Dios Es Amor

EL ESPÍRITU DE LA SEDUCCIÓN

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11:35 am, termina la predica del pastor José. Y de inmediato todos se saludan como hermanos que son.

Al llegar a casa, Cristian satisfecho por todo lo que escucho de a salvación individual de las personas, le dice a Enrique:

— Primo, no pensé que me iba a sentirme tan bien en la Iglesia, quiero volver.

— Qué bueno que te haya gustado.

Milenna también se siente a gusto por el comentario de Cristian, y le dice:

— Recuerda que la Iglesia se llama Monte de Sion.

— Claro, no se me olvida.

El día siguiente 6:22 am, todos se levantan temprano para irse a trabajar con excepción de Cristian.

Enrique y Milenna están casi listos para irse abrir el local. Cuando van hacia la habitación de Cristian y lo ven muy enfermo.

De inmediato, Enrique le dice a Cristian:

— ¿Qué tienes?

— Me duele el estómago y la cabeza, creo que me callo mal la comida de anoche.

Milenna al ver eso le dice a Enrique:

— Amor, adelántate y abre el local, mientras tanto yo le preparo un remedio casero a tu primo.

— Listo.

En ese instante, Niji y Lorena llegan a trabajar, mientras Gloria y su hija rápidamente le hacen varios remedios caseros a Cristian.

Enrique sale de la casa, y dice en voz baja:

— Qué extraño, Cristian está cansado de comer lo que sea y nunca le pasaba nada de esto.

Después de quedarse una hora y media en un terrible trancón a causa de un accidente, Enrique por fin llega a su negocio. Y comienza a lavar el andén.

En ese mismo instante, Gloria le dice a su hija:

— No era necesario que tú te quedarás haciendo esto, ya Lorena y Niji habían llegado.

— Me nació hacerlo, pero tienes razón mamá, ya voy acompañar a mi esposo, como Johan y Melissa no tienen clases hoy. Vas a tener más trabajo.

— Ve a trabajar tranquila.

En ese momento, Milenna se despide de su hija. Dándole un gran beso y también lo hace con Johan.

Centro de la ciudad, después de lavar el andén de su local, Enrique se encuentra de espalda organizando toda la ropa

Centro de la ciudad, después de lavar el andén de su local, Enrique se encuentra de espalda organizando toda la ropa. Cuando entra una mujer muy hermosa. Tan hermosa que Cuando la vio Enrique, no pudo apartar su mirada de su rostro y cuerpo.

La joven no tenía ningunas intenciones de comprar. Solo vio la oportunidad de seducirlo hasta hacerlo caer, porque a ella no le importaba si era casado. Solo quería tentarlo y hacerlo pecar.

Enrique entro en un trance terrible. Y no podía hablar en ese momento, solo pensaba en cómo se llevaba a esta mujer para hacerla suya en otro lugar.

En ese instante, La mujer se mueve muy sensual, y le dice a Enrique:

— Estoy perdida en esta ciudad tan grande y no tengo a nadie, por favor, ¿podría usted indicarme o llevarme a un buen hotel?

De inmediato, a Enrique se le vino un pensamiento con el nombre de Jezabel en tres ocasiones. Y con los ojos cerrados, dijo en voz baja:

— No voy a caer en tus tentaciones espíritu de la seducción.

En ese instante, Enrique abre sus ojos y no ve a nadie.

En seguida, sale al andén y mira hacia todas partes. Y no ve a la mujer por ningún lado, y dice:

— Todavía tengo la imagen de esa mujer en mi mente.

En ese momento, Enrique entra al local y comienza a orar. Para nunca volver a experimentar una cosa de esa.

Para nunca volver a experimentar una cosa de esa

En ese instante, Milenna va en el taxi. Cuando repentinamente se sube al taxi un hombre muy simpático, el cual la queda observando detenidamente.

Milenna es tentada, pero ella reacciona y mira que todo lo que está sucediendo desde que se levando de la cama con su esposo, estaba todo mal. Y de inmediato le dice al hombre que la quiere seducir:

— ¿Que tanto me estas mirando?, yo no voy a caer en tu trampa de seducción.

En ese instante, el taxi le para a una señora muy acuerpada y Milenna mira hacia su derecha de la ventanilla, para evitar ver a la tentación de aquel hombre. Cuando la señora abre la puerta del taxi. El hombre ya no estaba en el puesto cerca de Milenna.

En ese momento, Milenna siente algo como parecido a un alivio, y le dice a la señora:

— ¿Usted vio a la persona que estaba aquí?

— No, usted estaba sola con el chófer.

De inmediato, el taxista se asusta y les dice a las dos:

— Yo acabo de subir a un hombre, ¿a qué hora se bajó?

Milenna se queda pensando y confirma que era atacada por Jezabel, el espíritu de la seducción...

 

 




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