SEBASTIAN
-Por lo menos se quedó con los conejos – dijo Fabián desde donde estaba, desparramado en el sofá. Habían llegado a mi departamento sin invitación. El maldito timbre volvía a sonar.
-¿ahora quien cojones es? – dije ofuscado. Solo quería emborracharme tranquilo. Maldición.
-yo abro – dijo Manuel - ¡pero mi mira quien es!
- ¿Qué haces aquí? – dije mirando a Javier y Mateo ingresar.
-Cassie es cabezotas – dijo Javier – ahora mismo esta llorando y solo me dan ganas de …
-si has venido ha hablar de Cassie, lárgate – dije tomando mi trago – no quiero saber si llora, ríe, se tira de los pelos, patalea no me interesa
-no voy hablar de ella – contesto midiendo mi temperamento – tienes todo mi apoyo en esto.
-nuestro apoyo – dijo Mateo sentándose cómodamente -Sandra te envía su amor.
-¡que cursi! -dijo Fabián- ¿ahora hablaremos de corazones y flores? Avisen para ir a vomitar.
-tenia que decirlo sino Sandra me mata – dijo Mateo
-mi hermana te ha convertido en un calzonudo – dijo Javier riéndose, y aceptando un trago.
-¿no pueden dejarme solo? – cuestione ofuscado por su charla. Deberían callarse y beber.
-No – respondieron todos a la vez.
-deberíamos salir – dijo Javier.
-Ir de casería – intervino Fabián.
-Me caes bien – dijo Javier – estamos en la misma sintonía.
-hablan y hablan peor que mujeres – bufe. No sabia como botarlos.
-¿quieres que Sandra me mate? -dijo Mateo- si se entera que fui a esos sitios es capaz de suspender la boda.
-¡ay hombre! -dijo Javier – mi hermana te corto las pelotas.
-muy gracioso – contesto Mateo haciendo una mueca – amenazaste con matarme si hacia daño a Sandra, créeme ella no estaría muy feliz si supiera que tú eres el instigador para ir de fiestas; ira por tu cabeza también.
-epa solo estoy diciendo tragos, nada de mujeres para ti – dijo Javier fresco- Sebastian necesita distraerse.
-¡que buen hermano que eres! – dijo Manuel sarcásticamente – en vez de consolar a tu hermana estas aquí.
-¡Cassie se lo busco! – lo quede mirando - ¿Qué?¡tengo razón!
-¿quieres que vaya y me folle a otra para olvidarme de tu hermana? – pregunte, viendo como se atragantaba con el licor.
-eso sonó horrible – contesto ofuscado.
-Pero cierto – dijo Claudio – solo tomemos unos tragos tranquilos.
Nos quedamos en silencio cada uno pensando en sus propios problemas; mire con curiosidad a Claudio, estaba más callado y pensativo de lo normal.
-las mujeres juegan con nuestras mentes – dijo Javier de pronto. Algo me dijo que estaba en un lio de faldas también.
-¿quieres hablarnos de tus problemas? – apuntillo Fabián – para poder irnos sin saber nada; no queremos más miseria; con Sebastian tenemos suficiente.
-gracias amigo – dije haciendo una mueca.
- claro que no – dijo indignado Javier – solo señalo algo mundialmente conocido ¡odio el silencio!
-pues tu hermana ama el silencio; y por ahora yo también – dije levantándome, para dirigirme a mi habitación – adiós, cierran bien la puerta.
No quería oírlos, estaba cansado. Mañana tenia trabajo. Bendito trabajo, me salvo la primera vez, lo haría también esta vez.
Una semana habia trascurrido tan rápidamente, estaba concentrado a full en mi trabajo. Sandra habia llamado insistiendo en que asistiera a su boda. Me lo esta pensando. Ver a Cassie iba a doler. Adriana irrumpió en mis pensamientos entrando apresuradamente al consultorio.
-estos días te veo más que en el último mes – dije alistándome para ir a chequear a mi paciente.
-¿A dónde vas? – pregunto interponiéndose en mi camino.
-A ver a mis pacientes Adri – dije sacándola de mi camino.
-Espera – dijo nerviosa.
-¿Qué demonios te pasa?
-eh …nada…nada – contesto nerviosa – porque no vamos a casa; mamá ha preguntado mucho por ti.
