Dioses: Los elegidos

CAPITULO 13: La decisión de Thot

Adeline se encontraba con demasiado ascos y no podía dejar de vomitar, por el hecho de que el licor estaba cobrándole factura. Cuando pudo controlarse, se sentó para contarles a todos lo que estaba pasando, lo que había mirado, y en donde estaba el collar de Anubis.

—Malek, antes de irse dejó caer esto — Sacaba de sus bolsillos el papel, no podía creer que lo había podido sacar, se preguntaba si también pudo haber sacado el collar.

—¿Qué es lo que dice?

—Hvgs vhgxix vm ox urvhgx gvm zfrwxwl — Ella deletrea en voz alta.

—Ni puta idea — Agrega James en voz alta.

—A ver — Owen le entrega un té de manzanilla a Adeline para que se pase el mal rato que sabía que debía de tener en su estómago —. Tú eres Sejmet. Noah es Ptah; Samuel Harsomtus.

Comenzó a nombrar a cada dios que recordaba, con su respectivo portador si así se le podía llamar.

—Queda libre Thot y Anubis.

—Anubis es Daarick.

—A lo mejor es Thot — Adeline le entrega el papel a Daarick, pero ni siquiera se esfuerza, era claro que no podía hacerlo. El abuelo le entrega la tablilla que era respecto a este último dios.

—Ni de pedo puedo leer eso — Daarick comienza a bostezar del cansancio.

—Dice que el escogido de Thot es un chico nacido el primer día del tercer mes — Agrega Noah. Lo que hace que Adeline comience a entender todo.

—El primero de marzo sería… — El cumpleaños de Dylan era justamente en esa fecha. Ella se pone de pie, para ir a la parte trasera de la tienda, se sentía agobiada otra vez. 

La puerta se abre, se voltea para ver al abuelo. Este tenía en su mano la copa de nuevo. Ella niega con la cabeza, negándose a tomar de nuevo licor. No iba a tomar otra vez a menos de que fuera demasiado necesario, pero al contrario era jugo de mango.

—Creo que tú sabes quién es Thot — Le asegura el Abuelo.

—Tengo una noción. Pero me asusta de que en verdad él sea Thot — Le confiesa. El abuelo entendía su preocupación.

—El destino de cada persona es como un río que fluye con fuerza inevitable. Temer solo obstaculiza y retrasa el viaje que está destinado a emprender — Eso había creado un hoyo en el corazón de Adeline. ¿Si ese era el destino de Dylan quien era para ella interferir?

—¿Y si le pasa algo por mi culpa? O peor aún ¿Y si me equivoco? — Ella estaba afligida.

—Aquellos que nunca se equivocan rara vez descubren nuevas fronteras — Ella se ríe mientras toma más el jugo. El sabor dulce hizo que sintiera ascos demasiado rápido.

—Creo que iré a buscar a Thot, o más bien hacer que recuerde.

—Suerte — Ella le sonríe, mientras camino de regreso. Estaba asustada de que la volvieran a atacar.

Camina hacia la entrada y nota como la ventana de su cuarto estaba cerrada. Algo bastante raro, ya que ella nunca lo cierra por completo. Esta sube rápidamente para que su madre no note el estado de su ropa toda quemada, lo había olvidado. Al subir las escaleras nota una presencia extraña, sin duda había alguien más en su cuarto.

Su cuarto estaba demasiado silencioso, activa el modo de sigiloso. Al voltear a una esquina ve que no había nadie, ella se relaja, pero alguien la abraza por la espalda intentando callar la voz de la chica, esta levanta su cabeza hacia atrás con demasiada fuerza, sostiene la mano para doblarla. Sin duda estaba demasiado alerta.

Prende la luz sin soltar la mano. Era Dylan.

—¿Qué demonios te pasa Dylan? — Ella lo ayuda a ponerse de pie, le había roto el labio.

—Recuérdame nunca hacerte enojar — Se revisa mirando que le había dado justo en el centro, de pura suerte no le había roto la nariz —. ¿Qué le pasó a tu cabello?

Adeline había dejado crecer su cabello por mucho tiempo, como para ahora tenerlo de esta manera, sin duda se sentía fatal.

—Larga historia… — Ella se mira en el espejo, recuerda que tiene que cambiarse de ropa —. Salté. Necesito cambiarme.

—Si tu madre me mira afuera me mata — Le agrega haciendo una seña con su mano en su cuello.

—Igual si ve que estas adentro mientras me cambio — Saca una blusa de su cajón, para buscar un pantalón de pijama.

—De todos modos, no hay mucho que ver — Se voltea contra la pared, mientras ella se apresura a cambiarse, arrojándole la camisa en la cabeza.

—¿Qué haces aquí? — Este se voltea para ver que Adeline saca unas tijeras del cajón. Sin duda iba a cortarse ella misma el cabello.

—Te fuiste más rápido de lo que pensé. Quedaron muchas cosas de qué hablar.

Ella mira por el espejo como se acercaba, pero al voltearse, él estaba más cerca de lo habitual.

—Lo que mire se relaciona con tu cabello ¿Me equivoco? — Ella estaba nerviosa, pero su mente le jugó una mala pasada y por un segundo pude jurar que miro a Malek por la ventana, ella lo empuja, para correr hacia la ventana.

Había otro papel allí.

—¿Adeline? — Le pregunta Dylan mientras la jala para que entre.




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