Dioses y Monstruos

CAPÍTULO 4

CROW

 

― ¿Y esas ojeras?

Observo a Nora notando los ojos achicados. Se apoya contra mi casillero, esperando mi respuesta, expectante.

Antes de responder bostezo, soñolienta.

― No pude dormir anoche ―digo finalmente.

― ¡Puf! Eso se nota, Ireland. ¿Qué te tuvo despierta? ¿Un chico?

Blanqueo los ojos y le doy mi mirada de “¿hablas en serio?”. Ella sonrió con malicia, sin darle importancia.

El vestigio de lo que vi anoche volvió con fuerza al recordar el cuervo. Todavía me pregunto a qué se debió.

No fue normal.

Un ave que se perdió, sé que no fue así.

La sensación de lo que sentí cuando comenzó a observarme vuelve con fuerza y me entran escalofríos.

Empujo el recuerdo a un lado.

Dejo mis cosas dentro del casillero y junto a Nora caminamos por el pasillo, con todos los demás alumnos de los dos últimos años, hacia el auditorio donde tenemos un acto formal, además de que nos van a presentar al nuevo profesor de matemática que será el profesor jefe del penúltimo año.

Rio algunas tonterías que dice Nora sobre Sawyer, que se encontraron en el mismo cine y vieron la misma película.

― Oh, acosador a la vista. Ireland hay un chico de la otra clase que no ha parado de mirarte ―murmuró en mi oído.

Eso acelera un poco mi corazón con anticipación.

― ¿Dónde?

Nora espera unos minutos y luego me señala disimuladamente.

― Es Keats, es del otro grado ―comentó Nora.

― ¿Keats?

¿Por qué no me suena su nombre?

― Tengo entendido que él es popular entre su clase y en las otras, ¿lo has visto? Es guapo el maldito.

Me rio de la ocurrencia de Nora.

Seguimos caminando hacia el auditorio y de vez en cuando miro hacia la dirección de Keats, y sonrío un poco, con nerviosismo, cuando lo encuentro mirándome con fijeza.

Entramos al auditorio y con Nora buscamos los asientos de nuestro grado, los cuales eran casi apegados a la pared.

Saludo a algunos compañeros, con los que me llevo bien. 

Encuentro que los dos asientos disponibles son al lado de Sawyer y otro con Stella, la sabionda de la nuestra clase, así que camino más rápido que Nora y me siento a su lado.

Nora no tuvo la misma suerte, ya que tuvo que sentarse al lado de Sawyer.

― Te odio ―pronunció con resentimiento fingido.

Se cruza de brazos e ignora a Sawyer. En cambio, yo sonrío burlesca justo en el momento que aparece el director del colegio y el jefe de la sección de preparatoria.

― Buenos días, estudiantes ―habló a través del podio ―. Antes de comenzar, cantaremos el himno escolar y de nuestro país, así que todos de pie.

Observo a Nora y ella hace una mueca, quejándose en voz baja. Me muerdo el labio evitando que un profesor me vea riendo.

Cantamos los dos himnos durante unos buenos diez minutos antes de volver a sentarnos, y el director comienza a hablar del torneo de rugby de las Seis Naciones.

De vez en cuando miro a Nora esperando ver sus muecas graciosas, algo que molesta a Sawyer porque me masculla en varias ocasiones.

― Se que ustedes hacen tijeretas, pero deja de verla. Me distraes.

― Estás celoso porque no tienes nuestra atención, malcriado ―habló Nora en una ocasión.

Sawyer deja de verme y comienza a pelear con Nora en voz baja.

Dejo de prestarles atención y escucho la ceremonia a lo lejos. Y por supuesto que un profesor va hacia donde ellos y los regaña.

En algún momento desconecto del discurso del director debido a esa sensación de ser observada. Esa pesadez que se acentúa y que sientes de todas formas, por lo que no puedes evitar mirar buscando al causante.

Miro por todos lados, intentando no ser brusca, y encuentro a Keats observándome.

Él me sonríe cuando se da cuenta y yo le correspondo.

Es lindo tener la atención de alguien interesado en ti, sobre todo si es uno guapo.

Sé que tengo una sonrisa bobalicona porque me empiezan a doler las mejillas. Dejo de hacerlo cuando un par de aplausos colectivo suena, volviendo mi atención a la ceremonia, e imito con desgana.

― Queridos estudiantes, les presento al nuevo profesor de matemática y el profesor jefe de la penúltima clase, Alasdair Crow.

Jadeo, sorprendida, al ver a Dair en el escenario, y no soy la única, ya que su aparición causa una oleada de murmullos, sobre todo femenina.

Escucho alguna que otro chillo emocionado.

Noto la mirada de Nora por unos segundos. O puede ser Stella.




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