-Estoy de turno Adri – dije siguiendo mi camino. Me pare de pronto estupefacto, ¿Qué hacia ella aquí?. Camine por inercia hasta ella. Mis amigos estaban ahí; mirándome preocupados. Ahora entendía a Adriana.
-¡que bien que estés aquí Sebastian! – dijo emocionado el director – quiero presentarte a Ella Ferreiro; la nueva medico cirujana; se incorpora al grupo hoy.
-Hola Sebastian – dijo extendiendo su mano, la quede mirando. ¿Qué hacia esta mujer aquí despues de años?.
-¿Qué demonios haces aquí? – pregunte enojado.
-¿se conocen? – pregunto el director.
-Si – conteste ofuscado – tuve la mala suerte de cruzarme con esta mujer antes.
-Sebastian – reprendió Ella.
Me fui de ahí antes de hacer algo peor. El hospital era mi segundo hogar. Desde joven sabia que quería ser medico. Ahora Ella habia invadido mi vida otra vez y no tenia otro escape a donde ir.
Habia conocido a Ella en la universidad, en un programa; me conquisto con sus mil historias y aventuras. Fue ella la causante de abandonar todo y embarcarme lejos. Siempre quise establecerme en un solo lugar, formar mi familia; pero Ella era totalmente diferente; quería recorrer el mundo ayudando y la seguí en su sueño. Una relación de siete años que se fue al caño en un instante. Boda, casa, niños no era el sueño de Ella; buscar aventuras y correr hacia el peligro era lo suyo. Cassie y Ella eran como el día y la noche, totalmente opuestas.
Recuerdo el momento en que me informaron del accidente, pensar que la habia perdido horriblemente; me volvió loco. Corrí en su búsqueda como un imbécil; mientras ella estaba segura en los brazos de otro.
-Sebastian, tenemos que hablar- entro en mi consultorio como si fuera la dueña.
-lárgate Ella, fuera de aquí.
-se que estas enojado – dijo
-¡no me digas! – exprese sarcásticamente - ¿esperabas que te recibiera con los brazos abiertos?
-la ultima vez que nos vimos…fue doloroso, solo quiero que lo arreglemos – dijo retándome con la mirada – voy a trabajar aquí. Quiero llevar las cosas en paz.
-¿Por qué volviste ahora?
-era hora de volver simplemente.
-¿en donde dejaste a tú amante?
-nosotros nos separamos hace tiempo. Ángel regreso con Karina.
Me reí en su cara y con gusto.
-Así que te dejo – dije sin una pizca de simpatía.
-No voy hablar de Ángel contigo ; vine hablar sobre nosotros.
- Nosotros – cuestione – no hay nosotros; se acabó el día que huiste con tu amante; haciéndome creer que habías muerto en ese accidente. Sabes como se sintió Claudio cuando se entero que su prometida habia muerto despues de recibir las pruebas de ADN; porque no fuiste capaz de presentarte para aclarar que cambiaste de lugar con ella en último momento. Sabes lo que sentí, cuando me informaron que esa mujer no eras tú; sin saber donde demonios estabas. Tuvo que aparecer Karina para avisarnos que habías huido con su marido. Te metiste en una relación. Traicionaste a tu mejor amiga. Me traicionaste.
-me arrepiento de todo – dijo – jamás me podré perdonar por lo que paso con Ana. Ni lo que te hice a ti. Pero tengo que seguir Sebastian; créeme ya no soy la misma de antes.
-Eso ahora no importa. No te quiero cerca; y aléjate también de Claudio. Solo seremos colegas del trabajo; solamente eso; ahora vete.
Esto era lo último que me faltaba; tener a dos mujeres jodiendo mi mente. Despues de días, no podía aclararme; los recuerdos malditos volvían.
-vamos por unas copas – dijo Fabián – tú y Claudio lo necesitan.
-larguémonos de aquí – dijo Manuel.
Acepte; despejarme y divertirme me sentarían bien. Entramos en el bar atiborrado; encontrando a Ella bailando de lo lindo con un tipo. Estaba un poco ebria, cuando me vio, se acerco a nosotros.
-los cuatro fantásticos – dijo riendo – traen locas a todas las mujeres del hospital.
-para – dije molesto cuando se colgó de mi, los demás se fueron, dejándome solo – maldición, suéltame.
