꧁dipsomanía꧂

Capítulo 12

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 12

ℳ𝒾𝓇𝒶 𝓅𝑜𝓇 𝓁𝒶 𝒸𝑒𝓇𝓇𝒶𝒹𝓊𝓇𝒶

___________! Gal ¡__________

 

La dejé en el baño para que se duchara y me dirigí a mi habitación. Que desastre tendré que trapear todo el piso de nuevo, aunque el agua caliente suele desvanecer los pensamientos constantes de mi mente, esta vez no fue así.

Ahora si estoy jodido 

Supongo que acudiré a mi plan inicial entonces.

Cerré el grifo y me fui a acostar, solo espero que no se enferme. Pasó mucho tiempo antes de que entrera a la casa y se bañara, lo menos que necesito ahora es que haya pescado una gripe.

Pero me equivoqué 

Quien se enfermó fui yo.

–Señor Walker por favor déjeme tomarle la temperatura…–Judith estaba batallando para poner el termómetro en mi boca.

–Pero si ya tomaste mi temperatura– 

–Eso fue hace tres horas señor, necesito ver si ya bajó– Al final terminé accediendo.

Esto es excelente, definitivamente genial, NO PODRÍA ESTAR MÁS FELIZ POR ESTAR RESFRIADO. Tengo tantas cosas que hacer y estar perdiendo el tiempo en cama no me ayuda.

–38 grados…necesita descansar, voy a preparar su baño con agua tibia– ella se levantó dirigiéndose apresuradamente al baño, estaba con escalofrío, pero no era para tanto.

Se supone que hoy pasaría todo el día en mi estudio para terminar un contrato importante. Pero como siempre he sido muy enfermizo los planes se aplazaban antes, hace tanto que no me daba una gripe que ya se me había olvidado como era no tener energías ni hambre.

–Voy a traerle su almuerzo señor– La señora estaba a punto de retirarse, pero la detuve.

 –No te molestes, no tengo hambre. Gracias– 

–No, eso si no señor. ¿No ha escuchado el dicho de: “enfermo que come no muere”? –

–No, ¿Quién lo inventó? ¿Aristóteles? –

–Si será…igual tiene que comer–

–Solo tráeme mi medicina, comeré cuando tenga hambre–

Bufó con molestia y cerró la puerta con enojo, seguía tumbado en mi cama, pero no sabía que hacer ahora. No puedo trabajar, ni atender mi casa, ni intentar cocinar.

Me levanté como pude y ya en el baño me quité la camisa de piyama. No llevaba ni un día enfermo y ya se me notaban ligeramente las costillas, y ni hablar de mi cara amarillenta y cansada, mis ojos rojos y mi cara sudada.

El agua esta fría, esta mujer me quiere enfermar aún más, que remedio solo voy a resignarme. 

La manera mas tonta para que yo muera sería un resfriado

No voy a morir 

No voy a morir de esta manera tan tonta

 

Me puse otro conjunto de piyama y me recosté de nuevo poniendo una toalla en mi almohada para que mi cabello no las humedeciera. Cuando noté que la puerta estaba ligeramente abierta.

–¿Judith? –pregunté mientras me acercaba a paso lento.

Al jalar un poco más la puerta pude notar que CC esta caminando por el pasillo. Al darse cuenta que noté su presencia volteó con algo de pena.

–Si toqué, solo que no contestó– dijo para excusarse.

–Tomé un baño–

Se hizo un silencio un tanto incómodo, seguíamos teniendo conflictos con el otro que, debido a la situación diría que es comprensible.

–¿Se siente mejor? – jugueteaba con sus dedos como de costumbre cuando está cerca mío.

–Si– y el silencio sepulcral volvió a hacerse presente 

–¿Tu ya te sientes mejor? – Dije finalmente.

–Si…ya no duele–

Ella, por la caída que tuvo en la acera de la calle, tenía raspones en la parte trasera de los muslos y su hombro derecho. No podía ver cómo iban sus heridas debido a su ropa holgada.

–Bien–

Después vi como regresó a su cuarto después de eso. Yo no tenía ganas de hacer nada, pero si me aburriría que más da. Tomé mi cobija amarilla y bajé a la sala, me acomodé en uno de los sillones y encendí el televisor. Me puse a ver “Sherk” porque me parece una película muy buena, aunque sea para niños. 

Se supone que Sherk no tenía nombre hasta que conoció a burro y se lo inventó, no sabía eso hasta que lo leí en una publicación en twitter y no pude sacármelo de la cabeza sin evitar notarlo cada que me repetía la película. 

Después de un momento escuche unos pasos bajando la escalera, voltee a ver y CC estaba a punto de dirigirse a la cocina por algo de comer, imagino. Al notarme volvió ese aire incómodo que nos asechaba constantemente.

–Solo vine por una botana– dijo mientras levantaba la bolsa de papas fritas para que yo la viera.

–Si, no me molesta…– se quedó parada un momento ahí.

–Esa es una buena película, según me han contado…–

–¿En serio no la has visto? –

Ella negó con un movimiento de cabeza.

–Si quieres puedes venir–

–Oh, no quisiera…–

–No me molesta, por algo te lo digo–

Ella con un poco de duda se sentó en el otro extremo del sillón para poder ver la película. Estaba sentada con las piernas juntas y erguida con la cabeza en frente, como si estuviera en una entrevista de trabajo. Esto lo hace más incómodo. La película estaba en la parte en donde Sherk comparaba a los ogros con las cebollas.

–Creo que la metáfora de las cebollas no solo aplicaría para los ogros…– mencionó intentando dispersar el ambiente tenso.

–Las personas en general suelen ser así…– Mi voz ronca hacía sonar a mi respuesta como si la estuviera regañando por lo que dijo.

–Me refiero a que…todos tienen capas…–

–¿“Tienen”? –

–No me incluyo porque yo no las tengo…–

No sabía a que se refería con eso, estaba seguro de que todos podían acepar abiertamente que hay cosas que se guardan para si mismos. Si ella se cree una persona tan transparente, no hubiera evitado decirme su nombre al cambiar de tema.

–Tener capas es algo bueno…–

–¿En qué sentido? –Pregunté sin regresarla a ver



#2430 en Novela romántica
#114 en Joven Adulto

En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.