꧁dipsomanía꧂

Capítulo 15

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 15

ℒ𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝒹𝑒𝒿𝒶 𝓂𝒾𝑔𝒶𝒿𝒶𝓈 

___________! CC ¡___________

 

El sábado llegó rápidamente. Aunque seguía pensando sobre la propuesta que anteriormente me hizo el señor Gal, a decir verdad, he tenido mucho tiempo para reflexionar.

Para ser honesta, lo consideré. Creí que tenía una oportunidad para ¿empezar de nuevo?, no. No suele ser así de fácil, y sinceramente no me gustaría darlo todo, dejar todo atrás solo por una corazonada. Me gusta mi vida, en cierta forma, y tengo personas que aún me esperan, me necesitan. 

No me retractaré

Esta vez no

Estaba viendo fijamente, como si sus ojos claros quisieran comprender lo que pesaba por mi cabeza. Se clavaba en mí, su mirada, como cuchillas filosas. 

–Entonces es un no…– asentí 

Aun sentado en el sofá, con su pierna cruzada y su brazo apoyado al espaldar, parecía molesto. Como si le debiera algo; talvez en cierta manera era verdad, ni siquiera cumplí con el trabajo para el que me contrataron…

–Agradezco de cualquier manera su oferta–

Estaba de pie apunto de ir a la puerta principal, no quería estar un momento más ahí.

–Supongo que, de ser así. Toma…– me extendió unos cuantos billetes de 20 dólares.

–No puedo aceptarlo, verá es…–

–No te estaba preguntando, tómalos– Agarré solo dos de los billetes a lo que carraspeo la garganta y los demás los devolvió a su billetera– ¿A qué hora volverás? 

–No lo sé…– alzó una ceja, seguía molesto– Pero creo estar aquí para la cena…

–Bien– y sin más se levantó y lo perdí de vista cuando subía las escaleras

Que pánico me daba ese hombre, es como si tuviera amabilidad, pero demasiado escondida para mi gusto.

Es aterrador…

La forma en la que te mira…

Puede hacer que salgas corriendo

 

Gary, muy gentil, me llevó hasta el centro comercial y se parqueó en el garaje esperando a que terminara mi salida con Miranda.

–Hey, ¿Qué tan CC? – la pelinegra alzaba una mano en forma de saludo cordial

–Hola Miranda…– al acercarme sobó ligeramente mi cabeza haciendo que me despeine un poco.

Supongo que notó que valoro mucho el espacio físico que mantengo con las personas, y era muy respetuoso de su parte tomarlo en cuenta. Siempre veo que con sus demás compañeras de oficina es muy cariñosa con abrazos y demás, creo que el sobar mi cabeza es la manera menos invasiva que tenía para demostrar afecto.

–¿Quieres ir al cine primero? –

–Si, claro – me sacó rápidamente de mi burbuja de pensamiento en un instante– ¿Qué película quieres ver?

–CC, nadie va al cine a ver películas– sonrió con un poco de picardía.

–B-bueno yo creía que, bueno, ya sabes, esto…– 

–Estoy jugando, la que este disponible a esta hora esta bien ¿no? – reí un poco y afirmé.

 

Al final terminamos viendo una película de comedia romántica, para ser sincera no soy conocedora mucho del cine, por lo que me reí mucho con la película; pero al parecer era muy mala. Lo escuché de todos al salir de cine, comentarios como: “Era muy cliché” “Los chistes no eran buenos” “La historia ni sentido tenía”, y demás.

Pues supongo que el poco conocimiento en un tema hace que lo disfrutes más, cuando no tienes con algo con que compararlo, se vuelve tu película favorita o tu acción favorita ya que no lo haces con frecuencia.

–Pues no estuvo tan mal…– Miranda estaba intentando recordar alguna escena de la película que pueda dar razón a sus palabras.

–A mi me gustó– dije mientras caminaba junto a ella

–¿Recuerdas la escena donde a él le bajaban los pantalones? – soltamos una pequeña risita al recordarlo– eso fue bueno…

–Esa escena es mi favorita desde ahora–

–En cierta manera me recuerda a como conocí a Ángel– 

–¿Enserio? – ella se seguía caminando sin tener un destino fijo.

–Si, bueno verás. Él llegó a la empresa junto con Gal, lo que quiere decir que cuando me contrató, Ángel tuvo que mostrarme todo el edificio y cómo laborar; justo cuando estaba pasando por el almacén de materiales, regresó a verme sin darse cuenta que había pisado un saco de cemento– me tapé la boca para evitar carcajear ante la imagen mental que estaba formando– intenté ayudarlo, pero terminó perdiendo su zapato y ensuciando mi vestido…

–Es una buena manera de conocer a tu novio…–comenté 

–Me enamoró en el momento que puso sus manos en mi vestido manchándolo por completo– dijo con sarcasmo

–Es una anécdota que no se escucha con facilidad–

–Lo peor es que cuando estaba quitándome el vestido en el vestidor junto con Ángel limpiando su zapato de espaldas a mí, llegó Gal y dijo algo así como “¿Es enserio Ángel? Acaba de llegar” mientras hacia una seña con la mano lo que lo hacía parecer un viejo decrépito– Ella seguía caminando mientras recordaba eso.

–No me imagino la situación tan…– 

–Incómoda– completó mi oración – sí, bueno desde ahí los tres somos buenos amigos; hasta que empecé a salir con Ángel y pues Gal no se sentía cómodo saliendo con nosotros…– bajó su mirada un poco.

–Debió de ser difícil…–

–Bueno en realidad no le hacemos caso, llegamos a su casa de improviso a veces y lo llevamos a comer alguna especie de comida chatarra, para que deje de ser tan amargado– 

–Suena divertido–

– Ahora vives con él, tu estas invitada a todas las reuniones desde ahora–

–Gracias– en realidad me apena decir que no me quedaré por mucho, ella se veía tan esperanzada que lo dejé pasar, al menos por ahora

 –¿Quieres comer helado? – 

–Claro, ¿cuánto es? –

–No te preocupes, yo invito…– ella sonreía ampliamente mientras sacaba su cartera del bolso negro que llevaba 

–Pero ya me invitaste el cine también…–



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En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

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