Dioses: Los héroes de Egipto

CAPITULO 8

Las miradas de todos y los murmullos sobre la muerte de mi padre, azotan toda la escuela, sonrisas de lástima otras de satisfacción, todos era una farsa, estaba acostumbrada desde que desapareció mi padre a caminar con la cabeza agachada, ocultándome en mi propia inseguridad, pero ahora veo los rostros de personas que desearía no ver, pues sus miradas me juzgaban mientras sus susurros dictaban aquello que no podía escuchar, pero me lo imaginaba...

Al entrar al salón la vista de todos se posan sobre mí, si todos sabían sobre la noticia y aunque estoy en a centímetros de ellos, no se detienen con los rumores. 

Volteó a ver a los demás y también lucen preocupados, siento que algo malo va a pasar, pues no había tenido un día calmado desde que era una "diosa"...

—¿Qué le ocurre? — preguntó señalando a Noah, su cabello rizado castaño cae sobre sus ojos, nunca lo había notado, tan de cerca, tenia algunas canas...

—Me llamó en la madrugada diciendo algo de que recordaba su vida pasada, que tenía que encontrar a su esposa, que es la diosa de la guerra y un montón de cosas, que sinceramente pienso que fue una pesadilla — dice James que también se miraba cansado.

—¿Recuerdas el nombre del dios? — mi cara se pone seria y volteó a verlo.

—Creo que Ptah, no lo sé muy bien, estaba leyendo "Naruto: lo que en verdad nos une"— dice James.

—¿Ese no es un libro de Wattpad? — dice Anthony a lo que James asiente.

—Efectivamente, solo disponible en Wattpad— dice en tono de comercial para voltear a una cámara falsa y guiñar un ojo.

Enserio admiraba a estos chicos podríamos estar hablando de algo serio y en otro segundo aprovecharían para bromear o hacer spam de sus obras.

—Noah— lo muevo y este sostiene mi mano, y vuelve a dormir.

—¿Sabes si el profesor va a venir? — les preguntó a los chicos quienes niegan la cabeza.

—Él no va a venir — dice un chico alto.

—¿Estás seguro Albert? — le pregunta Anthony.

—Estoy 99.99% seguro— afirma.

Nos volteamos a ver, y decidimos irnos, sin darnos cuenta Albert, nos estaba siguiendo, cómo el nos había dado la información sería nuestro cómplice.

Estamos detrás de la escuela, en el campo de fútbol, recostados, tengo a Noah en mis piernas y este parece tener pesadillas, pues se mueve demasiado, me pesaba que estuviera asi.

—Es demasiado raro todo esto...— dice Samuel.

—Cuando lo mire consciente en la mañana se parecía mucho a como estaba Adeline, después de hablar con el viejo...—james abre los ojos como si con eso descubriera algo— ¿Que paso ayer con el viejo Adeline?

—Estamos hablando de Noah, no de mí— Esquivó la pregunta.

—Cuéntanos la verdad Adeline— dice Daarick mirándome a los ojos.

—Ayer el viejo habló de mi padre por eso me puse así— le miento.

—Mientes— dice Albert—Al mentir las personas arrugan la nariz y tú haces eso — Me llevo las manos a la nariz.

Quería matarlo con la mirada.

—No me van a creer si se los digo— bajo la mirada.

—Eso lo decidiremos nosotros— dice Samuel.

Comienzo a relatar todo, desde el principio, en todo momento estuvieron callados y escuchando atentamente, sin interrumpir, cuando termine de contar saque la copa y se las mostré.

—Esto fue lo que me trajo mis recuerdos— les digo finalmente.

Todos se empezaron a reír y pienso que fue una estupidez contarlo, agachó la mirada y contengo las lágrimas, pero la voz de Owen me atrae a la realidad.

—Te creo— todos volteamos a verlo incrédulos, mis ojos se llenaron de una alegría— Es loco, pero confío en ti.

—Yo también —dice Albert, y eso es aún más sorprendente ya que él es agnóstico y creer que soy una diosa es otro nivel.

Saco el libro de mi padrastro, y comienzo a leer sobre Ptah, leo algo que me deja impactada, volteó a verlos y leo otra vez asegurando que mi vista no me engaña.

—Estas roja Adeline— se burla James.

—Ptah "Señor de la magia", era un dios creador en la mitología egipcia. "Maestro constructor", inventor de la albañilería, patrón de los arquitectos y artesanos. Se le atribuía también poder sanador— les leo calmadamente.

—Pero eso no te debe de poner roja no? — dice James, niego con la cabeza— ¿entonces?

—Sejmet es esposa de Ptah y juntos tiene un hijo, que, con él, formaron la tríada de Menfis— dice Albert, a los que todos voltean buscando mi aprobación.

—¿Así que tú puedes despertarlo? — me dice Anthony.

—Eso creo — normalmente le hablaría, pero intente llamarlo y no me hizo caso.

—Dile Ptah — sugiere Owen.

—Ptah— lo nombró a lo que abre los ojos demasiado rápido— tranquilo, te vas a marear.

Se sienta enfrente de mí, y me mira a los ojos—Eres Sejmet, ¿verdad?

Nuestros ojos se conectan él está ansioso por mi respuesta y yo sorprendida por la pregunta, no sé qué decir, esquivo la mirada, pero él me sorprende al tomarme de las manos, no me gustaba esta situación ni mucho menos verlo así.

En sus ojos miraba como si no hubiera dormido nada, su tez blanca de veían las machas de las ojeras, su cabello revuelto, jamás lo había analizado tanto como esta vez.

—Adeline, yo soy Ptah— me dice, casi suplicando pues parecía como si creyera que lo que estaba diciendo era mentira.

—Tu abuelo me dijo que yo soy Sejmet— lo suelto para tomar mi copa y el busca en su mochila un objeto, saca un bastón.

—Seth ha vuelto y nosotros 2 fuimos escogidos— me dice agitado.

—Tu abuelo dijo que fue por los sarcófagos encontrados— le recuerdo.

—Entonces ¿Todo esto es real? — dice Anthony confundido.

—Eso creo— dice James algo inseguro.

—Pero ¿Quién habrá desatado el mal? — pregunta Samuel.

—No lo sé...— le digo pensando 




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