Capítulo 42| Por la noche

C O L Í N
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No fue para nada extraño que los dioses celebraran luego de que casi el olimpo haya sido un campo de batalla. Dioniso¹ estaba haciéndose cargo de que todos bebieran y se divirtieran para alivianar el estrés. Mi madre hablaba con sus amigas manteniendo a Dasha vigilada. Cuando se junta con sus amigas se debe dar por sentado que alguna travesura harán juntas. Papá hablaba con Adonis y los demás padres de mis amigos, según mi madre en su juventud no se llevaba bien con los demás pero los años trajeron madures y aprendieron a ser amigos todos.
 

- ¡Que se pudra Cronos! - elevando una copa de vino Samanta se la bebe de un trago y deja la copa sobre una mesa. - Eric deja de molestar a Jackson aun es chico para esos juegos - grita mi prima a su hermano que molesta al hermanito menor de Kevin.
 

- ¿Cuántas copas has tomado ya? - pregunto al sentir el olor a cerveza a penas me acerco a Sam.
 

- Pocas, Mel por accidente me hecho su vaso de cerveza encima. Estaba peleando con Anker y yo termine recibiendo lo que iba para su sobrino - señala ella la mancha oscura de su vestido violeta, rodando los ojos Sam me miro. - ¿Has hablado con Mar? - con la mirada recorrió el salón pero la rubia no estaba por ningún lado. Se había quedado hablando con los Wisdom.
 

- Aun no, la estoy esperando - sentía impotencia por no haberla podido proteger, fue una ilusión pero si hubiera sido real habría perdido a Mar.
 

- Primo relájate, Mar esta bien y una vez mas el olimpo fue salvado de volverse un caos - palmeando mi pecho con su mano Sam se alejo en busca de su hermano Eric que ya había desaparecido de su campo de visión.
 

Volví a quedarme solo mirando la fiesta la conversación con Sam me quito algo de tensión. En verdad queria hablar con la nueva princesa y aclarar las cosas entre nosotros de una buena vez. Casi perderla me hizo pensar en lo impredecible y caprichoso que puede llegar a ser el destino. Mar llego con otro vestido de color blanco corto, su corona puesta y sin su tridente. Se veía hermosa o es que yo la veo así siempre, sus mejillas estaban rozagantes y sonreía como si nada malo hubiera ocurrido. Fui hacia ella esquivando a dioses y semidioses que charlaban y bailaban sin preocupaciones. Al estar frente a frente Mar me miro a los ojos sin perder su sonrisa.
 

- Colín ¿te encuentras bien? - con su mano acaricio mi mejilla y pude ver en su rostro la preocupación.
 

- Si estoy bien, pero tu ¿lo estas? - apoye mi mano sobre la suya aun en mi mejilla, moviendo un poco mi rostro bese su palma. Ella sonrió y agacho la mirada al sonrojarse pero se compuso enseguida.
 

- Puedes estar tranquilo de que estoy mejor que nunca, no soy ninguna damisela en peligro y no quiero que te eches la culpa de nada. Ni tu, ni los Wisdom, ni siquiera mis primas son culpables de lo que paso. Asique por favor disfruta de la fiesta - su mano se aparto de mi mejilla ella estaba a punto de irse pero la detuve agarrando su antebrazo.
 

- Espera - me sentía muy nervioso, apenas las palabras podía salir de mis labios sin temblar un poco. - ¿Podemos vernos mañana por la noche? - no podía decirle algo tan importante de esta manera. Tenía que hacer un gesto grande y bonito porque Mar se merece lo mejor y yo soy quien quiere dárselo.
 

- Claro - su respuesta me hizo sentir latir fuerte el corazón.
 

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El aire marino me golpeaba en la cara y la casa de los Moon estaba en todo su esplendor frente a mi. Reuniendo el coraje suficiente camine la entrada de piedras hasta la casa, toque la puerta y espere. Quien me abrió fue Mar con un lindo vestido celeste y tacones bajos de color negro. Su cabello estaba atado en dos coletas tras sus orejas y se veía muy linda maquillada. En ese momento quise besarla, mucho, hasta que me cansara de que mis labios toquen su piel y sospecho que eso no pasara jamás.
 

- Te ves bellísima Mar - comento viéndola de pies a cabeza y ella se sonroja.
 

- Gracias, tu luces muy guapo - devuelve mi alago con la cara roja y sus ojos brillantes. Ella me hace señas de que espere y deja la puerta abierta para desparecer por las escaleras de su casa.
 

Por la sala aparece Adonis de brazos cruzados y mirada de "tengo ganas de romper piernas", muy similar a las de mi padre cuando un hombre intenta coquetear con mi mamá. Su presencia no me pone nervioso pero si me impone respeto. El hombre camina hasta la puerta y me mira de arriba abajo analizándome con sus ojos de padre.
 

- A mi hija le gustan mucho los mariscos, las velas le parecen algo romántico y ver las estrellas mientras cena la hacen sentirse cómoda - pronuncia con una voz seria el papá de Mar y a mis adentros guardo cada uno de sus consejos. - Si veo que una sola lagrima cae de sus ojos cuando la traigas a casa... - desasiendo el agarre de sus brazos me tomo del cuello de la camisa para verme mejor - No me importara de quien seas hijo muchacho yo te romperé cada hueso de tu patético cuerpo y lo digo enserio - los ojos de Adonis se volvieron completamente negros y mentiría si dijera que no me atemorizo su amenaza. Asentí con la cabeza y el me soltó volviendo a tener sus ojos normales y acomodo mi ropa. Por las escaleras apareció Mar con una chaqueta de jean negra y un pequeño bolso.
 

- ¿Que haces papá? - cuestiona la rubia mientras se acerca a nosotros y Adonis apoya su mano en mi hombro.