Shin estaba mirando a su maestra en la distancia, esta estaba hablando con Kysho mientras esperaban por los hermanos Waltz y a Lyrian. Él estaba levitando unas cajas y una nave para pasar el tiempo y calmar sus nervios. Lira fue la primera en llegar y luego de saludar a sus maestras se acercó a él.
“Buenos días, Shin.” Dijo sonriente Lira mientras se acercaba con curiosidad. “Es difícil no mirarte ahora…” Agrego mientras apuñalaba su abdomen con sus dedos.
Las cajas cayeron ruidosamente al suelo, pero pudo acomodar la nave a tiempo.
“Lira…” Dijo apenado el jedi.
“Perdón…” Dijo sonriente Lira. “Hace mucho que no te veía y Vatse me había dicho que habías crecido un poco.”
Lira estaba igual que siempre, aunque ahora tenía una larga trenza que le llegaba hasta la cintura.
“Me gusta tu trenza, Lira.” Dijo sonriente Shin.
“Vi a tu maestra con tu chaqueta…” Dijo con malicia Lira mientras lo codeaba. “¿Le confesaste tu amor y se la diste para cerrar el trato?”
Shin la miró ofuscado.
“No tienes que decir nada, mi historia es más interesante.” Dijo divertida mientras miraba a Kysho. “Mi hermano estaba… enojado con la decisión de que seas el líder.” Agregó mientras se cruzaba de brazos.
“Me imagino.” Dijo pensante Shin. “Espero estar a la altura…”
“No te preocupes demasiado... Nosotros tres somos los padawans con más experiencia en el templo. Los demás tendrán talentos y entrenamiento, pero nosotros somos los que trabajamos.” Dijo contenta Lira.
Athos entró al lugar, pero a diferencia de su hermana se quedó junto a Alara y Kysho. Podía sentir el desdén en su mirada.
“Ahí está, haciéndose el interesante…” Dijo ofuscada Lira. “Venía mejor desde lo que pasó en Anaxes, pero se enteró de esto y volvió al su estado de melancolía. Supuestamente es un jedi…”
“Esperemos que esto termine pronto…” Dijo pensante Shin.
Alara se acercó a ellos para detenerse frente a él.
“¿No olvidas nada?” Preguntó divertida.
“Creo que no…” Dijo apenado Shin.
“Alara, esa chaqueta te queda mucho mejor a ti.” Dijo divertida Lira. “A mí nunca me regala nada…”
“Gracias por el recuerdo de Coruscant, Shin.” Dijo apenada Alara.
“De nada, cuando lo vi supe que tenía que traértelo.” Dijo sonriente el jedi.
“Eh, ¿Dos regalos?” Preguntó jocosa Lira. “Que envidia…”
“¿Ya has trabajado con Lyrian?” Preguntó Alara para cambiar de tema.
“No…” Dijo pensante Lira.
“Eh…” Dijo asqueada Alara.
El techo se abrió para dejar la pasar al Cóndor Dorado. La nave aterrizó suavemente en el suelo para que la rampa trasera se abriera al instante. Lyrian apareció sonriente para besar la mano de Alara. Que se ocultó detrás de Shin en el momento que pudo. Lyrian miró al jedi con seriedad.
“¿Shin?” Preguntó sorprendido. “¿Desde cuándo eres más alto que yo?”
“Buenos días, Lyrian.” Dijo divertido Shin. “Esta es Padawan Lira Waltz, Lira este es Lyrian Thax, capitán del Cóndor Dorado.”
“Mucho gusto, señorita.” Dijo con respeto Lyrian, ganándose el desprecio en los ojos de Alara.
Athos se acercó junto a Kysho para saludar. Lyrian tampoco trataba mal a Kysho.
“Buenos días, maestra.” Agregó sonriente.
“Este es el Padawan Athos Waltz.” Sumó con seriedad Shin.
“Encantado.” Dijo con frialdad Athos.
“Bienvenidos, Shin va a mostrarles el lugar.” Dijo sonriente el capitán. “Siempre es un placer verla, maestra. ¿Cómo está todo por Karastros? Hace mucho que no te veía, Alara.”
Alara se sorprendió al no escuchar alguno de sus apodos.
“Tenemos mucho más comercio que el año pasado…” Dijo al aire Kysho. “Athos, Lira, recuerden que Shin es el líder de su grupo. Lo elegimos por una razón, confíen en nuestra sabiduría.”
