Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 25. Nuevos caminos.

Todos estaban cansados, ni siquiera eran capaces de moverse por su propia cuenta. Adeline voltea con Owen y este sangraba de la cabeza, habían destruido todo el museo, solamente para perder. Malak extiende la mano hacia su hermano. El chico pensaba que era una mala broma, si iba al lado de ellos, sin duda Seth lo mataría.

Él ni siquiera la acepta. Se queda apartado.

—Malek… — Le vuelve a extender su mano. Su hermana en serio esperaba que su gemelo no se alejará de ella. 

—No.

—¿No? — Leslie lo detiene.

—Como Seth te dio los poderes te los puede quitar y de eso me encargo yo.

A Malek le importaba poco. Pero se mira apartado, pues Adeline no paraba nunca su coraje a ella era justificado. Una estela de humo negra tan densa, los cubre. Todos estaban muy cansados. El lateral del vestido se encontraba lleno de sangre, de su propia sangre. Esta se acerca al cuerpo de Dylan, con mucho cuidado.

—Dyl… Lo siento tanto… — Ella se sentía culpable. Adeline alza la mirada para ver a Daarick de una manera diferente. Anthony se acerca a Dylan, dejando su estela verde que caiga sobre él.

Ella nunca rezaba hasta ese momento. Dylan agarra una bocanada de aire, haciendo que sienta como el alma regresa a su cuerpo. 

—Tiene pulso.

Adeline abraza a Anthony, agradeciéndole por traerle a su mejor amigo de vuelta. Ella pone su mano en la cara de Dylan y este parece reconocerla porque se acerca a ella. 

La chica solamente se agacha a terminar de abrazarlo, mientras que en el corazón de Malek se alberga un sentimiento de dolor.

—Samuel ¿Qué hacemos? — Adeline reconocía que Samuel era más racional que ella. Esta no se sentía en condiciones de hacer algo al respecto.

—Primero salgamos de aquí — Este se pone de pie, ayudando a levantar a Noah.

—Las tiendas de antigüedades. Seth respeta esa tienda.

Adeline se acerca, para tratar de levantarlo. Pero era demasiado pesado y estaba lastimada. Malek la detiene para levantar a Dylan. Este chico era hostil con él, pero en ese momento estaban en el mismo barco. Salen rápidamente donde los policías pasaban, la tienda de antigüedades quedaba demasiado lejos. 

James acepta tomar a Dylan, para dejar a Malek descansar. Adeline tenía los pies adoloridos, debió de aceptar llevar los tenis, sentía como los tacones se encajaban en sus talones como si fuera algo filoso. Esta se los quita con mucho cuidado, para caminar descalza. Al pasar por un bote de basura los tira allí. Malek no podía evitar verla en cada acción que tenía. Este se queda quieto para alcanzar a Adeline y caminar a su mismo nivel. Adeline ni siquiera lo notó por estar preocupada por Dylan, era su mejor amigo y su muerte la había marcado.

—¿Quieres? — Malek le estaba ofreciendo gomitas. No tenía idea de dónde las había sacado. Ella le toma una mientras este las guarda.

—¿No comerás? — Él niega con la cabeza, recordando que ella lo golpeó en la cara —. Lo siento.

—Yo soy el que debería disculparse contigo Adeline — Este camina demasiado despacio —. Malak… Ella por mi culpa tuvo que vivir en la calle, si tan solo yo no hubiera…

Adeline toma su mano con demasiada fuerza. Dándole consuelo al chico. Adeline lo hacía porque había pisado una roca.

—Demonios.

—Espera — Este se quita sus zapatos para dárselo a Adeline —. Son nuevos, apenas los uso hoy. Así puedes usarlo.

—¿Seguro?

—Adelante — El ayuda a que ella se lo ponga, en comparación a sus zapatos normales estaban demasiado grandes.

Era un gesto demasiado grande para ella. Ninguno de los dos vuelve a decir nada hasta que deciden descansar en un parque, estaban a unos cuantos metros de la tienda de antigüedades. Se sientan un rato mientras ponen a Dylan en las piernas de Adeline.

—¿Quieres algo?

—Un té helado — Pide Adeline mientras solo toman nota.

Adeline estaba tan concentrada en Dylan. Este dormía plácidamente, pero aun así le causaba conflicto el hecho de que no despertará pronto. Cierra los ojos invocando a Hathor, pero Malek la detiene.

—Hathor es la diosa de la fertilidad… 

—La hubieras dejado para ver al primer hombre embarazado — Bromea James.

—Esto no son tus libros de Omegas — Adeline se ríe dándole un beso en la frente a Dylan.

—¿Cómo están ustedes? — Ellos estaban heridos obviamente, estaban lastimados, pero sonreían, tal vez era el shock del trauma.

—¿Tú cómo te sientes? — Malek estaba sintiendo un piquete en el corazón, no sabía si era los celos, o bien era el hecho de que Seth estaba drenando sus poderes. 

—Preocupada — Ella acaricia la cabeza de él con mucho cuidado, sintiendo el pegote de sangre del cabello de él —. Él es mi mejor amigo a pesar de todo. De las peleas, de los celos, de todo. No puedo perder a nadie más…

Los chicos llegan con las cosas. El ambiente calmado les dio muy mala espina. Estaba sobre pensando. James termina de beber su bebida energética para pedir cargar a Dylan, este estaba más recuperado, mientras que Adeline sentía que se estaba desangrando.




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