Dioses: Los héroes de Egipto

CAPITULO 30

Unas semanas después...

Mi madre no me había dejado salir de mi habitación pues ella tenía miedo de que volviera al hospital, Dylan estaba igual que ella, venía a verme, me tapo hasta la cabeza y me quedo dormida.

Mi reflejo está en la sangre, para después seguir peleando, quería detenerme, quería parar, en mi interior gritaba que no, pero solo salían risas, salía gusto por lo que estaba haciendo, alguien me somete por la espalda haciendo que caer en una abismo de recuerdos, me sentí como Alicia en el país de las maravillas o de las pesadillas si este era el caso, pero al caer Seth me sostiene el cuello y me mueve con tal fuerza que podría parecer un trapo, esto no era un sueño, no me llegaba suficiente aire para hablar, solo pataleaba, pero el me miraba con intriga, cierro los ojos y el que me tomó del cuello ya no es Seth, es Dylan, sé que es una ilusión pero aun así me aterra, las lágrimas caen y algo recorre mi cuerpo como electricidad que me provoca un grito, las llamas reinan a mi alrededor, él me suelta, haciendo que caigan de rodillas.

—No te dejare ir... — Me pongo otra vez de pie

—¿Alguna vez me fui? — Me dice volviendo a su forma acercándose a mi —. Vivo en tus miedos, en tus pesadillas e incluso en tus pensamientos, y no solo tuyos si no de tus amigos, creyeron derrotarme, pero cada vez que me temes me das vida Adeline, nos vemos mañana y no en tus sueños....

Despierto con lágrimas en los ojos y con el corazón acelerado, tomo mi celular y son las 4 de la mañana, comienzo a llorar, me voy a mi espejo y tengo las marcas de que fue real, tomé un cuaderno y comienzo a anotar todo mientras tengo memoria de eso, entonces recuerdo lance fuego, caminó lentamente al baño, lleno la bañera el agua estaba helada, respiro lentamente, estiro mi mano, con la palma hacia abajo, respiro, la dobló y la paso con mi cara para colocarla hacia arriba mientras muevo mis dedos, no hay fuego, sonrió del alivio...

—¿Por qué esto tiene que seguir así? — Me abrazo en el frio baño, pues pensaba que había podido sanar, dejar en el pasado todas esas heridas. Pensé que sería fácil superar esa herida, el ver a mi mejor amigo morir me hizo tener miedo a la muerte, no había día que no espero en alejarme de todo esto, pues espero que tener a mis recuerdos devuelta era una recompensa y así lo era, pero el costo era la ansiedad acechante que me rodeaba, el siempre estar alerta y miedo de perder todo en un abrir y cerrar de ojos, me había vuelto a cerrar en mis pensamientos ya su vez me había acostumbrado a fingir que todo estaba bien, cuando en realidad quería correr en la dirección opuesta y ocultarme al fondo de la habitación, la idea de que nací para esto en este momento me abruma, en su momento lo tome con calma y unas lágrimas cayeron solo porque estaba en shock.

—¿Adeline? — Me dice Dylan desde el otro lado —. Ni vomitando vas a bajar de peso, Apúrate.

Salgo del baño, enojada pero antes limpio las lágrimas de mi cara, y al abrir la puerta me doy cuenta de que el traía el uniforme, había olvidado que teníamos que volver a clases.

—¿Me das 20? — Este me agarra del brazo para ver mi rostro.

—¿Por qué lloras? — Le esquivo la mirada, no era capaz de mantenerla pero el me sostiene la cara, se había estado dejando la barba —. Perdón, olvide que debo de cuidar mis palabras por que eso puede generar ansiedad o algún trauma alimenticio.

—Muy bien — Le digo mientras comienzo a cambiarme, el me espera en la puerta mientras me pongo mi uniforme. En el camino voy callada, sin decir nada, para hacer más corto el camino pasamos por el parque, Dylan quería decirme algo cuando escucho algo detrás de mí.

—Adeline — Grita Owen a mis espaldas, este tenía el cabello revuelto, me mira sonriendo mientras detrás de él viene Noah.

—Si sigues así, vas a espantar a los pájaros — Le digo y este me abraza, pensaba que sería Noah quien me iba a recuperar pero me alegraba mucho que fuera Owen, me deja abajo mientras ambos chocamos nuestras frentes. Dylan me jala.

—¿Quién es él? — Me dice Dylan, sacado de contexto.

—Mi mejor amigo, Owen — Le digo quitándome de su agarre.

—¿Qué esta pasando? ¿Por qué te recuerdo? — Me pregunta haciendo las cosas más extrañas.

—¿Contexto? — Pregunta Anthony, mientras se acerca James.

—Te la tragas sin — No termina de hablar pues me mira fijamente —. ¿Qué hacen aquí?

—Es un larga historia, y saben es un buen día para irse de pinta — Owen asiente pues necesitaba explicaciones y solo necesitaba el tiempo, Dylan se niega y me deja sola con estos quienes los empiezo a guiar a la tienda de artilugios.

—Adeline, no se si sabes pero por aquí trabaja mi abuelo y si me mira me pondrá a trabajar por hacerme la pinta — Me dice Noah un poco nervioso.

—No lo hará — Rezaba por que el recordará las cosas, por que necesitaba que en verdad lo hiciera. Tal vez estaba forzando las cosas pero aquí estábamos Anthony, Samuel, James, Daarick, Noah y obviamente Owen. Pasamos por enfrente de la tienda, me detengo y abro la puerta.

—Me van a castigar por tu culpa — Me dice pasando y mirando a su abuelo obviamente.

—¿Qué están haciendo ustedes aquí? — Este se miraba más mayor, la edad se le había venido encima, me daba lastima verlo.




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