“Entendido, maestra.” Dijo sonriente Lira mientras miraba el desdén en la cara de su hermano.
“Shin, pórtate bien…” Dijo apenada Alara mientras miraba a su padawan.
“Esa chaqueta te queda magnifica, Alara… Parece que nuestro padawan esto todo un adulto ahora.” Agregó mirando a Shin mientras le guiñaba un ojo.
“Estos humanos son raros…” Dijo pensante Kysho.
“Usualmente crecemos hasta los veinte o veintiuno…” Aportó divertido Lyrian mientras codeaba a Shin. “Prometo traerlos sanos y salvos, maestra.”
“Que la Fuerza los acompañe.” Dijo Alara para despedirlos.
Shin vio a su maestra por última vez cuando se cerró la rampa frente a él. Sus compañeros se pusieron a revisar el depósito mientras hablaba con Lyrian.
“Eres todo un donjuán, Shin. Ahora no puedo seducir a tu maestra…” Dijo jocoso Lyrian. “No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo. ¿Qué puedes decirme de estos dos?” Agregó mirando al par de hermanos.
“Somos los padawans avanzados de nuestra camada.” Dijo pensante Shin.
“Tu no perteneces a nuestra camada.” Dijo de lejos Athos.
“Eres un estúpido, Athos. Acabas de admitir que su talento lo adelantó con nosotros.” Dijo jocosa Lira, ganándose un refunfuño de su hermano.
“Ya veo… ¿Son como tú?” Preguntó al aire Lyrian mientras caminaba hacia el pasillo.
“¿Qué significa eso?” Preguntó confundido Shin.
“Tú sabes… eso que tú haces… bailar entre los disparos.” Dijo pensante Lyrian.
“Eso es algo que solo él puede hacer.” Dijo con prestancia Lira.
“Ambos son grandes espadachines. Lira sabe unas cuantas técnicas de la Fuerza que yo desconozco. Athos es nuestro rastreador, pero nunca he tenido el placer de verlo en acción.” Agregó pensante Shin.
Lyrian los dejó en sus aposentos.
“Aquí estamos, Shin les va a dar un recorrido por la nave. No toquen nada.” Dijo divertido Lyrian.
“Yo dormiré en depósito.” Dijo con firmeza Athos.
“¿Qué clase de hermano diría eso?” Preguntó ofendido Lyrian mientras miraba a Lira. “Ah, son jedis…” Agregó más relajado. “Ustedes decidan como duermen. Chup tiene su rincón del amor cerca del motor.”
“Chup es el mecánico.” Aclaró pensante Shin.
“¿Qué quiso decir con eso?” Preguntó confundido Athos.
Shin y Lira compartieron una mirada.
“No lo sé.” Mintió divertida Lira. “Trajimos una carpa entre mis cosas y tenemos una cama de campamento.” Agregó mirando a Shin.
“¿Alguno de ustedes ha estado en Tatooine?” Preguntó Shin mientras saltaba a la cama de arriba.
Los hermanos Waltz negaron con la cabeza mientras Lira acomodaba su mochila sobre la cama de abajo.
“Anchorhead.” Agregó ofuscado Shin. “Esperemos que todo salga bien.”
“Quiero dejar algo en claro, Shin. Tú no eres el líder de nadie.” Dijo con seriedad Athos.
“Yo opino lo contrario a él, Shin. Estoy segura que vas a hacer un gran trabajo.”
“Athos, no tengo porque agradarte, pero tenemos una misión que cumplir.” Dijo con sensatez Shin. “Solo necesito que trabajes con nosotros.”
Athos se marchó sin decir nada.
“No te preocupes, solo está molesto porque siempre dices lo correcto.” Dijo divertida Lira. “Yo sabía que ibas a terminar durmiendo conmigo.” Agregó mientras le guiñaba un ojo.
Shin se sonrojó al instante.
“Aunque también sé que solo tienes ojos para tu maestra… Mi pobre corazón.” Dijo divertida Lira. “No entiendo porque Alara detesta tanto al capitán.”
“Está raro…” Dijo pensante Shin mientras saltaba hacia ella. “Demos un paseo.”
Shin caminó con Lira por toda la nave mostrándole todos los rincones hasta que llegaron a la cabina del capitán.
“Esta nave es espectacular.” Decía al aire Lira. “Es la primera vez que viajo en un carguero, es mucho más acogedor de lo que esperaba.”
“Gracias por el halago, señorita.” Dijo divertido Lyrian mientras giraba su silla. “Este es Chup.” Agregó para presentar al drall.
