Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo treinta

Capítulo 30

"No fue mi intención ilusionarte"

 

Aquella misma tarde decidí ir a la casa de Adam, necesitaba hablar con él, si me iba, no podía dejar las cosas sin aclarar, necesitaba terminar con esto, cerrar el ciclo y dejar que tome una decisión, si de verdad me quiere o simplemente jugó conmigo todo éste tiempo.

Así que ahora me encuentro frente a su casa tocando la puerta de entrada. Y entonces, lo vi... ahí estaba él, frente a mi con su rostro serio y su ceño fruncido al verme frente a su puerta. Su cabello estaba sin duda más largo, ahora pequeños rulos cubrían sus orejas y podía notar su barba como si no se afeitara desde hace días y su cuerpo estaba más trabajado que antes. Sí, ocho meses cambian a cualquiera. Pero lo que llamó mi atención fueron sus ojos cansados y la tristeza que había en ellos.

-Beatrice... volviste.

-Sí, volví. Y tú... nunca te fuiste, ¿Por qué?

-Si lo hice, pero decidí regresar unos días antes de ir a vivir con mi padre.

- ¿Y la señora Fletcher? ¿Pelearon?

-Mi madre murió hace una semana.

Ahora entendía su rostro, y su triste mirada, la barba de hace días y el cabello largo, estaba pasando la muerte de su madre aquí, solo.

-Lo lamento, Adam. - confesé sincera. -Sé lo que se siente perder a un ser querido, pero contigo aprendí que superarlo es más fácil cuando tienes a alguien a tu lado ayudando a levantarte, así que siempre estaré para ti cuando me necesites, tal y como tú estuviste todas las veces haciendo que cada caída doliera menos.

-Beatrice, no te necesito. - respondió frío y cortante.

Sus palabras me habían herido.

- ¿Qué? - pregunté apenas audible y confundida.

-No tengo la intención de herirte, pero tampoco quiero que te ilusiones, tu hiciste tu vida y yo continué con la mía, aprendí a vivir sin ti. Así que regresa a tu casa, Beatrice.

-Pero, Adam...

-Lo siento, no fue mi intención ilusionarte.

Y me cerró la puerta en la cara, nunca había sentido una bofetada que ardiera tanto en mi pecho, yo lo amaba y él no quería intentarlo.

No fue mi intención ilusionarte...

¿De verdad sintió eso o sólo lo dijo por el dolor que siente por la pérdida de su madre?

Suspiro cansada y camino de vuelta a casa. Cuando llegué solo estaba Connor, sentado en el sofá entretenido con su teléfono.

- ¡Hey! ¿Cómo te fue? Tu madre salió con tu hermana y me dijeron que te avisara que...

Sí, ni siquiera le escuché o le presté atención a lo que iba a decirme, porque sin siquiera saludarlo o darle una mirada, corrí escaleras arriba hasta mi habitación y cerré la puerta de un portazo.

Me eché en mi cama a soltar las lágrimas que había estado conteniendo desde que Adam me cerró la puerta en la cara. Ni siquiera me molesté en alzar la mirada cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe, sabía que Connor me había seguido, pero no me importó, solo seguí hundida en mi llanto.

¿Por qué me había tratado de esa forma? ¡Tenia ocho malditos meses sin verme!

El rubio se sentó a mi lado acariciando mi espalda para que me tranquilizara, no dijo nada sino hasta que finalmente me calme.

- ¿Qué sucedió, Bea? No me gusta verte llorar.

-Adam... no quiere hablarme y no entiendo que le hice.

-Tú no hiciste nada, es él que no sabe lo que quiere.

-Pero yo si sé lo que quiero.

- ¿Y qué es lo que quieres?

- ¡Lo quiero a él!

- ¡Pero el no te quiere, Beatrice!

Sí, estaba herida y no sé si por las palabras que soltó Connor o porque ahora empezaba a pensar que era cierto. Adam ya me había olvidado.

-Tienes razón, él ya no me quiere. - murmure. -Pero no sé como olvidarme de él.

-Yo sí.

Y la verdad es que todo en ese momento sucedió tan rápido, que ni siquiera lo detuve o quise hacerlo. Porque Connor terminó besándome y yo pues... terminé entregándole mi virginidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.