-¿sabes porque regrese? – dijo en mi oído en un susurro- regrese por ti Sebastian.
Me quede mirándola, recordando todos los momentos juntos; principalmente los peores llenaron mi mente.
-te amo – dijo y la aparte enojado
-¡estas loca!
-loca por ti – me sujeto del brazo; volvió a pasar sus brazos en mi cuello. Me beso y la deje, profundice el beso sorprendiéndola; quería probar un punto.
-Sebastian – dijo alejándose.
-tú también lo sientes ¿verdad? – dije – ya no es como antes; jamás será como antes porque amo a otra mujer.
Me fui dejándola sola, unos tragos sonaban bien; Cassie me habia arruinado para otras mujeres definitivamente.
-¿Qué rayos hacías? – cuestiono Claudio.
-despidiéndome de mi pasado.
Al día siguiente Javier llamo sorprendiéndome; mi relación cordial con él habia mejora sin proponermelo. Tenia que ir a la boda; a la dichosa boda.
- Despeja tu agenda son cinco días, ojala puedan los demás también – dijo Javier – estoy atiborrado de mujeres; necesito igualar la balanza.
- ¡cinco días! -exclame, no podía estar lejos mucho tiempo.
- Vamos hombre; mi hermana no se casa todos los días – dijo emocionado – el itinerario es: el primer día es el ensayo final, el segundo día el almuerzo y cena para reunirse y dar la bienvenida a los amigos; el tercer día y el mejor de todos, la despedida de soltero. Mateo no sabe lo que le espera; el cuarto día la boda y el quinto, libre para disfrutar de la resaca.
- No creo que pueda ..
- Te esperamos – dijo cortando la llamada.
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CASSANDRA
Cuando se fue, mi corazón se hizo pedazos. Ese dolor desaparecería con el tiempo.
-Cassie – llamo Sandra entrando a mi habitación; al verme llorando, solo me abrazo. Javier se fue, nos dejo solas. Era tiempo de chicas solamente. Llorar liberaba; lloré por todo. Por lo que fue y por lo que no seria.
-¿Qué hiciste Cass? – Sandra levanto mi rostro, limpiando mis lagrimas.
-se termino Sandra – dije llorando desconsoladamente- era lo mejor.
-si fue lo mejor ¿ porque esas lagrimas? – no conteste. ¿Por qué dolía? Me pregunte a mi misma, porque hacer lo correcto al veces no hace feliz. Me refugie en mi trabajo, en la boda, en mis pequeños orejones; no quería tener tiempo para pensar en él.
Mi fuente de alegría eran mis dos pequeños traviesos, me habia empapado de información sobre su cuidado; todos en la casa los amaban. Pasaba los días y ese inmenso dolor no se iba ni disminuía. Pensaba y soñaba con él; pero no habia marcha atrás; habia echo lo correcto.
Estaba en el trabajo; tenia junta con las chicas; avance hacia el despecho; me detuve de pronto al escuchar mi nombre.
- Ninguna palabra de esto a Cassie – dijo mi hermana.
- Esta bien, no voy a decir nada – contesto Lucero – pero ¿Quién será esa mujer?
- ¿Era bonita? – pregunto Raquel.
- Muy hermosa y elegante – Lucero continuo describiéndola – ya lo comía a besos.
- Es que el doctorcito es muy guapo y varonil – dijo Catherine – cualquier mujer quisiera atraparlo.
- Es la nueva conquista – dijo Lucero – se veía muy feliz junto a ella.
Me aleje, necesitaba salir de aquí; Sebastian tenia a otra me repetía una y otra vez; habia otra mujer en su vida rápidamente; no era distinto a Kyle. No tenia derecho a enojarme pero lo estaba. Estar enojada era mejor que estar triste.
Cinco días despues partimos para el gran día. El complejo se habia alquilado casi en su totalidad. Mi familia era numerosa; entre primos y tíos ocupábamos casi todo. El resto de habitaciones la ocupaban los invitados. Sandra era una mariposa social. Ella estaba radiante y eso era lo único que importaba. Este lugar era hermoso, mágico; estábamos tan cerca de la playa que sus olas al romper se podian oír; se respiraba tranquilidad y felicidad. Hoy me aleje del complejo; lejos del bullicio de mi familia. Tenia que regresar para el ensayo final de la tarde; pero ahora solo quería contemplar las vistas.
