Dispuesta A Escapar Del Amor

CAPITULO 19

SEBASTIAN  


- Que pasa con mi hermana – pregunto Javier, sentándose  
- Eso quiero saber yo, Javier – calle mientras la mesera nos alcanzaba los cafés – anoche estuvimos juntos, y sufrió un ataque de pánico 
- Maldición – dijo – esos episodios han vuelto 
- ¿Quiero saber que desencadeno esos ataques en primer lugar? ¿Qué le paso en el instituto? 
- Eso esta fuera de mi alcance, Cassie es la que debe contártelo no yo.  
- Lo se, ella prometió contármelo, pero estoy preocupado por ella, necesito saber si ella esta en peligro.  
- No – dijo mirándome – ella no esta en peligro, mi padre y yo nos encargamos de ello. 
- Siento que estoy traicionándola contándote lo que sucedió anoche – empezaba a cuestionarme estar aquí – pero necesitaba algunas respuestas a mis preguntas, perdón por haberte molestado en el trabajo 
- Solo te voy a dar un consejo, no subestimes la fuerza de Cassie, puede parecer frágil, pero es una luchadora, me alegro que por fin este con alguien que se preocupa por ella lo suficiente como para recurrir al hermano que lo ha pinchado lo suficiente  
- Eso quiere decir que las pullas se han acabado – pregunte, algo bueno por lo menos habia salido de esto. 
- Mateo y tú tiene un aliado leal siempre y cuando mis hermanas se mantengan seguras y felices – dijo levantándose para irse – pero si las veo sufrir se habrán ganado un enemigo, la lealtad se gana con lealtad. 


Era temprano aun, iría a ver a Cassie. Camine hasta las oficinas. Al llegar a recepción me informaron que Cassie estaba ocupada, en una reunión. Entonces me dedique a curiosear paseándome por el vestíbulo. La primera vez que ingrese estaba ansioso por verla que no preste mucha atención. Se podía ver que el negocio iba muy bien. Ahí estaban sus amigas reunidas en el pequeño cubículo. Al percatarse de mi presencia, me observaron evaluándome. Se acercaron en grupo y lamente no haberme quedado sentado en recepción. Aunque ellas bien podían brindarme más información de Cassie. 


-Hola Sebastian- saludaron todas 
- Hola – conteste  
-Cassie esta en una reunión importante- dijo Raquel  
-Eso me informaron en recepción- le respondí – voy a esperarla..uhmm ¿hace cuanto tiempo conocen a Cassie?  
-yo desde que éramos bebes -dijo Lucero -nuestras madres son muy amigas.. así que crecimos juntas  
-yo y Raquel, la conocemos desde la universidad, éramos compañeras de Sandra primero – dijo Catherine – después nos hicimos amigas todas. 
- Así que comparten todo – acote – me alegro que Cassie tenga buenas amigas  
-por supuesto, siempre estamos muy unidas- dijo Lucero- siempre nos cuidamos entre nosotras, principalmente a Cassidy; ya sabes por su problemita  
La tal Lucero desde que la conocí me resultaba exasperante. Odio como la llamaba. Cassie no tiene ningún problemita. La mire serio. 
-y que problemita es ese – pregunte mirándola fijamente. 
- Su pierna, por supuesto – dijo sin inmutarse. La mire con ganas de mandarla al demonio, pero me contuve. 
-Su pierna no es ningún problema – dije – no para mí ni para nadie que la quiera. 
-tienes razón – contesto avergonzada, notando seguro que me estaba enojando – eso le digo siempre, pero ella es la que no lo ve así.  
Iba a contestarle, pero repare que Sandra se acercaba junto a su madre.  
- Sebastian, que gusto verte – dijo Clara alegremente. 
- Cuñadito – saludo Sandra. 
- Hola – dije saludándolas a cada una con un beso – espero que Cassie termine, quiero llevarla a almorzar. 
- Podemos ir todos juntos – dijo Lucero  
- Oh no – contesto Sandra – déjalos que vayan solos, seguro tienen mucho de que hablar. 


Mentalmente agradecí a Sandra, aunque Clara y ella eran estupendas, las amigas aun no llegaban a convencerme. Además quería disfrutar de Cassie yo solo.  
Estuvieron contándome del trabajo. Sandra estaba ansiosa por su próxima boda. De pronto un hombre joven bajo del segundo piso echo un basilisco, nos quedamos en silencio, paso por nuestro lado rápidamente. 
-Esa reunión no fue bien – dijo Raquel  
Arriba se escucho el ruido de una puerta al cerrarse, y asomo Cassie, esa reunión fue mal para el tipo ese porque Cassie estaba feliz. La vi bajar las escaleras lentamente, estaba muy hermosa. Era increíblemente bella. Supe el momento exacto en que se percato de mi presencia. Nuestras miradas conectaron. Me aleje del grupo, me acerque a esperarla en el tramo final. Llevaba puesto un vestido ajustado. No podía dejar de contemplarla. Desde la primera vez que la vi, se habia creado esta única conexión.  


- Hola cariño- dije recorriéndola con la mirada y sonreí. 
- Sebastian -dijo llegando frente mío – no me avisaste que vendrías. 
- Sorpresa – conteste, mientras la acercaba para besarla rápidamente. 
- Sebastian – amonesto, mirando más allá de mi, a su madre, hermana y amigas. 
- Te voy a llevar a almorzar – dije tomando su mano y llevándola al grupo. 
- Un placer verlas – les dije a todas – pero ahora voy a robarme a Cassie un ratito. 
- Llévatela – dijo Sandra guiñándome – que venga relajada. 
- Vamos cariño – dije llevándola. 


Ya en el auto, ella decidió que quería almorzar cerca del mirador. Era su lugar preferido. Se estaba convirtiendo en nuestro lugar. Mientras manejaba me iba contando sobre su mañana ajetreada. Habia mandado al diablo al escritor ese. Al llegar al restaurante, elegimos la mesa con mejor vista al mar. Le conté sobre mis pacientes, no tocamos lo que sucedió anoche. No quería estropear este momento. Cassie estaba muy habladora y feliz. Estábamos ha mitad del almuerzo cuando recibió una llamada. El nombre de su ex brillo en el celular. Inmediatamente Cassie corto la llamada. Me quede mirándola fijamente mientras ella se sonrojaba. Ella evitaba mirarme. Iba a preguntarle por la llamada del ex, cuando llego un mensaje. Su ex era una pesadilla, él tipo en el momento más inoportuno aparecía. Lo que me molestaba era que Cassie le daba cabida. El celular volvió a vibrar y Cassie volvió a desviar la llamada, lo que me cabreo más.  




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