“Bienvenida.” Dijo pensante Chup. “¿Cuándo dejan de crecer estos humanos?” Preguntó mirando a Lyrian.
“No me mires a mí, Chup. Shin solo te falta una buena barba… tal vez un estilizado bigote como el mío.” Respondió divertido el capitán.
“Podría quedarte bien una barba…” Dijo pensante Lira mientras lo miraba de cerca.
“Tu maestra me había dicho que eras un donjuán…” Dijo divertido Lyrian. “Lira… ¿Conoces bien a nuestro padawan favorito?”
“Somos compañeros de entrenamiento.” Respondió con prestancia Lira. “Hemos trabajado unas cuantes veces juntos.” Agregó pensante. “Mi hermano es el que no te conoce.”
“Es cierto.” Dijo pensante Shin. “¿Tenemos alguna parada antes de Tatooine?”
“No. Directo a Anchorhead. Tengo negocios que atender…” Dijo sonriente Lyrian.
Shin estaba sorprendido de que no estuviera mirando a Lira.
“Entendido. Entrenaremos mientras tanto.” Dijo al aire.
“Te esperó en el depósito.” Dijo sonriente Lira.
“¿Qué pasa Lyrian?” Preguntó con curiosidad Shin. “¿Solo molestas a mi maestra?”
“Eres un tonto, muchacho.” Dijo divertido Lyrian. “Mi corazón le pertenece a Alara… pero el de esa muchacha te pertenece a ti.” Agregó mientras le guiñaba un ojo.
Shin se sonrojó al instante.
“De todas maneras, ahora tienes un aire a respetable que me ha tomado por sorpresa.”
“Eh…” Dijo apenado Shin. “Alara también me estaba tratando raro…” Agregó mientras se sentaba en la butaca que estaba detrás del capitán.
Lyrian lo enfrentó con seriedad en los ojos.
“Yo sé que eres un jedi, Shin, pero ningún hombre debería lastimar el corazón de una dama. Sea un jedi o un sith…”
“Yo…” Dijo apenado Shin.
“No es tu culpa tampoco, ella no sabe qué hacer con lo que siente y resulta que tú eres más correcto de lo que pensabas… ¿No?” Dijo con prestancia Lyrian.
“No deberías meterte en sus asuntos, Lyrian…” Dijo Chup mientras se ponía de pie.
“No le quites emoción a la vida, Chup…” Dijo mientras el drall se marchaba. “No me has respondido, Shin.”
“No creo que ella se sienta como yo, Lyrian. Es una caballera hecha y derecha, ha entrenado toda su vida para no tener esa clase de sentimientos…” Dijo pensante Shin.
“Ah, eres el niño correcto de la Orden.” Dijo divertido Lyrian. “Algún día vas a tener que decir algo, Shin. Ningún corazón puede vivir en las sombras por mucho tiempo.”
Shin lo miró confundido mientras Lyrian se giraba para seguir mirando la hiperlane.
“Ya te he dicho lo que quería… No rompan nada.” Agregó para cruzar las piernas sobre su tablero.
Shin se fue en silencio en dirección hacia el depósito. Allí encontró a Athos meditando en un rincón mientras Lira hablaba con Chup, que parecía mostrarle los secretos en el suelo del lugar.
“A mí me contaron esto en mi tercer viaje…” Dijo falsamente ofendido el jedi.
“Tengo la sensación de que les va a servir si van a escoltar refugiados del Imperio…” Dijo al aire Chup. “¿Todavía no tienes tu propia nave?” Preguntó divertido.
“Lira es la que tiene su propia nave… un hermoso caza T-35.” Dijo con envidia Shin.
“Es hermoso.” Dijo contenta Lira. “Y tengo al mejor mecánico del templo, así que no me puedo quejar… Es una lástima que es para una sola persona.”
“¿Tienes un buen astromech?” Preguntó con curiosidad Chup.
“Teeone, es un gran navegador.” Respondió con prestancia Lira. “Pero le agrada más Shin que yo…”
“Es normal.” Dijo divertido Chup. “Si se pudo hacer amigo de Keyfour…”
“Es cierto. Shin, ¿Quieres entrenar?” Preguntó divertida Lira. “Tenemos un par de días de viaje.”
Shin sintió la mirada juzgadora de Athos, pero estaba listo para sudar junto a Lira, especialmente porque no había podido entrenar con su maestra.