Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo seis

Capítulo 06

“Te necesito”

 

 

 

Números, ecuaciones, problemas y finalmente más números. ¡Agh! Odio las matemáticas. Era jueves por la mañana, me encontraba sentada en una de las mesas que se encontraban fuera de la escuela, intentaba estudiar para poder aprobar el examen de matemáticas. Fruncí el ceño moviendo mi lápiz de un lado a otro intentando entender el ejercicio.

 

— ¿Llego en mal momento? Te noto concentrada. ― La voz de Adam me sacó de mi intento fallido de concentración hacia mi tarea. Lo observé sentarse frente a mí con esa sonrisa que nunca tenía problema en esconder.

 

—Solo intento estudiar para el examen de matemáticas de la próxima semana.

 

― ¿Y cómo te va con eso?

 

―Nada bien, todo es muy confuso.

 

―Veo que no te gustan las matemáticas.

 

―Las odio, pero debo subir mi calificación, sino no podré graduarme.

 

—Déjame ver. — toma mi libro sin esperar respuesta de mi parte para luego empezar a leer. Observé como fruncía el ceño concentrado en su lectura, por primera vez pude notar lo atractivo que era, su cabello castaño estaba desordenado en el buen sentido, cubriendo un poco sus orejas y los lados de su frente, su piel bronceada lucía cremosa, sin rastro de acné, vestía una camiseta negra que hacía juego a sus cejas oscuras, haciendo resaltar sus ojos verdes y por ultimo sus labios carnosos. Alzó la mirada sobresaltándome por un segundo, me había encontrado observándolo fijamente, pero gracias al cielo no dijo nada al respecto, solo dejar salir su estúpida pero perfecta sonrisa. —Puedo ayudarte si lo necesitas, no es tan difícil. — dijo devolviendo el libro frente a mí, abrí mis ojos con sorpresa.

 

— ¿De verdad?

 

―Sí, puedo darte tutorías cuando quieras.

 

― ¿Harías eso por mí?

 

—Seguro, ¿Por qué no lo haría?

 

—Gracias…

 

—A la orden. Cuando te parezca mejor me avisas y empezamos.

 

— ¿Qué te parece esta tarde en mi casa?

 

—Perfecto, ahí estaré. — regresé mi vista al libro con el lápiz agitándolo de arriba hacia abajo en mi mano derecha, Adam no dejó de observarme tras ese silencio que se había formado entre nosotros — ¿Cómo estás? — se atrevió a preguntar esperando mi respuesta atentamente, observando cada una de mis expresiones.

 

—Bien, ¿Por qué no lo estaría? — respondí restándole importancia sin siquiera dirigirle la mirada, su silencio me hizo analizar mejor su pregunta y entender a lo que se refería. Dejé de agitar el lápiz dejándolo encima del libro y decidí finalmente alzar la mirada para observarlo — ¡Oh! Te refieres a eso… entiendo…— bajé la mirada jugando con mis dedos claramente incómoda ante el rumbo que había tomado la conversación.

 

—Tranquila, si no estás lista para hablar, entonces no lo hagas No voy a presionarte a hacer algo que no quieres. Solo quiero saber que te encuentras bien, sé que no es fácil confiar en una persona que conoces de hace cuatro días pero yo jamás te juzgaré. Solo quiero que sepas que cuando te sientas lista para hablar, aquí estaré si necesitas a alguien que escuche tus palabras.

 

—Adam, debes entenderme, no es fácil olvidar mis miedos, te aseguro que intento no caer nuevamente en lo mismo pero es inevitable, no me siento segura estando sola, siento que la oscuridad va apoderándose de todo mi ser, extrayendo cada rinconcito de luz que le queda a mi alma hasta ahogarme. ― suspiré sin darme cuenta como poco a poco las palabras salían por sí solas. ―Hace un año cuando vivía en Pittsburgh tuve un accidente del cual mi mejor amigo me salvó, pero sin duda dejó una marca permanente en mi memoria, al mudarme a California, le prometí a mi mejor amigo que me cuidaría y no volvería a cometer el mismo error. Sin embargo, cuando me mudé a Los Angeles y entré a la academia de danza, Hannah comenzó a tener éxito, por lo que con Sabine comparándome con ella, y mi madre teniendo su obsesión con su éxito, todo ese esfuerzo por mantenerme lejos de esos pensamientos se fue desvaneciendo.

 

—Debes ser fuerte e intentar salir de todo con la cabeza en alto, no puedes darte por vencida. No será fácil, pero te aseguro que podrás lograrlo. Te veré ésta tarde.— la campana sonó anunciando el fin de la hora del almuerzo, por lo que Adam se levantó de la mesa y se acercó a mi lentamente depositando un suave beso en mi mejilla para luego irse a su respectiva clase.

 

Me levanté de la mesa recogiendo mis libros y me adentré a mi próxima clase. En el camino me topé con Liam, quien solo pasó de largo ignorándome exitosamente. No podía seguir así, en algún momento debíamos hablar sobre lo sucedido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.