Al segundo día despues del estrés del ensayo; me sorprendió la llegada de la familia de Sebastian. Los señores Ribeiro fueron amables conmigo; era Adriana y principalmente Rodrigo los que se mostraban antipáticos e incomodos ante mi presencia. Esperaba que Sebastian apareciera en cualquier momento pero no lo hizo hasta el día siguiente. Llego junto a su grupo de amigos. Se habia acercado a saludar a mi familia, cuando me acerque, se fue a su mesa sin mirar atrás.
-Buenos días cariño – saludo papá.
-buenos días – conteste mirando mi plato. Sebastian me habia ignorado.
-bueno yo me largo; ¡ahí viene la manada!; adiós – dijo Javier yéndose raudamente a la mesa de Sebastian.
En mi familia éramos muchas mujeres. Mi hermano siempre huía, él y mi primo eran los únicos hombres jóvenes de la familia. Estaban riéndose sin parar, llamando la atención de todos. Cuando apareció Mateo se levantaron en mancha hacia él.
Sacándolo del comedor entre risas y maldiciones.
-Eh ¿A dónde se lo llevan? – grito Sandra riéndose.
- No te preocupes ¡te lo devolveros mañana! – dijo Alessandro; gran amigo de Javier y Mateo. Habia llegado el primer día con mi mejor amiga; a la que no habia visto hace dos años.
-¡lo quiero de una pieza para mañana! ¡como llegue tarde iré por ustedes! – dijo alegremente mi hermana.
-te dejaremos algo de él – dijo Javier y así desaparecieron.
- Bueno, Mateo no puede tener toda la diversión – dijo mirando al grupo - ¿Cuándo empieza mi sorpresa?
-Ahora – contesto Nadia; nos despedimos de los mayores y enrumbamos a empezar con nuestra lista de actividades. La primera parada fue un masaje relajante para todas; el spa nos ocupo toda la mañana; ser mimada era el cielo. Al medio día los hombres no habían regresado y los padres de todas habían salido ha divertirse también.
-voy a llamar a Mateo – dijo Sandra impaciente – mejor video llamada; no me fio de Javier.
- hola cariño – contesto al otro lado Mateo, no se escuchaba muy bien por la fuerte música que sonaba.
- ¿en donde estas? ¿Estas divirtiéndote?; espero que disfrutes mucho con tus amig… eso son mujeres desnudas – grito al terminar Sandra, todas nos acercamos al celular para observar.
-cariño – dijo Mateo avergonzado.
-están desnudas – grito Sandra - ¡voy a matar a Javier!
-¿eh que haces aquí? La diversión esta arriba – se escucho la voz y la risa de Javier - ¿con quien hablas? Maldición ¿es Sandra?
-si – contesto Mateo.
-hola hermanita – dijo apareciendo en el plano.
-¡te voy a matar! – contesto Sandra cabreada.
-Ah… para, solo nos divertimos – dijo jovialmente – Mateo puede ver pero no tocar, no te preocupes; yo lo cuido.
-por dios – se escucho la voz de Sebastian de pronto; cada vez se oía más cerca – esa mujer si que es intensa; ¡la vieron!, no se como Fabián va a escapar de ella.
-se las arreglará – contesto Javier – yo le voy a la morena.
- ey ¡la morena es mía! – dijo el imbécil de Sebastian. Me aleje de la pantalla tratando de calmar mis celos.
- ¿Qué haces Javier? ¿vas a vomitar? – escuche que le decía a mi hermano - el barco marea pero no es para tanto; ¿ porque haces tus ojos así?
-para que te calles – contesto Mateo – estoy conversando con Sandra.
-y – contesto Sebastian – voy a seguir divirtiéndome; adiós Sandra.
El imbécil se fue seguramente a perseguir a la morena , las chicas me miraban disimuladamente. Seguro que Sebastian sabia que estaba con Sandra; le daba igual lo que yo pensará. El resto de la tarde nos arreglamos para ir al club. Habíamos reservado una área para nosotras. Sandra recibió mucha lencería y juguetes; entre risas y copas se calentó la noche.
-Ahora llegó el momento estelar – dijo Nadia ya pasada de copas - ¡reciban a nuestro postre de esta noche! ¡nuestro chocolatito!.
