Disaster

Capítulo treinta “El evento”

Aike


 

En toda la noche durmiendo con Nicholás no pude pegar un ojo, temía cuál iba a ser su recompensa por mi pregunta, pero las ganas de saber quién era esa persona, se apoderó de mi...


 

Me senté en la cama y lo ví a el, Nicholas estaba acostado boca abajo con la espalda descubierta, dejando a la vista sus tatuajes.


 

Lo observé unos segundos, pensando como tanta belleza puede estar en un demonio como el, hasta que sus ojos comenzaron a abrirse y se encontraron con los míos.


 

-Que lindo despertarme de esta forma mami...- dijo mientras que cerraba los ojos y una sonrisa se formaba en sus labios.


 

-No me llames así.-  me levanté de la cama y casi fui corriendo al baño, una vez dentro solté todo el aire que estaba aconteciendo y me lave la cara para despertarme.


 

Las ganas de sobrevivir era la única cosa que me importaba en ese instante. Y voy a hacer lo imposible para hacerlo...


 


 

[...]


 


 

Luego de bañarme me puse otra remera de Nicholas, odio tener su olor en mi cuerpo, aunque no es desagradable, es suyo...


 

Me quedé sentada en la cama esperando a que el venga a dejarme el desayuno.

Pero cuando abrieron la puerta no era Nicholas, era una mujer de unos cuarenta años, bastante alta y con el cabello rubio.


 

-¿Quien eres?- le pregunté totalmente desconfiada, estaba por gritar el nombre de el cuando la mujer hablo.


 

-Soy Angelina. El señor la está esperando...- ¿el señor? ¿Pero que puta mierda es todo esto? Estaba por preguntarle tantas cosas, lo único que ví en ella, era un escape, pero antes que pudiera responder ya se había marchado.


 

Me levanté rápidamente de la cama y baje las escaleras corriendo, cuando estaba cruzando el gran comedor, ví a Nicholás sentado en una larga mesa.


 

-Hola angel.- lo observé a el y luego a la mesa repleta de comida, no me había dado cuenta el hambre que tenía hasta que mi panza sonó.


 

Me estaba por sentar lo más lejos de el pero cuando me dijo que me sentará a su lado lo hice sin refutar.


 

El se veía como todo un puto dios, con una remera negra de cuello alto, y el cabello desordenado ligeramente. Tome asiento a un lado de el y sin mirarlo hablé.


 

-¿quien es Angelina?-


 

-Limpia la casa.- dijo tranquilo para luego mírame fijamente y hablarme ahora algo más enojado. -¿Te dijo algo, angel?-


 

-No, nada.-


 

Continuamos desayunando en silencio, cada tanto mis nervios me ganaban cuando el miraba fijamente cada uno de mis movimientos.


 

Cuándo no dejo de mirarme me estaba por parar para ir hacia mi habitación, pero el me tomo de la mano.


 

-¿No te estáras olvidando mis reglas?- solté mi mano de la suya y volví a sentarme algo enojada.


 

No sé porque algo dentro mío creía que el me daría las respuestas que necesitaba sin ningún tipo de recompensa, pero como siempre estaba equivocada.


 

-No lo olvide Nicholas. Ahora dime, ¿Que quieres de mi?- con una sonrisa de satisfacción puso sus codos en la mesa mientras que me observaba.


 

-Hoy saldremos juntos.- quedé boca abierta cuando me dijo que por fin podría salir de estas cuatro paredes, pero refiriéndose a el, siempre hay algo mas.


 

-¿tan solo es eso?, ¿salir juntos?- se levantó de la mesa y caminó despacio para luego posicionarse detrás mío mientras corria mi largo cabello de mi cuello.


 

-Hoy serás mi mujer angel...- susurro muy cerca de mi oído. Todo mi cuerpo se tenso por su cercanía y mis manos comenzaron a temblar inmediatamente. El puso una de su mano encima de la mía mientras que trazaba círculos en esta.-No te das una idea como me podés cuando te ves así, temblando de miedo, pero arriesgandote a sufrir las consecuencias...-


 

Causo dentro mío un escalofrío que nunca antes había sentido en mi vida. Pero lo que sabía es que tenía que sobrevivir, y si eso significaba vivir en una mentira por ahora, lo haría.


 

Respire despacio mientras que mis temblores comenzaron a disminuir, aún con el detrás mío gire mi rostro despacio y nuestros rostros quedaron muy cerca. Pude sentir su olor, ese olor que tanto me desagrada, en sus ojos pude ver el deseo que emanaba al mírame los labios...


 

Aleje mi rostro despacio, Nicholas no es idiota, el sabrá que algo malo sucede si yo de un momento al otro quiero. Entonces tendré que fingir poco a poco que estoy enamorada de un demonio.


 

Me quedé perdida en su mirada penetrante cuando recordé que no me había mencionado dónde iríamos hoy.


 

-Tengo que arreglarme para esta noche...¿Dónde iremos?- continuo observandome unos segundos y luego se volvió a sentar en su silla.


 

-Iremos a una reunión con unos compañeros.- no sonó muy convencido al mencionar a sus compañeros, espere unos segundos a qué continuara hablando pero no lo hizo.


 

-¿De dónde son los compañeros?- se levantó con una sonrisa maliciosa dejando a la vista sus perfectos dientes.


 

-De un lugar donde intentaron retener a nuestros demonios, pero no lo lograron angel- ¡Mierda! ¡¿Enserio me estaba por llevar a una reunión con sus compañeros del psiquiátrico?! ¡¿pero que puta mierda le sucede a este hombre?!


 

Me quedé sumergida en mis pensamientos y cuando levanté mi rostro el ya no se encontraba en ningún lado, solo estaba parada en la puerta Angelina.


 

-Vamos a cambiarte señorita- dijo mirándome fijamente, no era una mirada fría, me transmitió tanta calidez desde que la pude observar bien.


 

-Me llamo Aike.- le respondí amablemente, no quería que con las únicas dos personas que estaban aquí llevarme mal... Necesitaba una amiga en este momento.




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