Disfrutando el dulce néctar de tus labios

Capitulo III

Natalia.

Suena el despertador indicando un nuevo día, me levanto y me dirijo al baño, al mirarme en el espejo me veo diferente mis mejillas están sonrojadas y mis labios resecos, al tocarlos con mis dedos llega a mí el recuerdo del chico misterioso que me beso e instintivamente regresa a mi esa sensación. Suspiro y termino de asearme para ir al instituto.

Al llegar no veo a mi amiga por ningún lado, me dirijo directo al salón de clases, paso las primeras clases sin mucho ánimo porque Ally no llego, ¿Qué le habrá pasado? Ella no había faltado.

Me siento ida en mis pensamientos en uno de los bancos del parque del instituto, distraída y algo preocupada por la loca de mi amiga; de repente siento que me abrazan por la espalda y me dan un beso en el cuello que me eriza la piel.

- Hola chiquilla— esa voz y esta sensación que regresa a mí.

- Ho… hola— lo miro nerviosa y sonríe mordiendo su labio inferior.

-¿Así me vas a saludar?— dice coqueto acercándose más— no muerdo preciosa— sus labios me incitan a devorarlo e instintivamente humedezco los míos— veo que quieres otro beso— me mira con picardía.

-Yo… yo lo siento debo irme— trato de levantarme y me detiene colocándome en sus piernas.

-Eso sí que no chiquilla, no te escaparas de mí—dice con autoridad.

-Suéltame, suéltame por favor— digo suplicante, me besa el cuello y mi cuerpo se vuelve gelatina, luego muerde con delicadeza el lóbulo de mi oído haciéndome sentir una electricidad recorrer mi cuerpo, un cosquilleo nace en mi parte baja, no entiendo por qué mi cuerpo reacciona de esa manera.

-No vas a ningún lado preciosa, debemos hablar— dice con sensualidad en mi oído— ¿te parece?— asiento de forma automática con mi cabeza, no sé qué me pasa—bien, así me gusta— dice con voz suave.

El me voltea sin ningún problema y me deja cerca de su rostro mirándome con adoración, mira con cautela cada parte de mi rostro como grabándolo para él.

-Me gustas— dice de repente— me fascinan tus labios—sin más me besa con fogosidad, es muy diferente al beso de la otra vez; así dura un rato hasta que escucho un carraspeo interrumpiéndonos.

-¡¡¡Rick!!!—exclama la chica molesta y el chico a mi lado la detiene poniendo la mano al frente.

-No soy tu novio, soy Robert—dice con cansancio, ella cambia la expresión de su rostro por algo más calmado.

-¡¡¡Ah!!! Lo siento Rob, ¿Has visto a tu hermano?

-Está en práctica— responde de mala gana.

-¡¡Okys!! Gracias— se va a retirar pero luego se voltea y lo mira con la ceja levantada—por cierto, ¿Qué haces acá? Hace un tiempo que ya te graduaste con honores— la mira molesto

-No es de tu incumbencia— le hace gesto de que se vaya, me mira y veo cierto deje de desprecio hacia mí— Lo siento preciosa, ¿En qué quedamos?— vuelve a intentar besarme y lo detengo con una mano al frente, me mira extrañado.

-Disculpa, pero debo irme— intento levantarme, pero me aferra de la cintura.

-Chiquilla, eres mía— lo miro molesta, quien se cree para decir que soy de su propiedad— no me mires así, al aceptar mis labios aceptaste ser mi novia— lo miro con sorpresa.

-¿Quién te crees que eres?—sonríe

-El amor de tu vida—sonríe con arrogancia y lo miro con sorpresa.

Cuando intento decirle algo me aferra por el cuello y me besa con frenesí, cierro los ojos y me dejo llevar por la dulzura de sus labios, lo cual no dura mucho, porque siento ser arrancada de sus labios y alzada por alguien.

¡¡¡Oh Dios!!! Estoy en problemas.




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