas y le dice a su padre:

— Cómprame una, cómprame una, quiero comer una de esas.

Enrique se devuelve, y le dice a su hijo:

— No es bueno comer tanto durante este largo viaje Johan, pero ya que estas a punto de llorar, vamos a comprar solo una... 

 

 




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