Daarick, se aproxima a mí y me abraza, mientras solloza en mis hombros, mientras feliz repite soy un dios, soy un dios, sabía que estaba en shock, se separa y se ríe, para irse a sentar todos estábamos emocionados pues habíamos brillado, nuestra luz irradiaba más que ninguna otra, Dylan también tendrá esa luz, era mi pregunta..
—Tengo que hablarle a Dylan— les digo una vez ya más calmada a lo que todos asienten y le marco, estaba ansiosa y emocionada.
—Adeline, ¿Está todo bien? — se escuchaba agitado por lo que lo puse en altavoz.
—Si solo te hablo para que vengas a las antigüedades, ¿o estás ocupado? — le pregunto sabía que algo estaba mal en eso una voz de una chica lo llama: Leslie...—Sabes, no es importante, ¡diviértete!
Trate de sonar lo más calmada posible, pero fallo, estaba enojada, cuelgo y todos me voltean a ver, miro otra vez mi mano y está en llamas, un rápido Albert me hecha agua en la mano para apagar el fuego, a lo que solo les sonrió.
—Tengo que aprender a controlar mis emociones...—Les confieso y me rio un poco molesta.
—Pero el lado bueno, es que ya tendremos donde calentar el agua para las Maruchans—Dice james matando el ambiente pesado a lo que me río—Es más tengo hambre, Este dios merece comida gourmet
Todos nos reímos y procedimos a la cocina de la tienda a empezar a preparar Maruchans, pero el ambiente vuelve a ser incomodo gracias a olor a carne putrefacta, eso significa que los aliados de Seth están cercas, vamos hacia la entrada de la tienda donde se encuentran 3 chicos, me quedo atrás de los chicos, apenas visible, pero mis ojos se topan con los de Malek, un nombre que no podría olvidar.
—Bienvenidos a Antigüedades Bernand, Soy Noah— Se adelanta Noah y les sonríe— ¿En qué puedo ayudarles?
—Buscamos a 8 "dioses" — Se burla la chica que conocí con el nombre de Malak, seguía igual de chistosa que antes.
—Dile a tu hermana que respete a los dioses— dice una chica que rápidamente reconozco la voz, esta se inclina hacia nosotros para después los demás hacerlo— Siento los problemas que le ocasiono Malak.
—Tome esto diosa Sejmet— Se acerca Malek y me da una hermosa pulsera de lirios, pero Noah se interpone entre nosotros — Siento el atrevimiento a tu esposa...
Me mira y con sus ojos siento que me quiere decir algo, pero no sé qué es lo que me quiere decir exactamente, mi cabeza pesa, pero rebasó la barrera de Noah y me acerco a el, esperaba algo, así que estiro mi mano, mientras me pone la pulsera, sabia que era mala idea, pero sus ojos me pedían ayuda.
—Lo siento...—Es lo único que me dice antes de llevarme con ellos.
Trato de identificar todo lo que me sea posible, el olor a arena, me hace saber que no estamos en casa, me siento mal, en general, todo es oscuro, y trato de avanzar a lo lejos veo como un hombre esta de espaldas es mi padre...
Me encuentro detrás de él, trato de llamarlo para hacer que se detenga, necesito alcanzarlo, lo llamo pero no me responde, comienzo a llorar tras la impotencia, la soledad se apodera de mi ser y mi padre desaparece sin dejar rastro alguno, de un pasillo negro paso a una habitación del mismo color, ese infierno se apodera de mi ser y la inseguridad cada vez es más grande mientras se combina con el estrés, la habitación se torna más estrecha, escucho su voz y corro en busca otra vez de él, y allí esta...
Su silueta está en enfrente de mí y lo único que nos separa es el agua, me sonríe pero se transforman en una cara de dolor, y veo como lentamente va perdiendo peso, salto al agua, y trato de alcanzarlo, pero al llegar al lugar solo queda la arena, me aferro a eso y comienzo a llorar, lanzo un grito tan fuerte y desesperado, que de mis manos sale fuego que comienzan a llenar toda la habitación y el grito de varias personas me hace volver a la realidad, abro los ojos y la tienda está en llamas, me asusto por lo que veo y hace que el fuego sea más intenso, el abuelo de Noah corre hacia mí.
—Todo está bien pequeña, solo jugaron tu mente, cierra los ojos y respira— me dicen mientras tratan de distraerme para que ponga atención, al hacerlo las lágrimas paran y el fuego también, los chicos se acercan y me consuelan mientras que Anthony libera un aroma a menta que hace que me calme, y Noah empieza reparar todo lo que dañe.
Veo todo el daño que causé, me aferré al viejo y comienzo a llorar, simplemente era tan real, Owen se acerca y me acaricia mi cabeza, dejando que saque todo lo que tengo adentro, mis emociones debo de controlarlas para no dañar a los que amo.
—Mi padre estaba allí...—les digo mientras me levanto.
—Lo sabemos, te escuchamos— me dice Noah, me calma.
En eso llega Dylan, con una notoria alegría y al verme desaparece, se acerca a mí con su cara de preocupación, mi cabeza pesaba, yo había estado para él, pero él no para mí, que clase de mejores amigos hacían eso, yo lo ocupaba ahora más que a cualquiera en el mundo, y detestaba depender tanto de él, amarlo tanto, que fuera egoísta....
—Dónde estabas?? — le digo tratando de levantarme, pero mis piernas tiemblan y mis sentimientos no esta en orden, me siento flaquear.
—En la escuela — Me esquiva la mirada, mentía y él sabía que yo me había dado cuenta...