Dispuesta A Escapar Del Amor

CAPITULO 34

CAPITULO 34

 

CASSANDRA

Desperté desorientada, percatándome que estaba en el hospital, después recordé haber estado en la calle, bajo la lluvia esperando por Sebastián, pero él no había bajado por mí. Él no había bajado me repetí una y otra vez hasta que llego la enfermera a comprobar el suero; y tampoco estaba aquí sujetando mi mano; el Sebastián que me amaba hubiera estado comprobando mi estado en cada momento y ahora me sujetaría de la mano, eso era mentira; en primer lugar el Sebastián que amaba jamás me hubiera dejado bajo la lluvia.

La decepción llego por oleadas, últimamente siempre llegaba a la conclusión que él era lo único bueno que me había pasado; mi vida era un completo desastre o yo lo sentía así ¿Por qué un día sabía que era muy afortunada y al siguiente sentía que era una completa decepción para mí misma? ¿Por qué esos pensamientos habían llegado fuertemente ahora? Siempre había sabido controlarme y eso me mantuvo a salvo durante mucho tiempo, pero ahora una compuerta de emociones estaba abierta de par en par.

- estas despierta – Sebastián entro a la habitación, nos miramos fijamente durante un instante -fui por café

Lo mire sin decir nada, así que SI había estado conmigo, una alegría profunda invadió mi pecho.

- recién desperté, lo siento por asustarte – él fue a contestar pero la llegada de mi hermano nos interrumpió

- Cassie ¡¿sabes el susto que me he llevado?! – aparto a Sebastián y ocupo por completo mi campo de visión.

- ¿Qué haces aquí?

- recuerdas que soy tu hermano o el frio congelo tus neuronas – contesto sarcástico - ¡jamás vuelvas hacer esa estupidez!

- ¿nuestros padres lo saben? – pregunte alarmada

- no quise preocuparles, solo estoy yo – contesto – para tu buena suerte

- los dejo – dijo de pronto Sebastián – cuídate, Cassandra

Y se fue sin darme oportunidad de hablar, Javier me miro atentamente y sacudió la cabeza

- él no quiere hablar conmigo

- dale tiempo, Cassie, además tu eres …

- no más sermones por favor, he tenido suficientes

Se limito a mirarme y se quedó en silencio.

Al día siguiente temprano estaba fuera del hospital, no quería seguir ni un instante más ahí, las enfermeras me miraban curiosas, interrogantes por saber que había pasado para que la loca de novia que se cargaba el Dr. Riveiro estuviera ingresada.

Llegar a casa y encontrar el piso tan vacío como me sentía hoy fue demoledor; mis dos orejones aparecieron de la nada dándome la bienvenida eso me saco una pequeña sonrisa, una que murió con el llanto que ya no podía contener. Me metí en cama y dormí, cuando levante era ya noche, una sensación horrible en mi pecho surgió, tenía que seguir durmiendo solo así no sentía y no dolía. El tiempo pasaba y yo no lo notaba, así era mejor, un día levantaría y seguiría también, solo tenía que estar lista y para estarlo tenía que estar en silencio.

Dos días después de no contestar llamadas ni mensajes, el timbre de mi puerta sonó repetidamente, ahogue un gemido y me opuse rotundamente a levantarme. Nadie más que Sebastián tenía llave del piso, así que tenían que ser mis hermanos o en el peor de los casos mis padres. Golpes fuertes remecieron el departamento y los gritos de mi hermana empeoraron mi dolor de cabeza.

- ¡ABRE ESA JODIDA PUERTA O LA TIRO ABAJO! 1.. 2..3 ¡MALDICION ABRE!

- ¡VOY A LLAMAR A NUESTROS PADRES CASSANDRA! – me estremecí de solo pensarlo, Javier sí que sabia meter miedo

Sali a la sala y comprobé el departamento, aparte de las tazas en el lavado, todo estaba en orden, había sobrevivido a base de barritas energéticas, no había hecho un desmadre en casa. La habitación era otra cosa, apresuradamente corrí las cortinas y junte el basural que había hecho, tendí rápidamente la cama y un ambientador hizo el resto. Todo estaba limpio, lo único que apestaba era yo. Por lo menos mis hermanos no se preocuparían tanto, me acerque a abrirles cuando el sonido de la llave me detuvo … él estaba aquí. Apresuradamente ingrese al baño, active la música y corrí a abrir el caño.

SEBASTIÁN

Estos días me preguntaba que rayos hacer, mi relación con ella era como un rompecabezas que le faltaban piezas. Tenía que dejar de escapar y conversar con ella de una maldita vez.

Decidido enrumbe hacia su departamento, al llegar me encontré con Sandra, Mateo, Javier y Nadia.

- ¡ABRE ESA JODIDA PUERTA O LA TIRO ABAJO! 1.. 2..3 ¡MALDICION ABRE! – Sandra gritaba como loca mientras aporreaba la puerta

- eso no va a funcionar, déjame a mi ¡VOY A LLAMAR A NUESTROS PADRES CASSANDRA! – después de un momento eso tampoco tuvo resultado.

- de repente no está en el departamento – voltearon a mirarme cabreados

- ¡claro que esta!, la casera nos dijo que no ha abandonado el edificio desde que la traje del hospital.

- ¡pero me va a escuchar cuando la vea! – Sandra sonaba un poco afónica de tanto esfuerzo - ¡CASSANDRA …

- cariño eso no va a funcionar – Mateo estaba más exasperado por los gritos que daba Sandra




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