Capítulo 10| Niña mimada

M A R
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– ¿Enserio Mar? – pregunto Melione con los brazos cursados sobre su pecho, golpeando su pie contra el suelo. Su mirada desaprobatoria me hacía pensar que era una niña siendo retada por su madre.

– Sé que Calíope actúa de manera extraña, pero es agradable solo deben darle una oportunidad – conocía muy bien el saber que es sentirse sola por no tener amigos. Lo pase en mi primer mes dentro del liceo antes de que mis primas y amigas se vinieran al mismo liceo que yo por que se sentía igual de incomodas estando solas en liceos privados y de más.

– Abre los ojos Mar – ahora la que se queja es Bunnie que se pone en pie alado de Mel – Esa platinada se está acercando a ti porque te ve como una amenaza – ahora sí que estaba realmente confundida. ¿Por qué Cali a quien apenas conozco me vería como una amenaza?

– Mar Halley Moon Thálassa no puedo creer que no te hayas dado cuenta todavía que Calíope te ve como una amenaza por culpa de Colín – argumento Becca que estaba justo a mi lado – La chica nueva te quiere mantener lejos de su presa en este caso Colín para que no le robes a su chico de ojos verdes – las palabras de mi prima terminan de cerrar y ordenar la confusión que estaba teniendo mi cebero. Negué con la cabeza de solo pensar en que Colín me vea con otros ojos que no sean odiándome me parecía ridículo y no conocía a Cali como para decir si ella me veía como una amenaza.

– Chicas ya paren con sus ideas locas – saliendo de la cama me pongo de pie para verlas a cada una a la cara – ¿Recuerdan lo mal que lo pasaron al principio por estar en un mundo extraño que nos veía mal? – todas agacharon la cabeza asintiendo – Cali está pasando por lo mismo y estoy segura que trata de hacer amigas. Ella es tan especial como nosotras solo debemos darle una oportunidad chicas – juntando mis manos haciendo un puchero para que se enternezcan y le den una oportunidad a la platinada. No tenía dudas de que Cali y Oliver son hijos de divinidades solo que todavía no me daba cuenta de quienes eran sus padres.

– Igual ella sigue cayéndome mal – con los brazos cruzados Lila nos da la espalda sentada en mi cama. Comprendía que la descendiente de las cosechas y la primavera estuviera enojada o quizá celosa de Calíope ya que Kevin estuvo viéndola mucho embobado.

– ¿Esos son celos por el play boy del liceo? – interrogo de manera cantarina Bunnie sentándose alado de Lila que seguía en su pose enojada.

– Esto huele a romance, podre usar mis flechas doradas – Becca se tira encima de Lila que comenzó a reírse por las cosquillas que le estábamos haciendo todas ahora. La única que seguía sin convencerse de que había que darle una oportunidad a Cali era Melione, la princesa del inframundo al igual que sus padres no confía mucho en las personas.

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Como ya se tenía previsto hoy sería la prueba de mi vestido al igual que mis amigas que también se estaban probando sus vestidos para la ceremonia que se celebraría en mi cumpleaños. El vestido como tal aún no estaba terminado por lo cual debía venir a una segunda prueba dentro de unos meses. La habitación de la diosa Afrodita se había vuelto como una especie de probadores donde mis amigas junto a sus mamas y las ninfas ajustaban sus vestidos.

– Te está quedando precioso Néfeles – comento a la ninfa que se encuentra ajustando mi vestido para que se me vea como la tía Aileen le estaba aconsejando a la ninfa. En mi reflejo podía ver la caída del vestido, como lo iban ajustando a mi cuerpo y algo que estaba segura a mi padre no le agradaría es que mi busto era alzado un poco por el corsé.

– Gracias – responde de manera tímida la ninfa que ahora se encontraba acortando el largo de mi vestido con una tijera. La diosa del amor hace su gran aparición dentro de su cuarto seguida por las niñas que se habían ido con ella a dar un paseo por el prado de Atenea.

– Mamá quiero un caballito con alas – pegándose a las piernas de nuestra madre Bianca hablaba de manera rápida y casi sin respirar – ¡Quiero un caballito con alas! ¿Por qué Mar puede tener a Pegaso y yo no? – mis primas pequeñas comenzaron a hacerle el mismo cuestionamiento a mis tías que ni enteradas estaban de que en el olimpo estaba el mismísimo Pegaso.

– Princesa suelta las piernas de mami para que podamos hablar del caballito con alas – liberando a nuestra madre Bianca la miro con sus manos en su cintura mientras movía el pie derecho. – Mar no es dueña de Pegaso él es... tu tío Bianca cuando seas grande lo entenderás – agachándose a su altura acaricio su cabello esperando a que mi hermanita entendiera.

– Pero yo quiero un caballito con alas – protesto mi hermana inflando los cachetes mientras veía enojada a nuestra madre. Pisando fuerte el suelo con su pie derecho hizo sus manos puños firme a su costado.

– No vas a tener un caballito con alas Bianca deja de comportarte como una niña caprichosa – mi madre quien ya estaba mostrando su enojo vio a mi hermana de manera severa. Bianca comenzó a hacer un pequeño puchero mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

– Mala, le diré a papi – grito en la cara de mamá para girarse y salir corriendo mientras lloraba a gritos.

Néfeles quien no había dejado de trabajar me pide que sostenga la falda de tul del vestido mientras ella arregla unas cosas en el forro de la falda. Mi madre se pasa una mano por la cara resoplando para luego sentarse en la silla enfrente de mí.