Dispuesta A Escapar Del Amor

CAPITULO 35

CAPITULO 35

CASSANDRA

Estaba pasándomela bomba

Esto era el paraíso

El paisaje era hermoso

Y lo mejor era que ÉL no estaba por ningún lado

Estaba a kilómetros de ÉL

¡TENIA QUE OLVIDARME DE ÉL!

Adrián no era tal y como me imagine, era un tipo agradable que aún no habia podido sobreponerse a la pérdida de su esposa e hijo; pero que lo intentaba al menos.

Primero fuimos a visitar a un par de sus amigos con la que nos pasamos recorriendo la carretera en moto, hasta que llegamos a su club. Jamás en mi vida habia imaginado que comería en un comedor lleno de moteros, todos parecían que comían clavos en el almuerzo por sus miradas duras, pero eran un grupo de pillos que se escondían detrás de esas matadoras miradas, ¿Cómo Adrián habia terminado siendo amigo de ellos? Solo el cielo lo sabía.

Las mujeres iban todas encueradas, que me cohibí al inicio, todas ellas eran hermosas y con un cuerpazo de infarto. Me llevaron a la playa y me libere totalmente de mis miedos de ser juzgada por mi cuerpo, ellas entraban al mar solo en tanga así que me uní a ellas riéndome a carcajadas. Mas que dejar mis tetas al aire, deje que esa voz en mi interior, que me repetía que no era lo suficiente hermosa, se fuera al demonio.

Ya al atardecer llegaron los hombres, dispuestos a armar jaleo, nuestra pequeña reunión se habia convertido de pronto en una gran fiesta. Me deje llevar, Adrián estaba sorprendido, lo podía ver en su cara pero que más daba.

Después de unos tragos y hablar con Sandra nos fuimos a un club ¡un club de sexo!, estaba nerviosa pero también curiosa por saber cómo eran esos sitios. Habia leído de ellos en las novelas pero jamás habia visto alguno.

Adrián me habia comprado un vestido rojo y un conjunto de lencería, me sonroje peor que la alfombra en mis pies, al volver a recordarlo. Todo ese asunto habia sido de lo más bochornoso, Adrián estaba guapo y en buena forma, pero no cometería el error de meterme a su cama ni estando borracha.

Al llegar al club cualquiera pensaría que entraba a una casa de ricachones, el sitio rebosaba de opulencia. Por lo menos la entrada gritaba lujo por todos lados. Nos dirigieron a una puerta en donde solo entraban los miembros, eso me hizo plantearme que de verdad no conocía en nada a Adrián, ¿desde cuándo este tipo que cantaba melancólico en su bar era miembro de un club sexual? ¿y si entraba ahí y no podía salir? ¿y si entraba y me convertían en una esclava sexual? Las dudas comenzaron a asaltarme antes de cruzar el umbral. Adrián comenzó a reírse al verme.

- no soy proxeneta y no secuestro a pequeñas hadas

- lo siento, es solo que … - como decirle que el sexo y yo recién nos habíamos conocido

- podemos quedarnos en esta área, también realizan espectáculos – dijo y me aparto de la puerta. El grupo con el que habíamos venido habían ingresado sin inmutarse. Y las mujeres no parecían gatos asustados como yo.

- tengo que ir a avisarles que nos iremos en un rato, quédate un momento en la barra – me dirigió al bar y pidió un trago, el tipo lo saludo calorosamente. Después se fue dejándome contemplar el lugar, este espacio no parecía tan malo, las luces eran bajas y hacia calor.

Pedí otro trago para refrescarme y mientras esperaba vi como una mujer desnuda, como dios la trajo al mundo y sin ningún pudor iba así el escenario de la mano de un gigante en pantalones. Habia una especie de banca en el medio a la que encontraba forma, el hombre de pronto se desprendió de los pantalones y volteé más rápido de lo que la tierra gira, ¡joder, en donde me habia metido! mi mente me reprocho al instante ¡un club de sexo tonta! ¿Qué crees que harían en un club de sexo? Darse de besitos ¡estúpida!

Tome mi trago rápidamente sin pararme a respirar, de pronto comencé a sentirme extraña, la mirada se me desenfoco, el ruido se mezclaba y solo podía oír el ritmo de mi respiración; ¡otra vez no! ¡otra vez no! Intente pararme y sentí su aliento y sus manos en mi cadera … y su voz … de nuevo esa voz… ¡te tengo florecilla!

- no…no…NO …NO OTRA VEZ – iba a pelear aunque me sentía desfallecer… iba a volver a pelear …y otra vez alguien me rescataría – suéltame … suéltame …por favor

Llore y patalee, hasta que sentí el frio piso, me abrace las rodillas fuertemente y cerré los ojos … esto era una pesadilla … despertaría y estaría en cama con Sebastián … pedí y pedí que cuando volviera a abrirlos ahí estaría él.

.-.-.-.

-Cassandra … reacciona soy Adrián … vamos pequeña hada, reacciona – la función se habia detenido, y todos se preguntaban que habia pasado. Ella lucia perdida y fuera de si mientras pataleaba y gritaba en mis brazos, hasta me habia mordido. Tenía la mirada perdida hasta que los cerro y comenzó a llorar mientras se mecía. ¿Qué le habia pasado a esta mujer?, tenía que regresarla pronto a su casa, algo habia estado incomodándome durante todo el día, esa maldita sensación de peligro en mi nuca no se habia ido desde que partimos del bar.

En el trayecto a casa, ella habia reaccionado solo para mirar distraídamente por la ventana con la mirada perdida, alguien la habia drogado … pero, seguía pensando que esto no habia sino nada casual. Tenía que hablar con Sebastián pasara lo que pasara entre ellos, el no permitiría le hiciera daño a Cassandra.




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