Dioses: Los héroes de Egipto

CAPITULO 13

Por primera vez tengo un sueño tranquilo, sueño con mi vida antes de que mi padre desapareciera, mi madre con un vestido blanco que me invitaba a venir a sus brazos, sus manos llenas de tiza era algo característico cuando tenia 8, todo era tan real, era demasiado bueno para ser verdad, me despierta el hecho que ya habíamos llegado.

—Siento despertarla señorita— me dice mi chofer.

—No te preocupes...— No sabía su nombre—¿Cuál es su nombre?

—Esto... soy Jack— se encontraba nervioso.

—¿Podrías llevarme mañana? — le digo mientras recojo cosas que se cayeron, el asiente y le sonrió—Perfecto hasta mañana.

Camino hacia la entrada y noto cómo la ventana de mi cuarto está cerrada, algo raro ya que nunca lo hago, entro a mi casa y subo rápidamente a mi cuarto para que mi mamá no note el estado de mi ropa, mañana usaría ropa normal para escuela, así que esta lo desecharía a la basura y con el salario de la tienda, compraría uno de segunda, subo a mi cuarto y siento una presencia extraña, hay alguien más.

Entró de manera sigilosa, y volteó a ver a cada esquina, al ver que no había nada me relajo, pero un ataque por la espalda me sorprendió, piso su pie, empujó mi cabeza hacia atrás sosteniendo su mano para doblarla, dios es Dylan.

—! ¿Qué demonios te pasa Dylan?!— le digo ayudándolo a ponerlo de pie.

—Recuérdame nunca hacerte enojar, ¿Qué te pasó en el cabello? — se acerca y me toca la parte donde está cortada.

—Pero si ella solo arranco unos pocos— me veo en el espejo y me siento mal— necesito cambiarme, salté.

—Si tu mamá me ve, nos mata— me dice.

—Si ve que estás aquí en mi cuarto mientras me cambio igual— le digo mientras saco una blusa de mi cajón.

—De todos modos, no hay nada que ver— bromea mientras se voltea hacia la pared, le doy un golpe en el hombro y me cambio a prisas.

—¿Qué haces aquí? — le vuelvo a preguntar mientras me siento en mi cama.

—No pude pensar en otra cosa, desde que mire lo que sea que sea lo que mire— me dice sentándose en el piso.

—Pasaron más cosas— comienzo a contarle todo lo sucedido mientras que tratábamos de no hablar tan alto ya que mis padres estaban cerca y que un chico, esté en mi habitación tan noche no es apropiado.

—¿Puedo ver el papel? — me dice una vez ya terminado de contarle todo, me acercó y se lo muestro— ¿Código César?

—¿Qué? — le digo intrigada.

—Pluma y papel, ¡rápido! — me dice mientras aprisa trato de buscar las cosas, se las entregó y me empieza a explicar.

—Julio César fue un emperador Romano, estuvo relacionado con Cleopatra, una reina egipcia que ahora veo que tiene mucha relación contigo — en el cuaderno empieza a escribir el abecedario— para sus batallas el invento este código, para que sus enemigos no descifraran sus mensajes, la A es la X, la B es la Y, y la C es la Z, y de allí todo es al revés ¿entiendes?

—Si...—Lo miro tan concentrado descifrando el código y con una sonrisa que me doy cuenta él es Thot, le sonrió con ternura y avanzó a mi mochila para sacar la tabla.

—"Seth estará en la fiesta, ten cuidado" es lo que dice— su cara es de emoción, pero alguien toca la puerta y ambos nos asustamos, el corre a esconderse bajo de la cama mientras yo abro la puerta, es mi madre.

—No avisaste que llegaste, ¿está todo bien? — me dice mientras veo que busca algo con la mirada, va tan arreglada que sé que va a salir.

—¿A dónde va? madre— la sacó de sus pensamientos.

—A una fiesta cariño— se acerca y me da un beso— no te duermas tarde y dile a Dylan que salga de bajo la cama.

—¿De qué hablas madre? — me pongo nerviosa.

—Lo escuché hablar y también lo miré— me dice fastidiada.

—Hola señora West, no encontraba mi lente de contacto— fue un mal momento para bromear, pero solamente me río.

—Si vas a dormir aquí, duerme en otra habitación y sobre todo avísale a tu mama, por favor— lo sentencia.

—Yo le digo a mi santísima madre —El escucharlo hablar así ya no me daba risa, un poco, pero el en verdad le decía a su madre, algo lindo.

Mi madre voltea los ojos mientras toma mi cabello y lo mira.

—¿Qué te pasó? — sostiene dónde está cortado y me asusto.

—Le dije que era mala idea cortarlo ella misma, pero no hace caso— miente Dylan, mostrando una expresión de enojo rara, odiaba mentir.

—Quería un cambio de look— le sigo la corriente, me disculparía con el mas tarde.

—Le hablaré a Amélie para que te lo corte y mañana pasa por la estética para arreglarlo, te veo mañana cielo— me dice soltando mi cabello.

Mi corazón late a mil por hora, volteó a ver a Dylan y nos reímos, para después lanzarme una almohada, no tarda en llegar Amélie con unas tijeras, y el simple hecho de cortarlo me aterra, pero tenía que tenerlo corto para evitar que me lo volviera a jalar.

—¿Está segura señorita? — me dice, mientras le indico la altura— Es demasiado corto.




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