Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 18. Verdades al descubierto.

Malek se intentó varias veces zafar, pero entre más lo hacía más se hundía. Estaba aturdido. Su hermana se pasea de un lado a otro mirando a su hermano. Sus ojos eran de un color morado mientras murmuraba algo que él no entendía.

—Malak. Suéltame — Esta parece tener una idea. Se acerca a su hermano tocando ambos lados de su cabeza. Haciendo que mire lo que ella vivió, aunque era lo mismo, era tan diferente, por alguna extraña razón su historia era más dolorosa que la de él.

La sonrisa de su madre está en sus recuerdos.

—No se te ocurra pensar en otra cosa que no sea ayudar a nuestro señor — Malak tomaba a su hermano del cabello. Ahora estaba más seguro de que estaba debajo de un control mental —. Me lo debes.

Esto último parecía el verdadero sentimiento de su hermana.

—Ya fue suficiente — Le dice Amira sintiendo pena por el chico. 

Este se libera de su amarre, caminando detrás de las chicas. Sabía en qué estado estaba su hermana, pero no podía dejarla sola, era su única familia. Tenía que protegerla, pagar su penitencia.

Seth estaba sentado en la parte de arriba del edificio abandonado. Estaba oscuro a  excepción de las velas. Cada cierto tiempo los llamaba pues necesitaba de la luz que ellos tenían, los consumía evitando que ellos brillarán.

Cuando termina desecha a Malek. Este se queda en el piso junto con otros niños, lo que más lo asustaba era que eran niños. 

—Levántate — Le ordena, pero este era incapaz de hacerlo correctamente —. Sal necesito hablar con mis hijas.

Este lo hace tomándose el pecho, para ver una chica encapuchada entrar en la habitación, no era su problema. Su hermana parece feliz al ver a la chica entrar. No era su problema, el deber de este era protegerla.

—Espera — Malek voltea con la esperanza de ser contado de alguna manera para acercarse a la chica —. Tráeme más niños.

Este asiente sin decir nada. Comienza a saltar de techo en techo buscando a sus nuevas víctimas. Era lo que más odiaba, pero parecía que Seth lo sabía por eso lo manda a hacer esas cosas, pero los recuerdos lo siguen atormentando que tiene que hacerse a una orilla.

Al levantar la vista la mira. Adeline Allen estaba delante de él. Parecía que estaba hablando con alguien, pero desde su percepción ella estaba hablando completamente sola, a excepción del chico que la acompañaba.

Se sentía culpable de lo que tuvo que hacer, y más a ella. Ella tenía una mirada tan calmada aun después de hacerle lo que le hizo. Toma el bolsillo de su pantalón para notar que se había llevado la pulsera, si Seth lo sabía iba a hacer caer la furia sobre él.

Cierra los ojos, pensando en el lugar seguro de ella. Sin darse cuenta se traslada al techo de la casa de ella, lo sabía por qué había estado allí la noche anterior.

El chico miró a través de la ventana cómo es que ella lloraba por el chico que tenía en sus brazos, tenía que sacarla de allí y lo único que se ocurrió fue romper la ventana para ver como ella besaba a alguien más.

Entra sin su permiso obviamente. El aroma a naranja con lavanda lo cautiva. Hasta eso era encantador en ella. Decidió empezar a ver las cosas que tenía a la vista, ver sus dibujos, ver sus fotos. Ella tenía una hermosa sonrisa, era lo primero en lo que Malek se fijó al verla.

—Demonios — Malek se había dado cuenta hasta este momento que sin quererlo se había enamorado de Adeline Allen.

Él tenía una misión, no podía ir contra ella. Y tampoco debía de estar allí. No debía fallar otra vez. Quiere irse sin más, pero se regresa, no quería seguir siendo un lastre de Seth. 

Se acerca a donde está la foto donde se mira más hermosa. Era una donde estaba sonriendo desde arriba, cierra los ojos pensando en ella. “En cuán enamorado estaba de Adeline”

Manifestando lo más oscuro de su corazón, una rosa azul. En el idioma de las rosas era un amor imposible. Se ruboriza, pero unos ruidos del exterior lo hacen que salga de allí lo más pronto posible, por primera vez en días, no se sentía arrepentido, eso lo hace sonreír demasiado fuerte.

Sin darse cuenta de que ellos se cruzaron, pero iban tan concentrados pensando en el otro, que no se vieron.

Adeline respira hondo antes de entrar a la tienda. Ya estaba más calmada y los chicos agradecen verla mejor. Dylan estaba sentado con la tablilla estaba haciendo lo que más odiaba leer. Sin pensarlo Adeline le arroja el suéter a Dylan quien se sorprende por un instante.

—Deberías sentarte — Le indica Noah jalando una silla hacia ella. 

—Antes de que me fuera les platiqué del plan para derrotar a Seth, pero quiero saber si ya pensaron en él o si quieren cambiar algo — Los chicos niegan con la cabeza —. Además de eso, mi madre me pidió que bailará con uno de ustedes.

Dylan se sentía dolido porque Adeline ni siquiera lo había mirado un segundo. Por lo que él se propone, pero Adeline lo rechaza rotundamente sin necesidad de verlo.

—Yo lo haré — Le dice Anthony a Adeline —. De todos modos, no puede ser tan malo.

James y Daarick consiguieron el croquis del museo por dentro, mientras que Albert se encargó de rayar las partes en donde estaban cada cosa.




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