Enrique se despierta e inmediatamente le dice a Milenna:
— Esto no me lo aguanto más, en la mañana viajaremos a Panamá.
Milenna se asusta, y le dice a Enrique:
— Cálmate, estás hablando sin tener sentido, ¿viajar a dónde?
— A Panamá, ¿no escuchaste lo que te dije?
— Si amor, pero porque hay que hacerlo, además, tenemos que sacar los papeles para viajar allá. ¿Y a quien dejamos en el local?
— Cristian se puede quedar, él ya se desenvuelve en el negocio.
— No sé, esto es muy extraño.
— Amor, esta vez el sueño fue muy revelador, Dios me está mostrando algo muy importante en ese hospital de la ciudad de Panamá, debo irme con o sin ti.
— No, yo voy acompañarte, no voy a dejarte solo en esto.
Luego de hacer la diligencia para viajar a Panamá en esos días, Enrique y Milenna comienzan hacer las maletas y esperan a que amanezca para dejar a Gloria a cargo de todo.
Después de despedirse de sus hijos y dejar a cargo a Gloria y a Cristian de todo, Milenna y Enrique viajan a Bogotá.
9:22 am, después de veintidós minutos de viaje, Enrique y Milenna llegan a Bogotá.
En ese momento, Milenna le dice a su esposo:
— Tenía tiempo que no venía a Bogotá.
— Discúlpame amor, por hacerte venir hasta acá.
— ¿Qué dices?, esto es un designio de Dios, debes de abrir esa puerta y descubrir realmente que hay detrás de ella.
— Estoy un poco asustado, no sé qué me vaya a encontrar allá.
— Sea lo que sea, estamos juntos en esto.
En ese instante, Enrique y Milenna comen algo en el Aeropuerto del Dorado. Y se preparan para irse a la ciudad de Panamá.
En ese momento en Cali, Cristian se desenvuelve muy bien en el local y logra vender sin tener ningún problema.
En ese instante, Lorena entra al local y le dice a Cristian:
— Que bien, tienes mucho dominio en ventas.
— ¿Paso algo en casa?
— No, mi tía Gloria me ha mandado a que te ayudará con todo esto.
— ¿Quién se quedó en la fábrica?
— Nadie, por un día que esté cerrada no va pasar nada, además, Enrique y Milenna están actuando como dos irresponsables al irse así por así a otro país:
— No se Lorena, Mi primo y Milenna deben de tener razones de peso, para irse así de esa manera.
10:45 am, Enrique y Milenna se suben al avión. Sentándose al lado de una señora que los saluda sin a verlos conocido.
Enrique le dice a Milenna:
— ¿Amor conoces a la señora?
— No, nunca la he visto.
En ese instante, el avión comienza a moverse rápidamente por toda la pista. Hasta coger vuelo y perderse entre las nubes.
Durante el viaje, Milenna siente que Enrique le vuelve apretar muy duro la mano derecha, y le dice en ese instante:
— Amor, me estas lastimando otra vez, ¿qué te sucede?
— Perdóname, todavía pienso en lo que me sucedió hace tiempo.
— Eres muy valiente, si me fuera pasado a mí, creo que no me subiría nunca a un avión.
— Vaya, con lo que me acabas de decir, me has puesto más nervioso.
Milenna se sonríe bastante, y le dice a Enrique:
— Lo dije jugando amor, vamos a llegar a Panamá sanos y salvos.
— Eso espero.
Después de una hora y media, el avión aterriza en la ciudad de Panamá...