Su chocolatito resulto ser un morenazo. Las chicas estaban eufóricas; cuando comenzó a bailar se volvieron locas. Sebastian disfrutaba la noche, yo disfrutaría la mía con mi moreno propio.
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SEBASTIAN
-Deberían haber vuelto ya – dijo Mateo – es muy tarde.
-seguro están disfrutando su noche – dijo Javier mosqueado – como tendríamos que estarlo nosotros; no aquí esperando como imbéciles.
Toda la diversión se acabo despues de la llamada de Sandra. Mateo estaba preocupado por el cabreo de mi excuñada. Fabián y Manuel habían desaparecido con la rubia y la morena ni bien llegamos al puerto; los demás habían conseguido compañía fácilmente.
Solo Claudio y yo acompañábamos a Javier y Mateo. Me preocupaba Cassie pero no lo admitiría ante los demás. De pronto apareció un auto y de ahí bajaron muy ebrias las condenadas; riéndose a carcajadas por cada paso tambaleante que daban. Nos acercamos a ellas. Se caían de borrachas.
-cariño – dijo Sandra aventándose a Mateo que la sujeto a las justas.
- Me divertí tanto, tanto
-ya lo entendí; cariño – dijo Mateo llevándosela.
-Bueno ¿tu no estabas con tu morena? -dijo Csssie frunciendo el ceño; arrastraba las palabras. Estaba celosa y sonrojada – miro lo que gané; me lo dio mi moreno.
Se dio la vuelta rápidamente, que casi se cae sino la hubiera sujetado. Olía a alcohol y a perfume de hombre.
-llévatela – dijo Javier – su habitación es la 315; Claudio y yo nos encargamos de las demás .
- Claudio lleva a Adriana a su habitación – era al único a quien le confiaría.
-No te preocupes; yo me encargo de ella.
Al llegar a la habitación; Cassie me sorprendió, se abalanzo hacia mi; la bese como tanto quería y ella quería más.
-Sebastian – dijo agitada; tratando de sacar mi camisa del pantalón.
-primero tenemos que sacar esto – dije apartando sus manos y quitándole esa horrible camisa; mañana tendría como destino el basurero. Tenia puesto un pequeño y ajustado vestido. La bese largamente y profundamente; caímos en la cama, me acomodé para no aplastarla. Ella se moldeaba debajo mío a la perfección. Bese todo su rostro; baje por su cuello saboreándola, le baje los tirantes. Quería probar su sabor en todas partes. Sus pechos siempre me habían tentado. Mientras con una mano moldeaba un pecho, con la otra recorría su pierna. Cassie aceptaba y exigía más; seria tan fácilmente para mi hacerla mía; pero no iba a aprovecharme de esta situación. La realidad me golpeo. Cassie no estaba en sus sentidos. Si algo ocurría esta noche, mañana se arrepentiría. La mantuve en mis brazos hasta que se quedo dormida.
A la mañana siguiente no dejaba de darle vueltas a lo ocurrido; Cassie se entregaba a mi tan dulcemente, su cuerpo respondía a mi toque; pero ella seguía rechazando esa conexión.
La boda fue bien, oficialmente Sandra era la señora Maldonado. Más tarde despues de los discursos; la fiesta estaba en su apogeo; Cassie estaba sentada junto a sus primas; miraba a todo el mundo bailar.
-¿Por qué no vas por ella? – pregunto Nadia apareciendo a mi lado – veo como la miras; deberías ir por ella. ¡ahí esta! Secuéstrala. Te puedo ayudar.
-secuestrar no esta en mi lista de maldades de esta semana.
-aguafiestas – dijo pasándome un trago.
-bailamos – pregunte; miro hacia Cassie antes de contestar.
-encantada – bailando con ella; recordé cuando nos conocimos; entre trago y baile; era guapa e inteligente, porque no podía gustarme como Cassie. Mi mirada se dirigió hasta ella, pero no estaba en la mesa, la vi alejarse y perdiéndose en la noche.
-Ve con ella – dijo Nadie empujándome – es cabezotas; pero algo me dice que tú más.
Salí detrás de Cassie y comencé a buscarla. No la encontraba por ningún lado. Estaba empezando a preocuparme cuando la vi. Estaba apoyada en un árbol, mirando el cielo. La contemple un rato, al acercarme más me di cuenta que lloraba.
