Después del gran alboroto que causo el loco en el local, Milenna y Cristian se quedan esperando la llegada de Enrique del restaurante.
En ese momento, Milenna se pone a leer el salmo 18, mientras Cristian está tratando de vender algo llamando a las personas que pasan para que entren al local.
Minutos después, Enrique trae la comida y por primera vez no cierran el local, para comer adentro.
Cristian les dice a los dos:
— Ustedes hacen una bonita pareja, los felicito.
Enrique y Milenna se sonríen después de tanta amargura que han pasado este día. Cuando Enrique comete un error al decir:
— Si no fuera por esta mujer, no sé qué sería de mí.
Milenna lo corrige diciéndole:
— Amor, te cuerdas que hace mucho tiempo te dije que no idolatres a nadie, primero Dios antes que nada.
Enrique cae en cuenta en lo que dijo y pide perdón a Dios en es ese momento, y dice:
— Yo conozco la palabra de Dios. Y aun así sigo diciendo esas cosas.
— Tranquilo primo, fue un error nada más.
Pasa toda la tarde y el único local que no se vendió nada fue el de Enrique y Milenna.
7:00 pm, llegan a casa muy cansados los tres. Cuando Gloria les dice a Milenna y a Enrique:
— Johan y Melissa estuvieron peleando todo el santo día.
De inmediato, Enrique le dice a Johan:
— ¿Qué sucede con Melissa?
— Quiero ver algo en la televisión y ella me la cambia.
— No quiero volver a escuchar que te has pelado con ella, si te portas bien, en estos días te daré una sorpresa.
— Quiero un televisor para mí solo.
— Pórtate bien y lo tendrás.
Milenna regaña a Melissa, pero cuando lo hace comienza a toser y a estornudar mucho.
Gloria se preocupa bastante, y le dice a su hija:
— Voy a prepararte un agua panela con limón bien caliente, parece que te va a dar gripe.
Enrique le dice a su esposa:
— Tienes síntomas de gripe, es mejor que te recueste en la cama y esperes lo que está preparando Gloria.
— Listo, te espero a ya, pero no te olvides de llamar hoy a tu padre, para ver cómo van los muchachos en Medellín.
— Ahora lo llamo, lo importante eres tú, ve y descansa.
Milenna se va a costar. Y atrás de ella la sigue Melissa, que también se acuesta con ella, diciéndole:
— ¿Por qué tienes los ojos llorosos?
— No es nada amor, ven abrázame.
En ese momento, Cristian le dice a Enrique:
— ¿Desde cuándo montaste el de Medellín?
— Hace poco, a ese negocio hay que tenerle paciencia.
— Lo bueno es que tu padre está pendiente.
— Sí, últimamente se volvió más responsable que antes.
Después de hablar con su primo, Enrique se fue a consentir a su esposa. Tocándole la frente y diciéndole:
— Mi consentida hermosa.
De inmediato, Melissa le dice a Enrique:
— Yo pensé que era la consentida de la casa.
Milenna y Enrique se sonríen, y le dicen al mismo tiempo:
— Tú también eres la consentida.
Milenna le dice a Melissa:
— Anda y te disculpas con Johan, él está viendo televisión ahora.
— Pero porque yo, el empezó.
— Ve y no reclames, tengo que hablar algo con Enrique.
En ese instante, Melissa sale de la habitación de su mamá, y va a disculparse con Johan.
En ese momento, Milenna le dice a Enrique:
— ¿Ya hablaste con don Armando?
— No, lo he dejado para mañana.
Milenna sigue tosiendo, y así le dice a Enrique:
— No podemos dejar solo a tu padre con ese negocio.
— Cálmate amor, todo va bien, ahora tienes que mejorarte.
En ese instante, Gloria le da el aguapanela con limón a su hija, y le dice:
— Con esto te levantaras como nueva mañana.
En la mañana siguiente, sin explicación alguna, Milenna amanece muy enferma...