No hay nada como pasear por Manhattan, es mejor que ir en coche, piensa Rachel mientras pasea por sus calles y el sol calienta sus mejillas, y el viento persigue cualquier resto de sueño. También significa que las cosas están bien con los dioses. O al menos Zeus está de buen humor. Cuando una trabaja para los dioses, aprende a mirar el mundo desde una nueva perspectiva. Rachel trabaja para HERA - Agencia de Relaciones del Infierno y la Tierra. Su trabajo consiste en asegurarse de que todos los dioses y monstruos en el mundo humano se comporten... O mas bien, se ocupa de rellenar el papeleo y hacer informes sobre ellos.
- ¡Rachel!
Rachel oye que la llaman y se da la vuelta para mirar.
- Hoy has llegado temprano, ¿Verdad? - Dice May.
- ¡Oye! No siempre llego tarde ¿Sabes?
May y Rachel han sido amigas desde que comenzaron a trabajar en su departamento.
- ¿Ben no ha estado aquí para mantenerte despierta toda la noche con una de sus nuevas composiciones? - Pregunta Rachel.
- Se fue temprano está mañana para prepararse para su concierto de este fin de semana en Buffalo. - Dice triste May. - Ella siempre está llena de energía, pero a veces se pasa de enérgica.
- ¿No te preocupan los problemas que pueden tener cuatro sátiros sin tu supervisión?
- Estará bien, confío en el. - Responde May. Ella tiene un don para tratar con los monstruos.
- Eso es lo que dijiste la última vez cuando saliste con Kobalos.
- ¡Ben es diferente! Es un guardián.
- Vale, vale.
May y Rachel continúan hablando mientras pasean por la calle. Al doblar la esquina se encuntran con que, HERA HQ se cierne en la distancia, es una combinación perfecta entre el paisaje urbano de Nueva York y el mundo de los dioses. Nadie sospecharía que es ahí, donde todos los asuntos de relaciones entre el Olimpo y la tierra son investigados, resueltos y finalmente descartados.
- Entonces, el me dijo, que en el último concierto que estuvieron, conocieron a un grupo de arpías... - May se detiene en mitad de la frase y señala a un grupo de personas con traje. - Rachel, mira.
Rachel y May obseban a un grupo de agentes de campo de HERA que salen del edificio. Cada uno de ellos lleva una insignia en su cinturón que representa al dios que protegen. Los agentes pasan por delante de ellas sin siquiera mirarlas a los ojos. Rachel no puede evitar mirarlos mientras se alejan en la distancia.
- ¡Guau! ¿Lo viste? ¡Ese de la barba, tenía una insignia de relámpago! - Dice May.
- Creo que Zeus lo hizo trabajar hasta altas horas de la noche para prepararse para la cumbre. Uno de estos dias, voy a usar una de esas insignias.
- ¡Oh, espera! Eso me recuerda, ¿Podrías ayudarme a presentar la documentación para obtener el pase a la cumbre de Aquiles?
- Hoy estoy un poco ocupada, pero veré que puedo hacer.
- Gracias Rachel, eres la mejor.
- Te aseguro que no descansare hasta el día en que consiga esa placa, trabajaré duro, al fin y al cabo es mi trabajo.
Rachel sonríe a May antes de entrar por la puerta giratoria de HERA. A medida que avanzan por el vestíbulo principal hacia la sala del ascensor, a Rachel le llama la atención un grupo de personas que entran en uno de los ascensores del fondo del pasillo.
- May, vamos hacia ese ascensor.
- ¡Espera Rachel!
- ¡Vamos, sabes cuánto tardan estos ascensores en llegar! Vallamos en ese, no creo que se den cuenta de nuestra presencia.
Justo cuando las puertas están a punto de cerrarse, Rachel se las arregla para meterse en el ascensor. Pero no se da cuenta de que se a dejado a su amiga May hasta que el ascensor comienza a cerrarse. Rachel respira aliviada cuando se da cuenta de que el ascensor no sube, pero en vez de eso baja hacia las celdas de detención subterránea. Rachel echa un vistazo furtivo alrededor del ascensor, y dirige su expresión hacia algo en concreto.
- ¿He trabajado con alguien que está en las celdas? - Se pregunta mientras observa a la gente en el ascensor.
- Si, uno de sus muchos casos inexistentes. - Alguien se burla detrás de ella.
Rachel se gira para encontrarse con un hombre que arquea su ceja mientras se burla.
- ¿He cogido el ascensor equivocado? La tienda de regalos está en el primer piso. - Dice burlandose.
- ¿Que pasa con este chico?
El hombre lleva unas esposas, y un séquito de guardias de seguridad armados, algo le dice a Rachel que el no está ahí solo de visita. Rachel lo ignora, mientras saluda a los guardias a su lado.
- Buenos días.
- Buenos días. - Responden ellos.
El hombre permanece impasible, aunque Rachel sabe que se está burlando de ella.
- Yo también puedo jugar a ese juego. - Dice Rachel, que intentando quedar por encima levanta su ceja e intenta alejarse.
Pero hay algo en sus ojos azul hielo que la mantienen fija mirándolo. El le devuelve la mirada, y comienza a mirar a Rachel de arriba a abajo. De repente se acerca más a ella. Está demasiado cerca.
- No eres fea. - Dice dirigiéndose a ella.
- ¡Es suficiente Hydra! - Exclama uno de los guardias.
- ¿Hydra? ¿Como el monstruo piadoso? - Piensa Rachel.
El se aleja de Rachel y vuelve hacia el guardia.
- Estoy ocupado.
- Oye, tienes que saber... - Dice el agente.
Hydra lo ignora por completo y se vuelve hacia Rachel.
- Lastima que seas solo otro de los perros de HERA.
Rachel se aleja de el. No es necesario molestarse con alguien que claramente es un personaje oscuro. Mientras Rachel continua bajando con sus compañeros pasajeros. Cuando el ascensor se para y las puertas se abren, Rachel sale y se mueve hacia un lado, para permitir a los guardias escoltar al sospechoso a las celdas de detención.
- ¡Disfruta tu viaje de regreso! - Dice Hydra.
Rachel se dirige hacia el ascensor vacío para regresar a su escritorio. Después de lo que acaba de vivir, agradece disfrutar de unos segundos de silencio para ella.