Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 26. Eso que no dejan terminar

Estos buscaron al abuelo por dentro de la tienda. Encontrándose en su habitación tirado boca abajo. Anthony entra sin cuidarse, mientras le checan el pulso, era un hombre bastante viejo, no les sorprendía un día encontrarlo seco, pero cuando el anciano enredó su brazo, para acorralarlo con el brazo en su cuello.

—Abuelo somos nosotros — El hombre lo suelta a prisas, mientras pide ayuda para que lo levanten. Cuando está incorporado, Adeline se acerca solamente para abrazarlo. El abuelo de cierta forma le daba calma. Se sentía como una nieta para él, más de lo que lo era para su abuela.

Su abuelo era un hombre reservado, quien había perdido a su padre. Justo como ella, esto le generaba curiosidad, pero el abuelo le da unas palmadas para alejarse. No quería malentendidos.

—Vayan a comer y a cambiarse. Lo necesitan.

Adeline se queda cerca de Dylan, limpiando su sudor. Aún no despertaba. El abuelo se acerca con un cambio de ropa para Adeline. Ella asiente con la cabeza.

Al pasar por toda la tienda Adeline nota las heridas de sus amigos, como Samuel estaba mordiendo un cinturón mientras Daarick le echaba alcohol, Anthony no se daba abasto curando a sus amigos, por lo que algunos preferían curarse ellos mismos.

Owen sale al baño, mientras se miran un segundo. 

—El agua está caliente.

—¿Te bañaste? — Le pregunta mientras él sonríe. Él lo había hecho. 

—Te hará sentir bien — Él le sacude la cabeza a Adeline, mientras le abre la puerta, para que ella entre.

Esta se trataba de quitar el vestido, pero su lateral enserio estaba dando problemas, era un dolor demasiado fuerte, ella quería quitárselo, pero la sangre se le había impregnado a su piel.

Comienza a jalarlo, pero lanza pequeños gruñidos. Enserio le dolía. Este se recarga en el lavamanos, para tomar aire.

—¿Estás bien? —  Le pregunta Malek, pero Adeline jala de más el vestido despegándose de la piel, sintiendo un gran dolor. Las lágrimas salen por su cuenta. Sentía dolor, pero también sentía impotencia, ella comienza a llorar sin más, se tapa la boca queriendo que nadie la escuche, pero mira el contrapeso de la persona en la puerta —. ¿Puedes abrirme? No te encierres a llorar sola.

La puerta estaba abierta. Por lo que Malek solo gira la perilla. Para ver como esta estaba desecha, deja la puerta abierta mientras la abraza. Las piernas de ella flaquean, pero este era lo suficientemente fuerte para los dos. Ella se aferra a su traje encajando su cara. El la abraza más fuerte para tratar de calmar su llanto.

Si este pudiera tomar algo de Adeline sería su dolor. Él sería capaz de pasarse el dolor para que ella no sintiera nada, más que felicidad.

—Enserio lo siento… 

—Nunca te disculpes por llorar Adeline — Se separan cuando por fin se calmó. Adeline se da cuenta de que tenía el vestido abierto, pero Malek apenas lo noto, limpia la lagrima de los ojos de la chica —. ¿Te he dicho alguna vez que tienes unos ojos hermosos?

Lo único que podían escuchar era el latido de su corazón. Ahora Adeline no podía negar que le gustaba esos ojos marrones, o tal vez el chico que venía pegado a ellos. Este se acerca a ella, pero Owen quien ni siquiera leyó el ambiente los interrumpe.

—Dylan está despierto — Malek hubiera preferido no ver como la cara de Adeline se iluminaba. Ella se voltea pidiendo que le suba el vestido para correr hacia el chico dejándolo atrás, si tan solo hubiera sido más valiente, si hubiera atrevido a dar el paso, la tendría sobre sus brazos. Este se recarga en el lavamanos lamentándose.

Adeline mira como el chico estaba quitándose la camisa para ser revisado por el Abuelo, pero ignora todo al ver como la chica se acercaba a él. Pero su cara se transforma en coraje, cuando el mismo que “provocó” su muerte estaba detrás de ella.

—Dylan… — Está solo quería que él la mirara. 

—Adeline ¿Qué hace él aquí? — Eso deja en seco a todos. 

—Todos estábamos bien. Gracias por preguntar — El tono sarcástico de James hizo que le diera un ambiente tenso a la escena. Malek pone su mano en el hombro de Adeline para darle calma.

—Siento enserio lo que pasó…. Dylan ¿Cierto? — Eso hizo enfurecer al chico quien, si de por sí ya le tenía coraje, ahora era peor puesto que ni siquiera se había molestado en saber su nombre —. Yo no podía arriesgarme a que lastimarán a mi hermana. Lo que hice fue por y para ella.

—¿Por? — Le causa risa, mientras se incorpora. Sentía mucho dolor, pero su coraje era mayor —. ¿No podías tomar tus decisiones?

—Si, pero…

Este se burla con una risa. Su coraje lo estaba predominando una vez más. Eran adolescentes, no tenían idea cómo controlarse por completo.

—Pero nada.

—CALLATE DYLAN — Adeline odiaba gritarles a sus amigos. Pues su madre siempre le gritaba a su padre, eso la traumo —. Eres el menos indicado para hablar.

La mirada en los ojos de su amiga. Como la chica defendía a Malek, hizo que todo tuviera razón de ser.

—Todo tiene sentido. La razón por la que lo defiendes tanto es porque te enamoraste de la persona que me mató — Ni siquiera podía creer las palabras que salían de la boca de quien suele decir que es su mejor amigo. 




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