SEBASTIAN
Cuando la vi caminando misteriosamente al cuarto de su abuela, lo primero que se me ocurrió es que estaba escondiéndose de alguien, pero la gran pregunta no era de quien, porque eso estaba claro, lo que me pregunte es que si de verdad pensaba que no iba a percatarme de su presencia.
-Hola señorita Cassandra, escabulléndote – dije y se sobresaltó – vas a tener que disfrutar un rato de mi compañía porque vamos al mismo destino.
-No estoy escabulléndome, solo estoy apresurada – contesto enojada - ¿Qué vas hacer a la habitación de MI abuela?, si tú no eres su medico
-Amanda me invito a charlar con ella, nos hemos vuelto muy amigos, es una dama encantadora – pinché y le mostré mi mejor sonrisa, estaba más que claro que estaba molesta.
-Si como no – dijo entre dientes, pero claramente la escuche.
Al llegar a la habitación se encontraban con Amanda, Mateo y Sandra.
-Hola como se encuentra mi paciente favorita – dije acercándome a abrazarla, en el poco tiempo que la conocía, me pareció una dama encantadora.
-Hola hijo – dijo Amanda– gracias por las hermosas rosas, tu siempre me consientes.
-Rosas hermosas, para una dama aún más hermosa – dije ganándome una hermosa sonrisa
- ¿Porque azules, blancas y verdes? No había colores más alegres – pregunto sarcásticamente.
- Cassie, el muchacho ha sido tan amable de regalarme estas bellas rosas, para que tu vengas a ….
-Déjala Amanda, te voy a explicar porque Cassandra, todas las rosas tienen significado como sabrás, por ello elegí esos colores; blanco por su pronta recuperación, azul porque crea un ambiente de paz y verde porque es el inicio de una relación de amistad; una persona me dijo una vez que las rosas no se deben dar por dar, sino que tienen que tener un mensaje porque para eso fueron hechas – dije recordando las palabras de mi abuelo, él siempre decía que una mujer se merecía una rosa, que existían mil motivos para hacerlas sentir especiales.
-Que hermoso fue lo que dijiste muchacho – dijo Amanda con lágrimas en los ojos – las rosas siempre son símbolo de todo.
Las rosas...
Símbolo sublime de los te amo,
de los te quiero
Pétalos delicados pétalos
que cuando caen marchitos
se estremece el alma
y los llora el cielo.
Cuando terminé de recitar me acorde que este poema en especial le encantaba a Ella, asi que disimulé mi fastidio.
-No me miren asi, es un poema que me agrada mucho de Héctor Adolfo Sánchez, deben buscarlo, bueno me tengo que retirar, tengo que seguir mi turno – dije
-Es verdad, debes tener mucho trabajo, no te quitamos el tiempo
-CASSIE – le reprendió Sandra
-Nos vemos Amanda, más tarde te visito de nuevo – dije despidiéndome – Adiós
Cuando salí de la habitación escuché que Sandra siguió reprendiéndola, lo que me tenía un poco melancólico ahora era recordarla, hace tiempo que no pensaba tanto en ella, era mejor que continuara con mis pacientes.
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Al terminar el turno de visitas me acerque a la habitación de Amanda, para despedirme, se lo había prometido asi que antes de irme del hospital aquí estaba.
-Buenas tardes – dije al entrar a la habitación y encontrar a la familia de Cassie al completo.
-Hola hijo, ya estaba esperándote confié en que no te ibas a ir sin despedirte de mí.
-Por supuesto que no Amanda, hoy termine tarde el turno, pero por nada faltaría.
-Asi que te vas a casa –dijo Sandra
-Si, después de una jornada completa, el cuerpo pide descanso, mañana tengo que realizar una operación muy importante, asi que necesito estar al 100%
- ¿Que se siente rebuscar el cerebro? – dijo Javier
-Muy bien la verdad, un abogado como tu debería saberlo, rebuscar y manipular la mente es una habilidad en tu profesión – dije intentando parecer muy serio, la habitación estallo en risas
-Muy bien, me las has jugado – dijo – espero que mi hermana haya heredado ese talento, recuerda que viene de una familia de abogados.
-No te piques Javier – dijo Sandra riendo
-Tu hermana ciertamente ha heredado un temperamento digamos … complicado – dije sonriendo– o digamos que no le sienta muy bien mi compañía
-Cuando está enojada es un torbellino, pero después es muy dulce por lo general – dijo Sandra
-Entonces definitivamente yo no le agrado, porque conmigo siempre saca las garras, ese carácter dulce definitivamente no lo conozco además ….
De pronto entro Cassie cargando un ramo de rosas, y me vino a la mente lo que dijo esta mañana, asi que había comprado nuevamente rosas, aunque sea solo para molestarme.