Pov Ryan
Las luces me cargaban mientras me escurría tras bambalinas, las personas gritando eufóricas me aturdian. Poco a poco fui acercándome a la salida y mientras vigilaba la entrada desde las sombras del concierto fui sorprendido por una voz conocida.
—¿Ryan?, ¿qué piensas hacer?
Me volteé, casi con el corazón en la boca, y miré de mala manera a la persona que me había pillado infraganti.
—Yo solo...quiero tomar aire fresco antes del concierto —Le respondo algo nervioso.
—Dentro de una hora comenzará el concierto —Su mirada acusatoria hizo que rodará los ojos.
—Estaré aquí a tiempo, Kwan. Lo prometo —dije llevándome una mano al pecho.
Mi líder solo suspiró y supe que había vencido.
—De acuerdo amigo, te cubro las espaldas.
—Eres el mejor —alagué, corriendo lejos de aquel estadio donde debía dar una función en poco tiempo.
(...)
Caminaba entre las personas cerca de Gwanghwamun, miraba mi alrededor con algo de nostalgia, hace mucho no me sentía libre del público.
Nadie había notado mi existencia hasta que una fuerte voz me tomó por sorpresa.
—¡Miren! ¡Es Ryan de X–Way!
En ese momento vi a una chica que estaba en una multitud y segundos después desaparecía dentro de un callejón.
Casi al instante todos comenzaron a rodearme y traté de escapar rodeando a las personas que dificultaban mi paso, en el instante en que ellas trataron de enfocar las cámaras hacia mí logré salir de la aglomeración y correr.
Las personas me persiguieron, cuando fui a pasar bajo una de las luces de la calle que estaba rota, en medio de la oscuridad alguien me tomó del cuello de la camisa halándome hacia la calle que quedaba a mi derecha.
Me volteó, colocó un chaleco blanco sobre los hombros, quitó la gorra y el tapaboca, puso mis manos en su cintura y me pasó ambos brazos alrededor de mi cuello, estando de un momento a otro cerca del rostro de una joven chica.
La multitud que me seguía se detuvo para ver en cual dirección se había ido su presa, miraron a la calle que quedaba a su derecha pero parece que no se percataron de nuestra presencia y siguieron de largo.
—Uff, por poco nos atrapan, deberías tener más cuidado Ryan —comentó aquella chica con notable alivio separándose de mí.
— ¿Yo? Pero si tú... —estaba a punto de reclamar cuando me interrumpió.
—No protestes, te salvé.
Negué ligeramente con la cabeza, su rostro era cubierto por una mascarilla pero su piel era morena, por lo cual sin ver sus rasgos pude deducir que era extranjera.
—¿Y qué quieres de recompensa? —cuestioné.
—Quítate la camisa —Me ordenó mientras buscaba algo en un bolso que llevaba.
—¡Hey! Espera un momento, me salvaste pero no creo que tengamos tanta confianza como para...
—Quítate la camisa y ponte esta —extendió hacia mí una de color azul que sacó de su bolso y mostró una foto en su teléfono—. ¿Ves? Tiraron fotos a tu espalda mientras corrías, no se ve bien, pero si llegan a descubrir que en verdad eres tú el de la foto todos se preguntarán qué hacía el famoso espero de X–Way en mitad de la calle cuando debería estar en un concierto.
Tomé la camisa y miré sospechosamente a la mujer.
—¿De verdad no quieres nada?
—No, absolutamente, si quieres me volteo —dijo dándome la espalda, por algún motivo me sentí algo ofendido.
—Es extraño que una chica salve de una situación así a un idol y no le pida ni siquiera su autógrafo —terminé de ponerme la camisa—. Listo.
Ella se volvió a voltear y se acercó a mí, peinándome el cabello hacia atrás y colocándome una gorra blanca.
—Con el cabello hacia atrás es más difícil reconocerte, no sé cómo es que ustedes se han hecho la idea de que en verdad estas cosas cubren su identidad —protestó casi en un susurro.
—Pareces muy preparada para estas situaciones —observé.
—Tengo mis momentos —quitó su tapabocas y me lo extendió, me sorprendí al ver una hermosa sonrisa y unos ojos café que brillaban bajo la luna—. Toma, ponlo del lado opuesto. Deberías tener más cuidado. ¿Sabes?
—¿Cuidado? ¿Yo? Te recuerdo que fuiste tú quien gritaste mi nombre a los cuatro vientos —Le recordé.
Sonrió con descaro.
—Y te recuerdo que fui yo quien te acaba de salvar tu hermoso trasero.
«¿Le dijo hermoso a mi trasero?»
—Eres muy atrevida —murmuré.
Y era cierto, ¿acaso tenía una respuesta para todo?
—Lo lamento por mi descortesía —respondió con un poco de sarcasmo—, pero estoy un poco molesta y así descargo mi ira —marcó un número en su teléfono—. Acabo de llamar a un taxi, estará cerca de la embajada de EEUU, tu concierto comienza en 30 minutos.
No esperó más y solo se alejó corriendo, como si la persiguiera.
—¡Espera!, ¡no me dijiste tu nombre! —llegué a exclamar, pero ya se había ido.
«¿Quién era ella?»
(...)
Había acabado el concierto, era casi media noche y mis amigos y yo íbamos en nuestro transporte.
—Hey Ryan ¿qué pasa? Has estado algo extraño —preguntó Kwan frotándose las manos donde se veían pequeños tatuajes.
—A propósito, yo también estoy curioso, llegaste con otra ropa —Daehyun, mi amigo más cercano entre ellos, parecía estar muy interesado en mi escapada.
—Es que conocí a una chica que... —iba a comenzar a hablar cuando una gran “ooooohhhhh” de ellos me interrumpió.
—¿Estaba buena? —bromeó Kwan giñándome un ojo.
—Si...no, eso no viene al caso.
¡Tartamudee! ¡Mierda! ¡Tartamudee!
Me puse algo nervioso aunque estoy seguro de que no lo demostrara en mis expresiones.
—¿Eso fue un sí o un no? —Daehyun bromeó poniendo un brazo sobre mis hombros el cual me encargué de quitar. ¿Quién rayos lo había sentado a mi lado?
—Creo que fue un intermedio —aseguró Kwan riendo.
Suspiré frustrado y jalé un mechón de su cabello azulado por lo cual se quejó.
— ¿Me pueden escuchar por favor?