Capitulo XIII

Natalia

Me despierto asustada, tuve un sueño muy bonito que luego se convirtió en una pesadilla, mi padre se despedía de mí. Pero lo más extraño es que tenía a una pequeña niña a la cual llamaba “pequeña azucena” lo sentí tan real, tomo un sorbo de agua y veo que la televisión sigue encendida, veo la hora y son las 2:00am no veo a Robert por ningún lado. Me levanto y reviso el baño, no está allí, decido salir; al bajar las escaleras escucho voces y llanto.

-¿Qué ocurre?— digo para mí misma, me acerco a donde escucho las voces y todos están allí menos Robert y su padre— ¿Dónde está Robert?— pregunto a la nada, todos giran a mirarme, la señora se levanta y me abraza llorando aún más.

-Lo siento tanto pequeña— se separa tomándome de los hombros— te hemos despertado ¿verdad?— solloza.

-No se preocupe, no podía dormir— le sonrío, pero esa mirada de tristeza me hace sentir tan mal.

-Robert salió con su padre para un asunto, luego llegan ¿Quieres tomar algo?— niego.

-Creo que debería esperarlo a la habitación— vuelve a llorar y asiente.

-Sí, es lo mejor— dice y me acompaña, cuando vamos a subir las escaleras se escucha abrir la puerta y volteamos a mirar.

-No lo puedo creer aun- solloza el señor— ¡Mi amigo, no puede ser!— se tambalea e intento acercarme, pero ya lo han ayudado, busco a mi esposo hasta que lo veo en la puerta con las manos en la cabeza, al voltear veo que ha llorado, me acerco a él y lo abrazo.

-Lo siento tanto nena, tu padre… el…— no puede continuar y yo quedo en shock, las voces se me hacen lejana, no escucho absolutamente y desvanezco imaginándome lo peor.

Robert

Veo como mi chiquilla se desmaya, creo que se imagina lo que ha sucedido. Su padre no resistió, fue una mala idea que fuera a su casa, esa señora está loca, como pudo dispararle a su esposo y sus últimas palabras… ¡Dios!

Flash back

-Resista señor, hágalo por su hija, por su nieto o nieta, luche— tose escupiendo sangre por su boca. Intentamos llegar lo más rápido posible cuando fuimos llamados por uno de los hombres que trabajan para mi padre, nos dijo que lo habían encerrado en esa casa y habían escuchado disparos.

-Aun así no me queda mucho tiempo muchacho, solo te pido que cuides a mi princesa— asiento sin parar.

-Ya llegó la ambulancia, resiste amigo mío— dice mi padre mientras lo ayuda a levantarse.

-Promete que vas a cuidar de mis princesas, mi pequeña azucena será una linda niña— lo observo sonreír y me da mucho pesar; “¿Azucena? ¿Quién será?”

-Lo prometo señor— le digo seguro.

Lo ayudamos a subir a la ambulancia y la seguimos hasta llegar a la clínica. Esperamos horas y no obtuvimos respuestas de los Doctores o enfermeras, ya nos sentíamos desesperados hasta que llego un Doctor.

-Familiares del señor Guillermo del Villar— nos levantamos del asiento y nos acercamos a él.

-Díganos Doctor que está bien— suspira.

-No pudo resistir la cirugía—veo a mi padre trastabillar y lo sostengo para que no se caiga, trato de estar lo más sereno por los dos— sus órganos estaban deteriorados y los disparos solo impulsaron su descenso— mi padre se aferra  a mi ropa.

-No, no es cierto, ¿verdad hijo?, es una pesadilla— nunca había visto a mi padre tan devastado— era un buen hombre, esa mujer lo va a pagar.

Mi padre toma su teléfono y empieza a hacer llamadas, yo voy con el Doctor a confirmar el cuerpo y dar la orden para que lo preparen para su velorio, mi chiquilla va estar destrozada, no lo va a soportar, pero estaré allí para cuidarla y protegerla.

Fin flash back

Veo como abre sus ojos y me mira con angustia, me abraza fuertemente y la escucho sollozar, me acuesto con ella en la cama y acaricio su espalda.

-Estoy aquí para ti preciosa, no los dejare solos— se aferra más a mí y llora aún más por horas, hasta quedarse dormida.

Con mi padre preparamos todos los gastos fúnebres, además de la captura de la Señora del Villar, todo sea por el bienestar de esa chiquilla que cada día roba mi atención y se queda más prendada en mi corazón.