Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo veinticuatro

Capítulo 24

"¿Otra vez tú?

 

ADAM

Todavía sigo sin creer como fui tan estúpido para no colocar la alarma del despertador, ahora estaba con quince minutos de retraso. Corría entre la multitud que caminaba de aquí a allá para ir directo a su vuelo.

Decidí escuchar las palabras de Hannah y venir al aeropuerto para hablar con Beatrice, pero nunca termino haciendo las cosas bien, y lo compruebo cuando escucho a la azafata anunciar el último llamado con destino a Florida.

Maldigo para mis adentros corriendo hasta su vuelo y cuando logro divisarla entregando sus boleto a lo lejos entre tantas personas, grito su nombre lo más fuerte que puedo con la esperanza de que se de la vuelta y me vea, pero mi intento es inútil debido al bullicio del aeropuerto. Cuando intenté llegar hasta donde ella se encontraba, un guardia me detuvo.

― ¿Boleto?

―No tengo, no voy a viajar, solo necesito hablar con una chica que está ahí dentro.

-Lo siento, no puede entrar. Necesita su boleto.

―Por favor, solo serán unos segundos, no tardaré, lo prometo.

―Sin boleto no hay entrada. ― dijo cruzándose de hombros sin más.

―Solo necesito hablar con la chica que está ahí dentro antes de que se vaya.

―Dije que no.

- ¡Es urgente!

-Joven, por favor retírese, el avión va a despegar. ― y dejándome con la palabra en la boca, me hizo a un lado con mucha facilidad.

Bufé acercándome al gran ventanal, donde pude observar como avión estuvo a punto de despegar, saqué mi teléfono móvil del bolsillo delantero de mi pantalón y busqué entre mis contactos hasta detenerme en el de Beatrice. Dudé en si enviarle un mensaje o dejar las cosas así y que nunca se enterara de que vine al aeropuerto por ella.

El avión despegó y entonces me di cuenta de mi mayor error, no me despedí de ella.

 

***


BEATRICE

Observé por la ventana como estaba a punto de dejar California para ir a rehabilitación, era un paso muy grande que me ha costado aceptar y sinceramente siento como si mi corazón fuese a salir de mi pecho de lo nerviosa que me siento en estos momentos. Es algo muy nuevo lo que estoy experimentando y lo único que siento es miedo, porque debo enfrentarlo sola.

Sentí a una persona sentarse a mi lado, y solo rogué en esos momentos que no fuera una señora con un bebé llorón, o una señora peleando con su esposo, o peor aún, un señor que no pare de hablar sobre sus historias de aventurero cuando joven. Pero yo estuve equivocada en todos los sentidos, porque cuando volteé me encontré con una cabellera rubia, era nada más y nada menos que el rubio bonito con rostro de modelo europeo.

- ¡¿Otra vez tú?! ― rodé mis ojos ―Dime la verdad, ¿Me estás siguiendo?

- ¿No te alegra verme, chica desconocida?

-La verdad no, y no me digas "chica desconocida". Por tu culpa mi novio terminó conmigo.

-Wow, wow, wow, alto ahí. Si tu novio terminó contigo fue porque no te quiso lo suficiente, no me metas en tus líos amorosos.

― ¡Ush, eres increíble Connor!

―Eso ya me lo dijiste ― rió y rodé los ojos―, y también dijiste que que soy un rubio bonito ― soltó una carcajada.

-Mejor deja de reírte y dime que haces camino a Florida.

―Te dije que mi padre vive en Florida, ¿No prestas atención a las conversaciones? Mejor dime tú, ¿Qué haces tan sola yendo a Florida?

-Voy a Canopy Cove... ― murmuré sin ganas de que me escuchara.

― ¿Canopy qué? Espera..., ¿Eso no es a caso un centro de rehabilitación? ― suspiré asintiendo. El rostro de Connor pasó a ser de uno de burla a uno serio, uno de compasión, lástima y preocupación ―Beatrice, ¿Estás enferma?

¡Dios, que charla más incómoda!

―Es complicado, prefiero no hablar del tema por ahora. ― él asintió comprendiendo.

―Comprendo, ¿Y por qué tu novio te dejó ir?

―Lo mismo me pregunto yo ― suspiré ―, supongo fue por ese estúpido beso, claro está que no fui lo suficientemente importante para él.

―No te preocupes, eres una chica muy linda y tienes tu carácter, no eres boba, ni mucho menos lanzada como otras, supongo que no te supo valorar y ahora pierde a tan increíble obra de arte. Él se lo pierde.

―Gracias, Connor. ― sonreí.

― ¿Sabes? Ese chico es muy extraño, hace unos días te besaba y me lanzaba miraditas como si estuviese reclamándote y ahora te deja como si fueras basura. ― negué riendo.

―Liam no era mi novio, él solo es mi amigo, uno demasiado sobreprotector.

― ¿Entonces no era tu novio?

―No, mi novio terminó conmigo por ese estúpido beso. ― él asintió comprendiendo.

― ¿Conoces Florida? ― negué -Si quieres te acompaño, así no estás sola y no te pierdes en el camino.

-Está bien, gracias. Es la primera vez que viajo a Florida.

―Te gustará, todo es muy lindo y hay asombrosas atracciones.

-Pareces un niño pequeño. ― reí.

―Pues este niño pequeño te va a enseñar lo que se llama diversión, te llevaré a las montañas rusas más increíbles de Florida.

―No creo que me dejen salir, estaré seis meses encerrada en un lugar donde me ayudarán a recuperarme.

―Entonces te visitaré, no tengo problema. Papá suele ser muy aburrido porque siempre está sumido en el trabajo, y ya que sé tu estarás en Florida por seis meses, no pienso irme de tu lado.

Durante el resto del vuelo quedé profundamente dormida y no fue hasta que aterrizamos que Connor me despertó dándome cuenta de que me había quedado dormida en su pecho y él me rodeaba con sus brazos. Incómoda me levanté y bajé del avión junto a él.

Luego de tener nuestras maletas en mano, nos dirigimos a la cafetería del aeropuerto para desayunar. Al terminar nuestro desayuno tomamos un taxi que nos dejó frente a Canopy Cove.




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