Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 20. El chico desastre.

Adeline y Malek estaban corriendo demasiado rápido intentando no ser atrapados. Malek no conocía las calles y confiaba en que si se equivocaba Adeline lo corrigiera, pero en cambio Adeline confiaba en Malek. Entraban por callejones, por pasadizos y es cuando se topan con pared. Malek ni siquiera se enoja, porque sabía que no valía la pena. Pero Adeline estaba desesperada, sentía que se iba a morir.

Los pájaros los estaban alcanzando y los iban a pellizcar hasta debilitarlos, porque ocupaban a Adeline. Malek pone detrás de su cuerpo a la chica. Él iba a proteger a Adeline siempre que tuviera oportunidad.

—¡DELANTE DE USTEDES ESTÁ LA DIOSA! ¡SEJMET MADRE DE TODOS! — Su voz sonaba dañada — ¡CUALQUIER ATAQUE CONTRA ELLA ES UNA BLASFEMIA!

Adeline sabía que si se alejaba de Malek estos iban a matarlo. A Seth no le importaba Malek, porque, si fuera así, no permitiría que lo dañara.

—HUYE — Le indica a Adeline, pero la chica, se pone delante de él. Nunca lo habían protegido y ella sentía que debía protegerlo. Esta junta todos los recuerdos que había tenido, todos los pensamientos, concentra su energía justo como ni siquiera pudo hacer con el abuelo, y en modo de una ráfaga lo lanzó a donde debía. 

El poder de la chica combinado con el del chico. Malek hace que las paredes truenen en modo de que la tierra se desprenda enterrando a las aves quemadas. Adeline cae de rodillas, mientras que la sangre de su nariz.

Ella se sentía demasiado mal.

—¿Estás bien? — La sostiene con fuerza, mientras despeja la cara.

—No sé usar mis poderes.

—¿Por qué? — Él estaba incrédulo.

—Apenas sé qué hacer con todo esto…

Malek esperaba que ella ya estuviera preparada, pero no era así, había olvidado que ella también era una adolescente, que también estaba aprendiendo a vivir.

—La tienda. Llévame a la tienda.

Malek la toma en brazos sin preguntarle si podía caminar. Este le tapa los ojos, mientras brinca al techo, el pecho agitado de él, lo siente la chica, este estaba tratando de ubicarse. Se detiene un segundo, pensando en cómo lo hizo para ir a la casa de Adeline.

Termina apareciendo dentro de la tienda. El abuelo estaba en la entrada, volteando a mirar a la chica.

—¡Aléjate de ella! — Malek deja a Adeline en el piso, pero en cuanto lo hace la chica comienza a moverse como si le doliera todo el cuerpo. Miles de pensamientos de Malek se mezclan con los de ella, ella viendo la vida de Malek correr delante de sus ojos. Palabras en árabe, cosas de Sejmet que no había visto jamás. Adeline se toma la cabeza, mientras que Malek quiere ayudarla, pero el abuelo lo aparta.

Seth la estaba buscando y podía verlo ¿Pero por qué ella tenía la capacidad de ver lo de otros dioses?

Adeline comienza a gritar de dolor, mientras que la pulsera que tenía irradiaba una luz que solamente ella podía ver. Se pone de rodillas, mientras la luz amarilla se expulsa de su pecho hacía enfrente.

Alguien la llama. Esta comienza a perder toda su energía, toda su luz, la estaban consumiendo, ella estaba muriendo. Y entre todo mira cómo una mujer vestida de rojo se acerca a la chica.

—Adeline Allen… Si desean alcanzar lo que “pocos” poseen, es necesario estar dispuesto a realizar acciones que “pocos” llevan a cabo.

La mujer quien ahora sabía Adeline quien era Sejmet le arranca la pulsera. Esta recupera la pulsera haciendo que recupere el aire y comience a tomar bocanadas de aire. El golpe de un hombre de rodillas en la arena, que cae hacia enfrente quedando enterrado por la arena. Esta misma le dio como murió su padre, murió a kilómetros del autobús, ahora si no le quedaban dudas de que él pudiera regresar.

Unas lágrimas caen de la chica. Ella comienza a gritar de dolor, Sejmet le había dado eso porque ella necesitaba ser fuerte, ella necesitaba tener la fuerza para afrontar lo que se venía, y sabía que si ella tenía esa debilidad no iba a poder progresar. Tenía que destruirla para que se volviera más fuerte.

La habitación que había quemado el día anterior se encontraba preso de las llamas de Adeline otra vez. La habitación comienza a sacudirse completamente haciendo que todos los objetos se impacten contra el piso. Los amigos de Adeline entran como pueden pues hasta afuera de la tienda se encontraba el desastre de Adeline.

Un remolino se forma alrededor de la chica, mientras los cristales de los objetos se rompen en más pedazos integrándose al remolino de ella, haciendo que comience a cortarla, pero el dolor que sentía era más grande. Dylan trata de entrar para calmarla, pero un chico que nunca había visto se aproxima sin temor hacia la chica.

—Adeline, respira — Le pide el chico. Pero no podía salir de su mente, no salía de su pensamiento —. ADELINE.

El fuego comienza a quemarlo, así que lo que hace ella, es tomarle la cara, mientras la acerca a su pecho rodeándola con sus piernas para calmarla dentro de sí. El fuego combinado con el cristal hizo que apenas sintiera algo lejos del dolor.

—Adeline… — Ella abre los ojos como puede mirando que está en los brazos de Malek. Los ojos de ella se llenan de lágrimas, mientras se aferra al pecho de este, sintiendo el latido de su corazón haciendo que eso sea suficiente para calmarla.




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