Al final ninguno de los hijos de Abaddón sobrevivió ante los ataques fúricos de las tropas de Mors y Beleb. Los dieciséis gigantes fueron atormentados, desollados y al final degollados como muestra de que el reino de las sombras no debe ser jamás profanado. Sorprendentemente, y contrario a lo que afirmaron, Beleb y Mors decidieron no sacrificar a ninguno de los adeptos y junto con eso la ciudad de Eversor fue marcada como maldita.
En cuanto a Jezebel, Mors decretó que fuera encerrada durante dos tempus primordiales para que aprendiera como comportarse ante las ordenanzas de Tenebris. Grace, Kelly, Arthur, Carol y Noah retornaron al Eversor de la tierra, libre de la influencia de hermandad y del culto sangriento que se gozaba en sacrificar corderitos.
En cuanto a nosotros resolvimos quedarnos algunos tempus primordiales con Mors y Beleb para posteriormente volver, porque aún tenemos cuentas pendientes con Szandor, el líder de la fraternidad. Probablemente algún día relate cómo saldamos esas deudas de sangre.