Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo quince

Capítulo 15

“No me dejes”

 

 

ADAM

 

Han pasado cuatro semanas y Beatrice sigue sin contestar mis mensajes y llamadas. Intenté comunicarme con sus amigos pero ellos tampoco daban señales de vida, parece como si todos hubiesen desaparecido de un día para el otro. Fue un domingo de Octubre cuando hablé con mi madre sobre el tema, luego de pasar días sin salir de mí habitación empezó a preocuparse por mí y preguntó que sucedía conmigo.

 

Le conté todo lo ocurrido, desde el día que me enteré del problema de Beatrice, hasta nuestra discusión al teléfono por lo sucedido con Savannah y la foto que nos tomaron esa noche.

 

El consejo de mi madre fue que no me diera por vencido y luchara por ella si realmente la quería, me dijo que no hiciera sentir especial a una persona con problemas de depresión y luego la dejara sola sin rumbo fijo. Así que regresé a California por ella.

 

El martes cuando asistí a la escuela me enteré de todo lo sucedido gracias a Liam, el cual me recibió con una golpiza por dejar que esto pasara. Al principio no entendí nada, hasta que Meghan apareció y me dijo que Beatrice llevaba cuatro semanas en coma al ser atropellada.

 

En ese momento mi mundo se detuvo intentando procesar sus palabras, no me molesté en defenderme de los golpes de Liam o siquiera detenerlo. Simplemente dejé que descargara su ira conmigo sin hacer nada al respecto. La noticia me había impactado lo suficiente como para que el dolor y la sangre en mi rostro me preocupara.

 

Había tenido un accidente por mi culpa… prometí protegerla y le fallé.

 

Cuando llegué al hospital donde se encontraba ella, la recepcionista no me dejó pasar, dijo que no era hora de visitas y solo familiares del paciente podían hacerlo. Así que esperé a que llegara la madrugada y me escabullí entre los pasillos luego de insistirle a Meghan toda la tarde que me dijera el número de la habitación.

 

Respiré hondo rogando que no hubiese nadie dentro o de lo contrario estaría en problemas, abrí cuidadosamente la puerta y para mi suerte no había nadie, solo se encontraba ella en la camilla. Lucía delgada y pálida, sus parpados cerrados y sus labios resecos. Me acerqué a ella lentamente observando su rostro con detenimiento y sentí un nudo en la garganta al verla en ese estado, tan débil y frágil. Llevaba un tubo de oxígeno y una vía intravenosa en su brazo izquierdo. Su frente estaba envuelta en una venda y tenía algunos raspones en el pómulo derecho. Caminé hasta ella y me senté a su lado tomando su fría y pálida mano entre la mia.

 

La habitación estaba en completo silencio, solo se escuchaba el monitor que indicaba los signos vitales de la chica. Dejé salir pequeños sollozos observándola.

 

Bee…― al intentar pronunciar su nombre mi voz se rompió y fue sustituída por pequeños sollozos. ―Sé que puedes oírme, por favor… solo abre los ojos. ― acerqué mis labios a su oído y le susurré: ―Yo nunca quise hacerte daño. Bee, no te rindas. Se que puedes hacerlo, solo debes abrir tus ojos. Te prometí que nunca me iría de tu lado, por favor no te vayas del mío. Yo te amo…― besé su frente con delicadeza.

 

Y entonces sentí una pizca de esperanza cuando observé una lágrima caer por su mejilla. Ella había escuchado mis palabras.

 

―Por favor, abre tus ojos. ― repetí sin soltar en ningún momento su mano. Pero nada sucedió.

 

La puerta de la habitación se abrió y observé a su hermana mayor fruncir el entrecejo. Rápidamente le hice una seña para que no dijera nada que pudiera delatarme. Ella miró hacia los lados y cerró la puerta para luego acercarse a mí y susurrarme.

 

― ¡¿Qué demonios haces aquí a estas horas?! ¡Se supone que te habías ido a Phoenix!

 

―Necesitaba verla.

 

―Pues no es el mejor momento, no es hora de visitas y si mamá te ve por aquí, puede armar un escandalo, asi que lo mejor será que te vayas.

 

―Hannah, por favor.

 

―No Adam, no lo entiendes. Beatrice está en coma desde hace cuatro semanas y si sigues aquí vas a empeorarlo todo.

 

― ¿Por qué? A ver, ¡¿Por qué carajos lo estaría jodiendo todo?! ― susurré frustrado.

 

―Porque mamá piensa enviarla a rehabilitación. ― quedé estupefacto y la chica rubia frente a mi lo notó, por lo que simplemente suspiró con pesadez para luego continuar mas calmada. ―Escucha, en los estudios de Beatrice, los resultados dieron positivo a consumo de drogas. Creímos que lo había dejado cuando nos mudamos, pero al parecer volvió a consumir heroína, lo que terminó provocándole vómitos y el dolor de cabeza que la desorientó cuando cruzó la calle y perdió el conocimiento cuando fue atropellada. ― quedé estupefacto ante su declaración, ella observando mi asombro siguió hablando.




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