Algo la alerto de mi presencia; porque de pronto se limpio el rastro de lagrimas y quiso huir.
-espera Cassie – dije sujetándola.
-vete, sigue divirtiéndote – dijo queriendo soltarse de mi agarre -Nadia debe estar buscándote.
- celosa – la provoque acercándola más.
-Maldita sea; suéltame – dijo ofuscada.
-para que huyas de mi – dije aprisionándola contra el árbol - ¿te pusiste celosa cariño?
-no tengo porque estar celosa, puedes hacer de tu vida lo que quieras, sigue divirtiéndote con tus amiguitas, eres igual que todos, decías que me querías pero al poco ya andabas con otra.
-¿de que hablas? – pregunte confuso.
-eres un mentiroso – dijo queriéndose apartar – eres peor que Kyle.
-quieta- dije enojándome – no me compares con ese imbécil, no lo metas en esto ¿ahora explícame de que hablas? Hasta que no lo hagas no voy a soltarte.
-te vieron con tu amiga en el bar pasándola bien – comprendí de que hablaba ; del beso con Ella.
-y eso te puso celosa – dije pinchándola.
-Suéltame, zoquete – dijo peleándose para soltarle pero logré retenerla.
-esa mujer no es mi amiguita ni mi amante; es mi ex prometida – eso la desencajo.
-¿volviste con ella? – pregunto
-claro que no; creo que la parte de ex no entendiste – dije – jamás volvería con Ella; firmaría eso con piedra; con la ex no se vuelve.
-yo soy tu ex – dijo mirándome fijamente.
-Tu no eres mi ex; eres mi todo – dije dejándola sorprendida y aproveche el momento para besarla como llevaba todo la noche pensando.
- no sabes cuanto te deseo Cassie; anoche me volviste loco – dije presionándome a ella. Su cuerpo encajaba con el mío; todo era perfecto con ella. Todo.
-esto no puede ser Sebastian – dijo alejándose.
-dime porque – cuestione cabreado – nos queremos
-no puedo – dijo – mira lo que le hice a Kyle.
-fue un accidente cariño.
-pero le hice daño cuando el solo quería abrazarme – dijo exasperada – entiendes; puedo hacerte lo mismo a ti, y eso no podría soportarlo.
Todo esto era porque ella pensaba que podía hacerme daño, que podía lastimarme; la mire retorcerse las manos y solo quería abrazarla y consolarla; pero tendría que ser rudo para que Cassie reaccionará.
-No eres la mujer del cuchillo, no vas por ahí consiguiendo hombres para atacarlos; fue un accidente Cassie, un maldito accidente y tienes que entenderlo, jamás pasaría algo igual con nosotros; porque en el fondo confías en mi, más de lo que crees – dije trayéndola a mis brazos – además recuerda que yo te he abrazado muchas veces; acercándome a ti en plena noche y lo único que hacías era acurrucarte más en mis brazos. Nunca te has sentido en peligro a mi lado y jamás lo harás.
- soy una idiota – dijo llorando en mis brazos – lo siento.
-un nuevo comienzo Cassie – dije levantando su rostro para conectar nuestras miradas – sin nadie más que nosotros dos; sin mentiras ni ocultarnos las cosas.
- hay algo más – dijo despacio – yo no puedo darte todo.
-¿a que te refieres?
-ya sabes … - dijo en un susurro
- pues la verdad no se de que hablas, cariño.
-Sexo – dijo agachando la mirada – despues del ataque yo no puedo … no puedo..
-y Kyle – pregunte como estúpido; como si quisiera saber.
-jamás me acosté con él; una vez que lo intentamos, lo golpee – me reí no pude evitarlo. Ese tipo solo sacaba el instinto asesino de Cassie.
-¿estas riéndote? – pregunto
- Lo siento cariño, pero estas haciendo que compadezca al hombre, ¿es que siempre terminaba herido? – Cassie se quiso alejar – lo siento, lo siento cariño. Si no fue con Kyle entonces… ¿eres virgen?
-Si – dijo tan despacio; estaba seguro que se habia sonrojado completamente. Jamás me intereso antes ser el primero de una mujer; eso no importaba ser el último en su vida SI.
-no te preocupes cariño; vamos a escribir nuestras propias reglas y las vamos a ir rompiendo cada una y lo vamos a disfrutar – dije por último besándola.