Dispuesta A Escapar Del Amor

CAPITULO 29

CASSANDRA

DOS SEMANAS DESPUES

Esta mañana estaba perezosa porque el día iba a ser largo, hoy mis padres celebraban 28 años de casados y estaba muy feliz por ellos; ¿sabéis que es lo difícil de crecer con padres tan enamorados?, que esperas lo mismo para ti; pero la triste realidad choca en tu vida y te deprimes un poquito cuando buscas y no consigues.

Pero la vida, el destino o no sé qué conspiración hicieron que Sebastián llegara a mi vida, en opinión de todos él era el correcto, ¡uno más buenorro imposible!, me repetía mi abu. Hoy no dejaba de pensar que me encantaría que estuviera conmigo, cavilando eso me levante de la cama de una vez por todas, una vez duchada y lista enrumbe a la casa de mis padres. Al llegar me tope con un montón de gente que iban de un lado a otro.

- ¡por fin llegasteis! – Sandra vino por mi desesperada – ¡nuestra madre va a volverme loca! No voy ni 10 minutos aquí y ya me ordeno mil cosas, ¡no se para que contrata a toda esta gente si al final quiere que lo haga yo todo!

Me reí al verla, ella era tan parecida a mamá cuando se ponía melodramática, mientras refunfuñaba con los trabajadores subí a mi habitación.

-voy a dejarlos libres, pero no se escapen, hay mucha gente afuera – mis orejones salieron temerosos pero dispuestos a explorar

- ¿piensas esconderte toda la mañana aquí? – pregunta Javier entrando a mi habitación

-no porque mamá igual vendría por mi – dije acercándome a saludarlo - ¿Por qué será que hoy te ves increíblemente feliz?

Se sonrojo y eso me sorprendió, Javier nunca de los nunca jamás lucia sonrojado por una inocente pregunta.

- te vas a enterar más tarde – dio media vuelta y se fue dejándome con el bichito del chisme, estaba segura de que se traía algo grande entre manos.

Después del almuerzo y charla familiar, cada uno fue a alistarse para la gran noche. Felipo iba a ayudarnos con el maquillaje, personalmente me había dejado aconsejar para la elección del vestido.

- ¡ay bella, tú siempre te ves divina! – dice al verme ya vestida.

Al mirarme al espejo me encanta como me veo, el tono vino del vestido era elegante, el corte en la pierna era sexy y el escote me hacía pensar en cuanto le hubiera gustado a Sebastián.

El ambiente era maravilloso, mi madre era experta en organizar fiestas; verla tan feliz con papá era maravilloso, al que seguía viendo raro era a mi hermano.

- ¡Cassie! – Adriana apareció de repente, mi madre había invitado a toda la familia de Sebastián.

-hola, Adriana – salude

- ¡esto esta increíble! – dice cogiéndome del brazo, empezamos a caminar conversando lo bien que la pasamos el anterior fin de semana, ella era una chica tan alegre y vivaz, tenía tanta personalidad por así decirlo.

- ¡suerte la mía encontrarme con las más bellas de la noche! – volteamos las dos al oír esa voz.

-Sebastián – ¡él estaba aquí! Adriana se acercó a saludarlo rápidamente mientras yo me quedaba como una tonta mirándolo – Fabian

- ¡ey enana me ahorcas! - escuche que decía Fabian al efusivo abrazo de Adri.

- te he extrañado tonto, vámonos tengo que contarte muchas cosas – y se lo llevo.

- ¿y tú me has extrañado?, porque yo te extrañe como un loco

-un poquito nada más – se veía tan sexy con traje

-mentirosa – dice susurrándome suavemente tan cerco mío que no resisto las ganas de besarlo, cuando nos separamos teníamos nuestro propio público.

-si ya terminaron de apapachos – dice Javier – vamos a divertirnos.

Hicimos nuestro pequeño grupo, divirtiéndonos de los mayores y haciéndonos bromas; por primera vez sentía que era parte de un grupo de verdad donde escuchaban lo que tenía que decir así esto fuera una estupidez, dejé en la pista de baile a Sandra y Sebastián, y fui a comprobar a mis enanos, tanto ruido los ponía nerviosos y no quería que se escaparan. Después de comprobar a los orejones, al pasar por el salón escuche a Lucero reírse a carcajadas.

- ¡la viste! Se cree la diosa ahora que trae al noviecito

-pues está muy bella, luces un poquito celosa Lu

- ¡deja de decir estupideces Raquel!, ¿qué le podría yo envidiar a esa coja? – era otra vez yo el centro de sus burlas, algo se encendió en mí, a Lucero le había pasado varias escusándola por los problemas familiares que se cargaba, me asome y las vi a las 3 mirándose en el espejo y retocándose el maquillaje, me recosté en la pared y esperé a que acabaran.

-pues Raquel tiene razón, esta noche esta o más bien últimamente se ve radiante Lu

- ¿tú también Catherine con esa estupidez? Vale. Vale se ve bien esta noche, pero tampoco es para tanto, sigue siendo una coja estúpida.

- ¿Por qué le tienes bronca? – pregunto Catherine, ¡eso quería saber yo también!

-no le tengo bronca, pero no te harta que siempre ande por la vida dando lastima o haciéndose la pobrecita ¡me harta! ¡es un milagro que no se enrede con sus propios pies! – y comenzó a imitarme arrastrando el pie teatralmente mientras las otras 2 se reían.




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