꧁dipsomanía꧂

Capítulo 37

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 37

ℰ𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 𝒻𝓁𝑜𝓇𝑒𝒸𝑒 𝒹𝑒 𝒻𝑜𝓇𝓂𝒶𝓈 𝓂𝒾𝓈𝓉𝑒𝓇𝒾𝑜𝓈𝒶𝓈 

___________! CC ¡___________

 

Toda la semana estuve estudiando como loca, es como aprender todo desde cero. No recordaba que temas de matemática o física básica fueran tan complejos, tomé cursos por internet y tomé algunos libros de la biblioteca para poder repasar con ejercicios y demás. No había hablado mucho con Gal estos días, por falta de tiempo más que todo. Miranda me ha ayudado a repasar algunas cosas del temario de la universidad, y me prometió no decirle a nadie esto. Cada vez más se acerca la prueba de admisión, estoy nerviosa más que todo por si no apruebo.

Los vestidos en el estante lucían hermosos, lo malo es que no puedo decidirme por uno en concreto

¿El azul? ¿o el rojo? ¿el café?

Miranda me ayudaba a subir el cierre de uno de los vestidos cuando Ángel apareció por la cortina del probador trayendo más vestidos, en realidad tiene muy buen gusto para esas cosas.

–Creo que el azul estaba mejor– comentó mirando sosteniendo su mandíbula y examinando el atuendo 

–Yo creo que el rojo la hacía ver sexy– me alagó Ángel dejando los demás vestidos en el probador– Aunque este vestido verde oscuro se te verá precioso también–

–¿Qué tal el negro? – señaló Miranda un vestido largo

–Parece vestido de velorio– negó su novio con una mano

–¿Y este? – sostuve en mis manos el nuevo vestido que trajo el chico, amarillo con toques dorados 

–Es bonito, pruébalo, voy a traer un saco que convine. Ya vuelo– se retiró dejándonos a mi amiga y a mí solas de nuevo 

–Por cierto ¿Cómo te va con estudiar? – preguntó mientras me ayudaba a quitarme el vestido café 

–Aggg… es una tortura– me quejé– aun no entiendo el tema de las matrices. Ni siquiera me acuerdo haberlas visto en el colegio–

–No te preocupes, te daré un libro que tengo para eso– me consoló

Terminé de subir el cierre que tenía el vestido a un costado. Miré al espejo y me encantó. Tenía una tira para el brazo izquierdo, un cinturón dorado con toques negros, are amplio y me llagaba un poco más debajo de la rodilla.

–A me encanta ¿y a ti? – comentó mi amiga. Asentí– El escote en forma de corazón le da un buen toque–

–Creo que lo llevaré– 

–Miren lo que encontré– Ángel volvió con un abrigo blanco de manga larga– Wow te ves muy linda– 

–¿Verdad que sí? –sonrió Miranda 

–Voy a pagarlo, gracias por el abrigo– agradecí y me empecé a quitar el vestido una vez que los dos salieron del probador.

Pagué y salimos de la tienda hacia el auto de Miranda. El viaje a casa estuvo lleno de súplicas de mi parte para que la pareja aceptara cuidar al perrito, no teníamos con quien dejarlo y ellos eran la mejor opción

–Ni te esfuerces CC, Gal ya nos lo pidió y nos negamos– concluyó el chico 

–Pero ¿Por qué? – hice un puchero

–Porque Miranda es alérgica a los perros– ella se encogió de hombros– y yo soy demasiado irresponsable para acordarme que le debo dar de comer y eso– 

–Qué remedio– me rendí

 


 

Al día siguiente salimos muy temprano para llegar a tiempo para la ceremonia. Tomamos un vuelo de cuatro horas a las seis de la mañana. Para cuando el avión descendió eran cerca de las diez de la mañana. Recibí un mensaje de Hazel que decía que nos esperaba en la salida. Tomamos nuestro equipaje y salimos del aeropuerto, el idioma del lugar no me sentaba nada bien, por lo que Gal se encargó de la mayor diligencia.

–Al fin llegan– la pelirroja me abrazó

–Hola Hazel– saludó Gal desde atrás

–Hermano, te vez horrible– hizo una mueca

Es verdad, él estaba despeinado, con las ojeras aun más marcadas que antes y con el ceño fruncido. Los viajes largos en avión se notaban que no eran lo suyo.

–¿Cuándo empezará la ceremonia? – pregunté antes de que Gal empezará a discutir con su hermana

–En dos horas, soy dama de honor y tengo que estar allá mucho antes– me sujetó de la muñeca haciéndome subir en su auto– Me llevo a Cecil Gal, nos vemos en la iglesia. Adiós– se despidió rápidamente

Me acomodé en el asiento del copiloto sosteniendo mi maleta, Hazel conducía muy rápido.

–Verás, tenemos una reservación en el hotel detrás de la iglesia. Gal ya tiene una habitación para ambos– me comentó– así que después de la boda irá allá ¿sí? – asentí

–¿A dónde iremos? – pregunté aun incierta del destino 

–No tenemos tiempo, tocará que te arregles en la iglesia y podremos estar listas antes de que lleguen los demás invitados– 

Hazel estaba con un saco celeste que cubría el largo vestido rojo que traía, también estaba peinada con un moño alto. Sus uñas con esmalte brilloso llamaron mi atención de inmediato.

–¿Vivian ya está lista? – recordé

Ella emitió un grito de emoción sin despegar su vista del camino

–SI, ESTÁ TAN PRECIOSA. TE MORIRÁS AL VERLA EN SU VESTIDO BLANCO– dijo eufórica 

No lo dudaba, Vivian era la copia femenina de Gal, aparte de sus ojos verdes eran idénticos a los de su hermano Edison. Esperaba verla radiante al llegar por fin. El auto se estacionó detrás de la iglesia, rodeado por unos hermosos jardines. Pude ver como en uno de los árboles el fotógrafo estaba ocupado tomando fotos excéntricas a la señora Walker. Ella al verme bajar, corrió a abrazarme.

–Cecil, hace tanto que no te veo ¿Cómo has estado? – esa mujer olía a coco, muy delicioso.

–Todo bien señora. Creo que debemos apresurarnos– me separé para sonreírle

Los ojos verdes de la mujer buscaban confundidos detrás de mí y por el auto. Regresó a ver a su hija pelirroja.

–Hazel, ¿Dónde está Gal? – preguntó con susto

–Debe de estar alistándose– se acercó a nosotras acomodándose su peinado– Ya deja de preocuparte mamá. Tenemos cosas que hacer…–



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En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

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