Diosa de la Muerte

Capitulo VI

Kimil- hemos llegado.

Kimil, Se detiene frente a una cabaña, se inclina para ayudarme a bajar de su espalda, toca la puerta de la cabaña, pero nadie contesta, su cuerpo se poner rígido, voltea con una expresión fría.

Kimil- permíteme entrar primero.

-De acuerdo

Kimil, abre la puerta de un solo golpe, deteniéndose en la entrada, se puede ven como su cuerpo se tensa y apuña sus manos, no puedo detener mis pies, al darme cuenta ya estoy para a su lado la escena es horrible, hay sangre por todo el piso, las paredes están salpicadas de sangre fresca, su olor están fuerte, que tengo que cubrir mi boca y mi nariz, un frio me recorre todo el cuerpo al recordar que mi hermana nos esperaba en esta cabaña, puedo sentir como Kimil trata de sacarme de la cabaña, pero mi cuerpo esta postrado, mi cabeza da tantas vueltas, las lágrimas recorren mi cara, cuando por fin logro abrir la boca solo sale un grito que me desgarra el alma, de pronto siento como la sangre me quema.

Kimil- Tienes que calmarte, todo esto no es lo que parece, no dejes que se apodere de ti...o de verdad tu hermana estará en peligro.

Puedo ver su miedo e impotencia reflejado en su cara, sosteniéndome de los hombros me sigue gritando pero su voz solo es un eco en mi cabeza, es como si no pudiera controlar mi cuerpo como si solo fuera una huésped en el, no puedo creer que acabo de aventar a Kimil al otro lado de la cabaña con solo empujarlo con mis mano.

Qué demonios me está pasando nunca he sido tan fuerte, Kimil se levanta enseguida, en un solo parpadeo esta frente a mí, pero no está furioso, su mirada es fría pero tiene un destello de tristeza, me toma de las manos pidiéndome que me tranquilice. Otra vez esa sensación tan familiar como si nos conociéramos de toda la vida, siento como mi cuerpo me deja tomar el control, el fuego que sentía va disminuyendo pero ya no desaparece.

-Que le sucedió a mi hermana

Kimil- No estoy seguro, pero no te preocupes esta sangre no es de ella

-Si no es de ella... entonces de quien es.

Kimil-Es, no...no tengo idea

Tengo un nudo en la garganta, sé que me está mintiendo, estoy segura que el cabello de mi hermana estaba en el piso de la cabaña.

Kimil- Claro que hay cabello de tu hermana, estuvimos durmiendo en esa cabaña, así que cálmate

- que aremos ... como la encontraremos

Kimil- tratar de encontrar algún rastro que nos lleve hacia ella.

Empezamos a caminar, adentrándonos mas y mas en el bosque buscando algún rastro o señal de Abril pero todo era inútil.

-De verdad encontraremos a mi hermana...no entiendo porque nos esta pasando todo esto a nosotros.

Kimil- tengo una idea, pero será un poco dolorosa 

- ¿a que te refieres con dolorosa?, no importa solo dime lo que estas pensando

Kimil- bien, sabias que en el mundo existen muchos seres poco naturales, bueno para que todos podamos vivir en paz, los humanos ordinarios no tienen idea de su existencia y hay seres humanos que no son ordinarios como tu hermana y tu... que son unas dopplegänger , sabes que es esto o lo que significa.

-estas jugando conmigo, claro que se lo que significa leí todos los libros de 

Kimil- posiblemente todo lo que hallas leído se asemeje un poco a la realidad pero te servirá

- esto es lo que estabas pensando o cual es tu idea 

Kimil- conozco la manera de hacer que recuerdes tus memorias pasadas, esto nos servirá porque se esta repitiendo lo que viviste hace cien años.

- estoy un poco confundida, ¿Cómo se supone que harás eso? y como sabes lo que sucedió hace cien años- lo mire con intriga.

Kimil- veras, porque tengo mas de seiscientos años, así que te he conocido antes.

La verdad me quede sin palabras, ya no sabia en que realidad estaba viviendo, es fácil leer en los libros sobre brujas, vampiros seres inmortales hasta de dopplegänger pero que venga alguien y me diga que soy una de ellos al igual que el y que todo esto que me esta pasando no están serio porque ya había pasado antes, siento que estoy a punto de colapsar no se que demonios pensar creo que me he vuelto loca al igual que el.

Después de estar como cinco minutos en silencio, solo me quedaba creerle si eso iba  a ser que me llevara con mi hermana para salir de aquí juntas.

- esta bien intentemos, tu idea.

Kimil- bien, solo confía en mi... primero siéntate aquí y yo me encargare de lo demás

Me senté en medio de los arboles en silencio, mientras el trazaba un circulo alrededor de mi con una rama y escribía algo, después coloco cuatro piedras simulando los puntos cardinales, para finalizar se acomodo de rodillas frente a mi.

Kimil- es hora solo cierra tus ojos y respira profundo, concéntrate en mi voz solo en mi voz. 

El solo respiras y calmar mis nervios , me tranquilizo lo suficiente como para concentrarme totalmente en su voz que parecía estar narrándome una historia.

Hace muchos años vivía una joven muy bella llamada Ixtab que era conocida por ser la diosa de la luna, junto a ella vivía su padre y su hermana menor Ixchel, al crecer Ixchel tan femenina y amable como su hermana tenia muchos pretendientes entre ellos un joven al que ella correspondía su amor, su padre al ver que tenia tantos pretendientes armo duelos para así decidir quien seria el afortunado de casarse con su pequeña hija sin saber que Ixchel ya amaba al joven, el joven había vencido a la mayoría de los pretendientes solo quedaba  un joven desconocido que no era de esas tierras, el duelo estuvo muy parejo pero al final el joven desconocido gano la batalla apuñalando en el corazón al amado de Ixchel. 

Ixchel al ver a su amado tirado en la arena, corrió hacia el y lo tomo en sus brazos pidiéndole  a su Ixtab y a su padre por el , pero al ver que su amado había muerto no soporto tal dolor que termino con su vida, su padre tras el dolor de perder a su pequeña hija por amor y al sentirse culpable, convirtió al joven en el dios del sol y a su pequeña hija en la nueva diosa de la luna quitándole ese lugar a su hija mayor quien al amar tanto a su hermana no pudo soportar que le quita su lugar como diosa de la luna, guiada por su coraje y celos asesino a su padre tomando el control sobre el cielo y las nueve puertas del inframundo convirtiéndose en la diosa del suicidio o mejor conocida como la diosa de la muerte viviendo así por cien años hasta que en el inframundo conoció el amor, pero no duro mucho, su hermana volvió para castigarla por el asesinato de su padre la mando a la tierra obligada a renacer hasta que su corazón pueda perdonar y confiar, al no ser capaz de perdonar aun la traición de su padre juro apoderarse de lo que le habían arrebatado olvidando a ese amor en el inframundo, el joven en cambio juro siempre protegerla y esperar a que  vuelva a su lado. 




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