Distancia Cero

Capítulo 3

Pov Tiana

Eran pasadas las tres de la madrugada y estaba fuera de la mansión de los X–Way donde dos guardias no me dejaban pasar.

—Esto es una falta de respeto. No me iré de aquí y gritaré hasta que el propio CEO de SM Entertaiment me oiga.

Y literalmente lo iba a hacer, formar un escándalo no era tan difícil.

—Comprenda —Uno de los guardias me cargó en un hombro y comenzó a alejarme de la entrada—, solo hacemos nuestro trabajo.

—¡Suélteme! ¡No tiene derecho a...! —decía cuando una voz interrumpió la mía.

—Bájala ahora, señor Cheng.

Fruncí el ceño ante lo conocida de aquella voz masculina y grave. Miré en la dirección frente a mí y ahí estaba, Kim Ryan, caminaba con una mano en los bolsillos hacia el guardia que me llevaba al hombro como si fuera un saco, este se volteó y quedé de frente a una pared.

«¡Demonios! ¡Que humillante!»

—Baja a la chica, ella es uno de nuestros invitados y tiene pase libre a la casa —Le explicó.

—Pero no... —En ese momento le llegó al gorila que me sujetaba un mensaje al móvil, posiblemente proveniente del CEO. Al leerlo y ver la foto que le habían enviado me bajó al instante—. Lo lamento señorita, no fue mi intención —hizo una reverencia hacia mí.

—Tranquilo —Le sonreí, acomodando mi ropa y aguantando mis ganas de asesinarlo—. Aunque no lo creas me han detenido muchas veces en la puerta de una instalación, solo un consejo...—Mi expresión cambió totalmente a una de enojo y hablé en un tono algo fuerte—, si vuelve a tratar de acercarse a mí le mato, no debería cargar a cualquier chica que se acerca y menos de esa manera.

Me di media vuelta, alejándome de ellos, y solo escuché un pequeño murmullo por parte de Ryan.

—Joder, de verdad da algo de miedo cuando se enoja.

Y luego otro murmullo por parte del guardia.

—Mierda, que espeluznante, debería ser ilegal mirar a alguien de forma demoníaca.

Yo rodé los ojos, si que eran exagerados. Vi a Ryan pasar por mi lado mientras yo recogía el bolso y algunas cosas que se habían caído de este cuando el guardia me había cargado. Me uní a su lado y ambos caminábamos por la entrada a la edificación.

Lo observé de reojo, verdaderamente era muy guapo. Tenía el cabello negro, aplacado en un cerquillo, su rostro neutro denotaba total indiferencia.

Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios y dejé escapar un ligero suspiro.

«Supongo que ya no queda nada del chico que conocí hace tanto tiempo.»

—Amm, gracias por lo de hace un momento —comenté, rompiendo el silencio entre nosotros.

—No me lo agradezcas, considéralo una paga por ayudarme antes, estamos a mano ahora —Se encogió de hombros, restándole importancia.

—Está bien, pero es raro, ¿el concierto no fue agotador? Deberías estar descansando —observé, era demasiado tarde para que estuviese despierto.

—Sí lo fue, pero no lograba dormirme. Quería pensar así que salí a caminar y me encontré con una pequeña chica metida en problemas —dirigió su mirada hacia mí, su rostro era inexpresivo pero su mirada denotaba una clara burla.

—Oye, ¿no estábamos a mano? Dejémoslo estar —dije con una risa nerviosa ante su comentario.

Volteó su cabeza para evitar que me percatase de la pequeña sonrisa que le había causado, cosa que no logró, luego volvió a mirarme.

—Vale lo dejaré pasar —aseguró—. Por cierto, quería preguntarte, me percaté de que la horda de fans a quien perseguían primero era a ti y tú me usaste para librarte de ellos. ¿No?

Tragué en seco, sorprendida por su deducción.

—Amm, sí. Disculpa por utilizarse de señuelo pero para que se olvidaran de mí y poder escapar necesitaba un pez gordo y da la casualidad que pude divisar a uno.

Negó ligeramente con la cabeza.

—Entiendo, pero habías conseguido lo que necesitabas, escapaste, ¿por qué volverte a poner en riesgo ayudándome a escapar?

—Yo soy así —sonreí, mirando al frente—. No me perdonaría si por mi culpa te vieras envuelto en una mala situación.

—Vaya —sonrió con algo de sarcasmo—. Entonces debo agradecerle a tu conciencia.

—Sí, me habla demasiado. A veces me dan ganas de ignorarle pero me grita más fuerte —respondí con sorna.

—Sabes, me sorprendió un poco que aceptaras la condición de salir de tu anonimato —mencionó de repente.

Mi mirada se volvió sería cuando a mi mente volvió el recuerdo de horas atrás. Cuando escuché aquella estúpida regla solo quise lanzar cualquier cosa por los aires y gritar, pero no, solo me puse de pie y salí del lugar que comenzaba a asfixiarme.

Mientras me dirigía a la salida escuché la voz de Seung llamándome pero no volteé.

—¡Oye! ¡Tiny! ¡Espera! —gritó y tomó mi mano, deteniéndome—. ¿A dónde vas?

—¿A dónde voy? —Me volteé hacia él para mirarlo, mi rostro envuelto en furia lo que le hizo tragar en seco—. De regreso, tomaré el siguiente avión de vuelta, sabes que es lo que opino sobre reflectores, cámaras y fama.

—¡Escúchame!, ¡si tu intención era escribir novelas famosas sin jamás dar la cara entonces eres muy surrealista! —exclamó, enojado.

—Yo... —desvié mi mirada de la suya, sintiendo como la furia era remplazada por dolor.

Él se acercó a mí y me abrazó.

—Lamento haberte hablado así —murmuró, acariciando mis cabellos, sus brazos sirviéndome de sostén—. Sé que tienes tus motivos y no me gusta lo que te están haciendo porque no te están dejando otra opción.

—Esto es tan...tan...—susurré, apoyando mi frente en su pecho, ni siquiera hallaba una palabra para describirlo.

Él se separó un poco de mí, acariciando una de mis mejillas con ternura cuando levanté mi vista a la suya, intentando hallar una respuesta.

—¿Pero sabes? Solo estoy de acuerdo en algo, ya es hora de que el mundo conozca el rostro y la personalidad de la gran mujer que tengo frente a mí... —sonrió, de esa manera que me hacía sentir que todo iba a estar bien—. Esa chica talentosa, intrépida, locuaz, amable, hermosa...es momento de que el mundo deje de prestarle atención a "Tiny" y comience a oír el nombre de Tiana.




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