Dioses: Los héroes de Egipto

CAPITULO 19

Me levanto y siento mi cuerpo pesado, mis padres no están así que decidí faltar a la escuela, me tapo hasta la cabeza, y me trato de dormir, volteó a mi lado y está mi blog de dibujo y me dedico a dibujar, salgo a tomar agua cuando veo que él está en mi cuarto.

Este se voltea rápidamente a mí, estrellando mi cuerpo contra la pared, y tapando mi boca, entonces lo veo, él me acaba de salvar, nos quedamos un rato así, hasta que el ave de Seth pasa de largo, nos quedamos en silencio un rato, nuestras respiraciones entre cortada se unen, noto más de cerca su cicatriz que está en su mejilla, y algunos mechones café en su pelo rojizo, volteó a otro lado y siento como mis manos arden y me apartó de él, haciendo que las llamas de mis manos se calmen, el me ve con fascinación.

—¿Qué haces aquí? — le pregunto cubriéndome ya que no estaba presentable, desde cuando me importaba eso.

—Están buscando tu punto débil, solo quería avisarte— me dice tocando donde lo quemé.

—Siento lo de tu madre— le digo a lo que él me ve sorprendido con una mezcla de confusión— La rosa, me traslado a tus recuerdos, gracias por ella, es una de mis flores favoritas y por salvarme la vida.

—No fue nada— me dice pensativo.

—No fue tu culpa— me acerco a él y él sólo me mira, pongo mi mano en su hombro y noto como su cara cambia a dolor, pienso en ayudarlo y un destello verde sale de mis dedos, él cierra los ojos y yo solo lo miró, como el dolor que sentía va desapareciendo, ojalá pudiera sanar su corazón.

—Gracias...— me dice sosteniendo mi mano, y el momento se ve interrumpido porque tiene hambre.

—Vamos a desayunar — le digo mientras jaló su mano, él pone resistencia, pero lo hago, teniendo cuidado de no ser vistos lo llevó a la Cocina y comemos nadie habla, solo nos miramos y nos reímos, esa mirada de complicidad y de pronto se escucha un ruido en mi cuarto.

—No subas— me susurra al oído mientras me pone detrás de él.

—La copa está arriba— le susurro y él asiente.

Nos acercamos sigilosamente y veo como el me hace señas para que me quede y no me mueva, saca con cuidado mi mochila, me la pasa y me toma de la mano para salir corriendo, algo nos sigue, solamente quería un día tranquilo era mucho pedir, siento como mi pecho sube y baja, mientras que vamos por callejones, no sé exactamente de lo que corremos, pero lo hago, entramos a un callejón y no hay salida, y entonces lo veo, pájaros están tras nosotros, Malek me pone nuevamente tras él.

—¡DEJEN A LA DIOSA SEJMET! ¡CUALQUIER ATAQUE ES UNA BLASFEMIA!!— grita y con sus manos hace que las paredes tiemblan, Seth le había dado un poder eso también quería decir que los demás tenían— HUYE!!

Me grita, pero no escucho, me pongo delante de él y hago que todos los malos recuerdos se junten en mi mente, el abandono, todo lo que el paso, junto eso y le arrojó esa energía en forma de fuego a los pájaros que se convierten en moscas muertas y caen al piso, me siento débil y caigo de rodillas, Malek me agarra y me abraza.

—Llévame a la tienda de las antigüedades...—Le digo y él asiente y me carga, siento su pecho ir a prisas, pero se detiene y me mira, y en un segundo estamos en la tienda, el abuelo de Noah nos ve asustado.

—¡Aléjate de ella! — le dice, mientras me deja abajo, el ambiente se vuelve confuso, por qué me golpean muchas ideas, y varias palabras en árabe, me duele la cabeza, pero me agarró el, Seth me está buscando, y mi muñeca arde, veo que la pulsera está irradiando una luz extraña que nadie nota más que yo, por que no me la quite, me duele, me dejo caer de rodillas y el abuelo de Noah no sabe qué hacer ambos corren, y yo me quedo allí sola con el pecho sin aire.

Me llama, alguien me atrae a él, siento como toda mi energía se va, como mi corazón duele, y la veo una mujer con un vestido rojo y con cabeza de león acercarse a mí, mientras me susurra.

"Si quieres tener lo que pocos tienen, debes estar dispuesto a hacer lo que pocos hacen"

Toma mi mano y me arranca la pulsera haciendo que recupere el aire y empiece a tomar bocanadas, mis manos tiemblan a pesar del fuego y gritó, todo lo que está a mi alrededor caen, todos los objetos se estrellan en el piso, mientras mis amigos entran yo sigo gritando, y los cristales se rompen, siento como hay aire a mi alrededor que se ha remolina, los cristales no me cortan pero los siento pasar por mi piel, lanzo un grito más fuerte que el anterior que hace que se detenga todo, las cosas se quedan en estática, la cara de mis amigos es de temor, la cara de Dylan es miedo, todo impacta en el piso, y las ideas de la batalla final anterior están en mí, uno de nosotros debe morir.

Malek salta desde donde está hacia mí, y toma mi cara entre sus manos repitiendo que todo estará bien, y no puedo con ello, lloro uno de nosotros debe de morir, por qué, cuál es la razón del estúpido capricho de los dioses, que le hemos hecho, simplemente no puedo con la idea, quiero seguir abrazándolo, pero en menos de lo que veo, estoy abrazada a Dylan, ya que Daarick lo tiene acorralado en la pared, él ya tiene el labio roto.

—¿QUÉ LE HICISTE? — repite Daarick mientras lo golpea, gritó que lo suelte, pero no me hace caso, mis manos vuelven a arder y señaló a su lado, una bola de fuego impacta a su lado, todos me miran.

—Te dije que lo soltarás...— me cuesta respirar, él lo suelta y cae de rodillas, se limpia su sangre, el me ve — Él me salvó.




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