Sorprendidos por la situación que están viendo con esa vecina, Milenna, Enrique y Gloria, quedan paralizados ante el extraño comportamiento.
En ese momento, Gloria le dice a los demás:
— Llamemos a la policía muchachos, no podemos dejar que esta señora nos perjudique, lo que está haciendo ella es brujería.
Enrique se asusta al escuchar lo que dijo Gloria, pero Milenna le dice a su mamá:
— ¿Qué le vamos a decir a la policía?, yo tengo algo mejor para ella.
Gloria le dice a su hija:
— ¿Qué vas hacer?
— Voy a traer la biblia para que leamos el salmo 91.
En ese instante, Milenna trae la biblia y la abre en el salmo 91. Diciendo en voz alta:
— El que habita el abrigo del altísimo, morara baja la sombra del omnipresente. Diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío, mi dios en quien confiare. El té librará del lazo del cazador y de la peste destructora, con sus plumas te cubrirá y de bajo de sus alas estas seguro. Escudo y adarga tu verdad. No temerás al terror nocturno ni saeta que vuele de día, ni mortandad que medio del día destruya, caerá a tú lado mil y diez mil a tu diestra más a ti no llegara, ciertamente con tus ojos miras la recompensa de los impíos, porque has puesto a Jehová al altísimo por la habitación, en tus manos te llevara para que tus pies no tropiece con piedras. Sobre el León y el aspio pisaras y hallaras al cachorro del León y el Dragón, en cuanto en mi has conocido mi nombre, me invocaras y yo te responderé, con el estaré en la angustia, yo te librare y te saciare de larga vida y te mostrare mi salvación. Amen.
En ese preciso momento en la mitad del salmo, la señora para lo que está haciendo. Y rápidamente se va para su casa.
Enrique le dice a Milenna:
— No puedo creer lo que he visto amor, ¿esa señora nos estaba echando maldiciones?
— Ninguna hechicería, ni maldiciones que esa señora nos haga, nos afectará porque contra la palabra de Dios nadie puede, por eso amor, cada día tienes que llenarte más de fe en Jehová y veras como todo será diferente.
Gloria les dice a los dos:
— Por favor muchachos, sigamos trabajado y olvidemos este incidente.
De inmediato, Milenna le dice a su mamá:
— Hay que estar pendiente en la casa, porque esto que paso no podemos echarlo en saco roto.
Enrique le dice a Milenna:
— ¿Ya habías tratado con esa señora antes?
— No, ella casi siempre ha estado encerrada en esa casa.
En ese instante, Enrique coge la biblia y la deja abierta en una mesa. Y se pone a trabajar junto a Milenna y su madre...