Dioses y monstruos

Capitulo 2

Rachel esta curiosa, así que antes de salir de la oficina de su jefe le pregunta:

- ¿Esta pasando algo en la cumbre? - Solo de pensarlo se estremece.

Cyprin no dice nada, solo levanta una ceja mientras la mira.

- ¿Que si esta sucediendo algo en la reunión más grande de los dioses en toda la existencia conocida? - Dice Cyprin mientras esa pregunta hace que se coloreen las mejillas de Rachel. - Posiblemente. Pero sea lo que sea, está fuera de nuestra jurisdicción. Solo estoy aquí para engrasar las ruedas y asegurarme de que el edificio no se incendie.

Rachel prefiero no seguir preguntando. Si Cyprin cree que ella lo tiene que saber, ya se lo habría dicho.

- Si hay algo que pueda hacer para ayudar a que las cosas funcionen, házmelo saber.

- Bueno... también hay... - Rachel que oye a su jefe y se va animando.

- ¿También que?

Cyprin mira alrededor antes de inclinarse hacia Rachel, que no puede evitar apoyarse también, por reflejo.

- Tengo un caso en el que necesitaría tu ayuda. Se trata de recuperar un artefacto.

- ¿Recuperar un artefacto? Puedo hacerlo totalmente.

- Lo único es...

- Déjame adivinar, es peligroso. - Dice Rachel, que puede ver la cara de Cyprin mirando al suelo mientras aclara su garganta.

- Espero que no, pero siempre hay esa posibilidad. No quiero que te pase nada Rachel.

- Lo se, pero si puedo ayudar.  - Dice Rachel riéndose, y Cyprin la acompaña.

- No es...bueno, realmente no...

- Cyprin, vamos, soy yo.

- Es un caso personal, no es un caso de HERA. Puedo decirte más si quieres, pero tenemos un día largo por delante. Entonces dime, Rachel. ¿Confío en ti para que vallas a la cumbre o me ayudas con un caso personal?

- Cyprin, si no es demasiado pedir... - Su jefe hace una pausa antes de salir de la oficina, su pulgar rueda sobre las carpetas en sus manos.

- Quieres el trabajo en la cumbre.

- Si no es algo que deba hacerse por un agente especialista, entonces. Hades necesita a alguien con ojo para los detalles, ¿Verdad?

- Bueno, Hades necesita muchas cosas.  Pero has estado pidiendo más tareas relacionadas con la divinidad últimamente, y tienes una cabeza para la organización. - Dice mientras hace un gesto pensando y camina hacia Rachel entregando la carpeta. - ¿Estas segura? No te podrás echar atrás una vez que estés allí.

Trabajar para una deidad como Hades sería un gran impulso para la carrera de Rachel, incluso si solo fuera para llevarle el café. Rachel jamás rechazaría una oportunidad así.

- ¡Si! Quiero decir...si, por favor.

Cyprin suelta los documentos, y le arroja la carpeta casi a la cara.

- Entonces debes recoger tus cosas y marcharte de inmediato. No... mira, en realidad no cojas tus cosas. Te las enviaremos una vez que estés allí. Conoces el camino al Olimpo, ¿Verdad?

Rachel con la boca seca por la emoción, asiente con la cabeza.

- Entonces vete, el tiempo es esencial.

Rachel no se lo puede creer, va a trabajar con Hades. Sus piernas tiemblan cuando sale de la oficina de Cyprin y se dirige al ascensor. Detrás de ella, puede escuchar a su jefe en una conversación profunda, lidiando con cada pregunta con su gracia y aplomo habitual.

- ¡Ey Rachel! ¡Rachel! - Exclama May. - ¿Estas bien?

May ve la expresión de la cara de Rachel, así que deja su teléfono y corre para no perder a su amiga antes de entrar en el ascensor.

- ¿Te acaban de despedir? ¿Que pasó ahí dentro? Estas pálida como un fantasma.

- ¿Despedida? ¡Que dices! - Rachel intenta contarle a su amiga, pero no está segura de poder hacerlo. En ese momento alguien grita su nombre. Es Cyprin que corre detrás de ella.

- ¡Rachel! ¡Espera, espera! - Sin perder tiempo, Cyprin coge la mano de Rachel y dejar caer algo en su mano. Es un anillo. Que agarra en su mano dándole un apretón. - Olvide darte esto. Por lo de las galletas, y algo... bueno para usar en la cumbre, ¿Eh? Encaja con todo el brillo.

Cyprin intenta decir algo más, pero su teléfono comienza a sonar a la vez, distrayendolo.

- ¡Valla! No me dan ni un respiro. ¡Buena suerte, Rachel!

Cyprin vuelve a su oficina mientras May la mira en estado de Shock. Rachel comienza a caminar.

- ¡Oh, dios mío! ¡No, no lo entiendo! ¿Vas a la cumbre? ¿Cómo lo lograste? ¿Sobornaste a Cyprin o algo así?

Rachel no puede evitar sonreírle.

- No, simplemente me tomo descansos improvisados de mi escritorio con algunas personas. Y finalmente se hizo notar por todo mi arduo trabajo.

Ella apenas hace caso de las bromas de Rachel,ya conoce la ironía de su amiga desde hace tiempo.

- Esto no es un descanso improvisado. Estoy preguntando al super mega agente muy ocupado e importante Rachel Pearce.

- A acompañarme a los ascensores.

- Puedes apostar que si. - Dice Rachel apoyando sus brazos en los hombros de May mientras caminan. - ¿Que haría sin ti May?

- Morir probablemente.

- ¿Ya te vas?  Debe de ser muy importante el caso.

- Lo es, lo es.

Por fin llegan a los ascensores, donde deben separarse.

- Escucha, estoy tan emocionada como tú por esto. Pero entre tú y yo, creo que esto es lo que has estado esperando.

- Simplemente me ha llegado la oportunidad, no podía dejarla ir.

- Entonces te dejare en paz, capitana. Envíame un mensaje de texto cuando tengas oportunidad, ¿De acuerdo?

- Ni lo dudes.

En ese instante los ascensores se abren. Rachel abraza a May antes de entrar en los ascensores para irse. Con manos temblorosas, Rachel busca la lista de nombres de pisos a la cima. Presiona el botón. Y el ascensor comienza a subir en dirección al Olimpo. Fue más fácil llegar de lo que Rachel se creía, siempre había escuchado leyendas de lo difícil que era llegar al Olimpo. Pero desde que HERA se estableció, se han dedicado a suavizar las relaciones entre el mundo mortal e inmortal.



#40165 en Novela romántica

En el texto hay: dioses griegos, amor, magia

Editado: 18.09.2019

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